Runner's World (Spain)

ÁNGEL DAVID RODRÍGUEZ (EL PÁJARO)

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VELOCISTA ¿Cómo viviste el confinamie­nto?

Echando de menos el entrenamie­nto, el gimnasio… Hay veces que salir de la pista de atletismo se agradece, y ahora mola. Fíjate, entrenas en la calle y la gente te anima. Siempre se ha creído que era necesario sacar el atletismo a la calle, y esto nos ha dado la oportunida­d. Aunque a mí lo que más me gusta es ponerme las zapatillas de clavos…

¿Qué pasó por tu cabeza cuando apareció la crisis del coronaviru­s?

No tenía muy claro qué hacer, porque quería seguir entrenando, pero veía que en Madrid se iba a cerrar todo. Al final nos quedamos, y con el paso de los días fui viendo la realidad y asimilando la situación, que es importante cuidar cierta actividad física, pero no tanto un entrenamie­nto de alto rendimient­o. Lo peor han sido los momentos de incertidum­bre. Aunque nunca he sentido pena porque no pudiese entrenar y otros sí. Me alegro de que otros en otros lugares tengan mejores condicione­s y puedan hacerlo. A veces, cuando nosotros estamos bien, no nos acordamos de las condicione­s que tienen otros para entrenar, si pueden o no hacerlo por problemas como un conflicto bélico, etc. Creo que no tenemos que mirarnos tanto el ombligo: que como yo no puedo, que no se haga o que se retrase. Hay que asumir las circunstan­cias cuando vienen. Yo procuro hacerlo desde el primer día, porque veo todo lo que hay a nuestro alrededor y hay mucha gente mal, no solo nosotros.

¿Ha cambiado la forma de ver el deporte?

Creo que esta situación ha hecho que el deporte salga a las calles. Hemos vuelto a jugar, a usar el espacio público, los parques; los adultos hemos vuelto a hacer lo que hacíamos de niños. Se ha creado un hábito en la sociedad y espero que venga para quedarse.

Cuéntanos cuáles eran tus rutinas durante el confinamie­nto.

He tenido trabajo y no he podido entrenar todo lo que habría querido. Entrené cinco días por semana entre hora y media y dos. No más.

¿Y cómo ves la nueva normalidad?

Tengo hambre. Tú me entiendes y sabes lo que es sentirlo. Quiero saciarla y luego mejorar físicament­e. Me quiero ver fuerte y estar fino. Tengo ganas de entrenar, de hacer series… quiero ponerme ‘como una moto’.

¿Algún consejo que quieras dar y que a ti te haya servido en el confinamie­nto? Lo importante que es cultivar la paciencia. Está siendo duro y cada uno aplica sus mecanismos mentales. Para mí esto es como una lesión y todos hemos tenido alguna.

¿Cómo ves el futuro del atletismo?

Quiero quedarme con lo de sacarlo a la calle. Que la gente lo vea y entienda qué es el atletismo profesiona­l, para integrarlo. Aunque por lo que he visto estos días está más integrado de lo que creemos. No estamos tan lejos de la gente.

DANIEL MATEO CORREDOR DE FONDO ¿En qué momento te encuentras?

Ahora estoy bien. He estado entrenando en cinta y rodillo. Pero voy despacio, una sesión al día, y poco a poco, por lo que el estado de forma es un poco engañoso. Estar así genera insegurida­d, por la incertidum­bre.

¿Cómo gestionast­e la aparición del virus?

A nivel deportivo, una mierda. El atleta necesita motivación para entrenar y se desmoronan muchas cosas. Imagínate, llevo toda la vida

más feliz ahora al poder salir al aire fresco y a las montañas.

¿Cómo te ha afectado a nivel personal y deportivo el confinamie­nto?

Fue raro, pero también me adapté muy rápido a la situación. Al final para mí correr y entrenar pasaron a segundo plano. Mi prioridad era mi familia. Intenté llevarlo con una mente positiva, porque sabía que era algo que nos afectaba a nivel mundial y que no se iban a poder celebrar eventos. La Copa del Mundo te exige estar muchos meses a un alto nivel así que he aprovechad­o para trabajar puntos débiles, los ritmos elevados, el trabajo de fuerza, etc. Cosas que normalment­e no puedo hacer.

¿Cómo te has apañado para entrenar?

Al principio me costaba mucho y para vencer la pereza construí una rutina. Empecé desde el primer día y me propuse no fallar. Incluía trabajo de fuerza, ejercicios complement­arios para la movilidad articular de cadera, de pies y del cuerpo en general, y, además, refuerzo de pies. Todos los días hago unos 30-45 minutos de entrenamie­nto.

¿Con qué frecuencia has entrenado?

Todos los días. Voy variando grupos musculares de modo que al final de la semana haya trabajado toda la musculatur­a. Y hago movilidad cada día, sobre todo de cadera, que es lo que más beneficia al corredor. Además, he combinado con series en cinta y bici.

¿Has hecho alguna locura entrenando?

Hice un test virtual en el que competí contra otros atletas, entre ellos Pau Capell o Jordi Gamito: 45 minutos en la cinta sin elevación al ritmo que pudiésemos. Hice 12,5 kilómetros a 3:37 min/km de media, cosa que yo en mi vida había corrido. Me siento más rápida que nunca.

¿Qué objetivos de futuro te planteas?

Pues como no vemos claro lo de las carreras, seguir la línea del confinamie­nto: trabajar los puntos débiles, pero ahora mucho más específico, en montaña. Y cuando salga una carrera, en un mes y pico, meter un poquito más de caña y poder competir y llegar a tope.

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