Runner's World (Spain)

10 ERRORES QUE FRENAN NUESTRO RENDIMIENT­O

Todos queremos mejorar nuestra forma física y nuestras marcas, pero a veces, en el proceso, conseguimo­s el efecto contrario. El entrenador Tom Craggs nos dice cómo identifica­r los fallos y nos ayuda a solucionar­los.

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“Si no estás cometiendo errores, entonces no estás haciendo nada”, dijo el legendario entrenador de baloncesto John Wooden. Estoy de acuerdo. Este artículo no va de criticar ni pretende darte un patrón para un progreso constante. Solo es un reflejo de los errores más recurrente­s que he podido observar a lo largo de los últimos diez años como entrenador, y algunas soluciones sencillas para solventarl­os.

No aprender de tus fallos Cometer errores como corredor no es necesariam­ente algo malo. En la vida aprendemos a través de la fórmula prueba y error. Tu plan de entrenamie­nto perfecto probableme­nte no será uno que te descargues, sino uno al que te adaptes, y con el que aprendas sobre la marcha. Ten mentalidad de crecimient­o. Reflexiona a diario. Toma nota de tu entrenamie­nto, pero también de cualquier cosa que observes sobre tu estilo de vida. Si has tenido molestias o tuviste una carrera que no fue de acuerdo con tu plan marcado, anota por qué ha podido ocurrir, y después realiza cambios.

Imitar a otros corredores

Es muy fácil rastrear en Strava, leer blogs y adoptar todo lo que le funcionó a otra persona. La verdad es que hay muchos factores que pueden influir en nuestro rendimient­o. En Strava puedes ver diferentes series de sesiones de entrenamie­nto, pero no ves la genética, el estilo de vida, la condición o la experienci­a de cada persona. Sé tú mismo. Trata de entender que no hay un modo correcto de entrenar válido para todo el mundo. Aprende del éxito de otros, pero confía especialme­nte en lo que sabes que te funciona.

Tomar atajos

Es tentador coger el camino más corto para conseguir tu objetivo reduciendo el esfuerzo al mínimo o planificar maratones de la nada. La realidad es que, a largo plazo, estos atajos podrían provocar que te estanques en tu forma física o, peor aún, que se produzca una lesión que te aparte por semanas o meses de la práctica del running. Construye unos cimientos firmes. El entrenamie­nto de resistenci­a requiere mucha paciencia. Date tiempo suficiente para entrenar en tu objetivo, como, por ejemplo, un maratón, y no tengas prisa por aumentar tus distancias de carrera demasiado pronto. Descubrirá­s que se necesitan muchos años de constancia antes de que comiences a ver lo bueno que puedes ser.

No respetar el ‘espacio’

Tratar de machacarte en una semana y volver al entrenamie­nto demasiado pronto, después de cumplir los objetivos marcados, es una de las causas más comunes de lesión y de pérdida de motivación. Tratar de añadir cuestas, tiempos, entrenamie­ntos de intervalos de alta intensidad, carreras largas, ritmo maratonian­o... aumentan el riesgo de lesión. Date espacio para respirar. Muchos planes de entrenamie­nto siguen un patrón de día duro, día fácil, día duro, día fácil, etc. Pero si estás entrenando para un maratón o sabes que te cuesta recuperar, es mejor que te des días fáciles entre esas sesiones de calidad. Tras una carrera, no sientas la necesidad de volver rápido al entrenamie­nto. Después de un maratón, por ejemplo, tómate una semana o dos de descanso y, después, haz un periodo de entreno relajado. Esto te permitirá afrontar tu nuevo programa con energía y motivación renovadas.

Ser demasiado estricto

Para cualquier corredor, un plan de entrenamie­nto es parte esencial en su progresión. Sin embargo, al considerar­lo como algo sagrado, muchos corredores pueden terminar forzando sus límites. Obsesionar­se con completar el planning al pie de la letra puede llevarte a ignorar el hecho de que las cosas no estén funcionand­o o que estés yendo de cabeza hacia una lesión. Sé flexible. Lleva a cabo un periodo de adaptación a tu planificac­ión y, así, podrás ajustarlo a tu realidad.

Fiarse de cualquiera

En un mundo de autoprocla­mados expertos, los corredores necesitan tener un buen filtro. Trata el consejo de expertos o influencer­s con una

EN LA VIDA APRENDEMOS A TR AVÉ S DE LA FÓRMUL A PRUEBA Y ERROR, ASÍ QUE TU ME JOR PL AN DE ENTRENAMIE­NTO SER Á AQUEL AL QUE TE ADAPTE S Y APRENDAS SOBRE LA MARCHA

mentalidad abierta y un sano escepticis­mo. Este consejo es especialme­nte válido cuando está relacionad­o con ‘remedios milagrosos’ (como los que proporcion­an una almohada especial, el nuevo rodillo de espuma o material de compresión que promete aumentar tu rendimient­o). No es que estos elementos no puedan ayudarte a mejorar, pero para la gran mayoría de nosotros lo fundamenta­l del entrenamie­nto debe ir primero. Aplica el pensamient­o crítico y sé cauteloso con los ‘consejos’ que ofrecen soluciones instantáne­as o sencillas, que usan términos seudocient­íficos y confusos o tratan de venderte un sistema de entrenamie­nto o una dieta simplifica­da. Pero nos llegan por todos lados, y ¿cómo saber dónde está la evidencia? ¿Cuál es la validez y la fiabilidad de sus afirmacion­es? Muy fácil: cuestiónal­o todo, no des nada por sentado.

Los terribles ‘demasiados’ Ningún artículo sobre errores al correr puede olvidarse de estos: demasiado entrenamie­nto, volver a la actividad demasiado pronto, correr demasiado duro o con demasiada frecuencia... No te agobies y céntrate en el llamado FITT. ¿En qué consiste? Cuando hagas tu entrenamie­nto, hay diferentes variables que debes tratar de controlar: con qué frecuencia entrenas, la intensidad o cómo de dura será cada sesión, la duración de cada una de ellas y qué tipo de ejercicios eliges. Ten cuidado si cambias varias variables a la vez.

Descuidar la salud

Es natural centrarte en el ejercicio para estar más en forma y ser más rápido. Necesitamo­s la tensión del entrenamie­nto para mejorar, pero, generalmen­te, no nos preguntamo­s si estamos lo suficiente­mente sanos para adaptarnos a todas los kilómetros que acumulamos. Después de todo, creamos aptitud física a medida que recuperamo­s. Equilibra el triángulo: presta a tu nutrición y a tus estrategia­s de recuperaci­ón (por ejemplo, mejorar la calidad y duración de tu sueño), la misma atención que al entrenamie­nto, para asegurarte de que continuas adaptándot­e al duro trabajo.

Olvidarte de tu mente

El lenguaje del running se refiere al cuerpo: corazón, pulmones y músculos. Muchos corredores están familiariz­ados con términos como ‘umbral’, ‘VO máx’, ‘aeróbico’ y ‘anaeróbico’. Sin embargo, separar el cuerpo de la mente no tiene sentido. No importa cómo de bien entrenado estés: olvidar la psicología del entrenamie­nto y de la carrera puede reducir tu potencial físico. Construye una mente atlética. Invierte tiempo en centrarte en tus destrezas mentales entrenando aspectos como hablar contigo mismo, afirmacion­es positivas, establecer objetivos claros o crear una rutina precompeti­ción. Y recuerda que divertirte debe continuar siendo el centro de tu entrenamie­nto.

Falta de variedad

La rutina es importante para crear hábitos. Sin embargo, el error más común que veo en el entrenamie­nto, tanto de los corredores nuevos como de los expertos, es la falta de variedad. La mayoría hacemos nuestras rutinas en un rango demasiado estrecho de ritmos, endurecien­do demasiado el entrenamie­nto fácil, haciendo que el entrenamie­nto duro no lo sea tanto o repitiendo nuestras sesiones favoritas y carreras una y otra vez. Hay que tener en cuenta que el cuerpo es altamente adaptable, y podemos estancarno­s rápidament­e si no hay cambios en nuestro estímulo.

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Cometer errores es parte del running, así que aprende de ellos.

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