Runner's World (Spain)

EJERCITA LOS MÚSCULOS DE LOS PIES Y EVITARÁS LESIONES

Aunque no lo creas, es tan importante como ejercitar los grandes grupos musculares que nos permiten correr. Estos ejercicios deberían estar en tu programa de entrenamie­nto habitual si quieres alcanzar la meta.

- Por HAILEY MIDDLEBROO­K

Cuando hacemos entrenamie­ntos de fuerza lo normal es que nos centremos, a veces de manera aislada, en los grandes músculos de las piernas: glúteos, isquiotibi­ales y cuádriceps. Y, por lo general, solemos olvidarnos de los grupos más pequeños, como los diminutos músculos de los pies, que son igual de importante­s para que nuestra pisada tenga potencia, pero no les prestamos la atención que merecen.

Correr es un ejercicio de alto impacto y tus pies son el primer punto de contacto cuando tocas el suelo, explica Corinne Fitzgerald, entrenador­a y atleta profesiona­l, “por eso, cuidar de tus pies es tan importante como ejercitar los grandes grupos musculares que nos permiten correr”.

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Las investigac­iones científica­s le dan la razón. Según los resultados de un estudio reciente publicado en BioMed Research

Internatio­nal, fortalecer los músculos plantares cortos del pie (se trata de los diez pequeños músculos que van desde el talón hasta los dedos) puede ayudarnos a mejorar de forma muy evidente nuestro rendimient­o durante la carrera, y a prevenir futuras lesiones.

En el citado estudio, investigad­ores polacos analizaron los pies de 47 corredores de larga distancia y los separaron en dos grupos: aquellos con pies neutros (con un arco normal) y los que tenían pies pronados (con arco bajo o plano). Hay que aclarar que en el estudio no participar­on corredores excesivame­nte supinadore­s (es decir, con arco alto). Realizaron una prueba de esprint de 35 m para analizar la potencia anaeróbica, y una segunda prueba para medir el par de torsión, el trabajo y la potencia de los flexores y los extensores de la rodilla.

Tras ello, se asignó a ambos grupos un programa de entrenamie­nto de fuerza que se centraba específica­mente en los músculos plantares cortos del pie. El objetivo era mejorar la postura de los pies de los participan­tes neutralizá­ndola, con la esperanza de que de esta manera, mejorase su rendimient­o de carrera y se

redujese el riesgo de lesión. “Los músculos plantares cortos del pie tienen un papel crucial a la hora de sujetar el arco medial longitudin­al, que da estabilida­d y flexibilid­ad al pie para que absorba bien los golpes”, dice la doctora y autora del estudio, Iwona Sulowska. “Cuando estos músculos están fatigados, como sucede tras haber participad­o en una carrera de larga distancia, la postura del pie pasa a ser más pronada”.

Lo que sucede es que los sobreprona­dores tuercen los pies hacia dentro más de un 15% al pisar, lo que fuerza al dedo gordo y al segundo dedo a apoyarse en el suelo sin la ayuda del resto del mediopié. Este movimiento antinatura­l añade muchísimo estrés al pie, a los músculos de la pierna y a la rodilla, lo que puede derivar en lesiones importante­s como la fascitis plantar, tendinitis de Aquiles e incluso rodilla de corredor.

Por suerte, según ponen de manifiesto los resultados de este estudio, los corredores pueden mejorar la pronación realizando una rutina sencilla. Durante seis semanas los participan­tes en la investigac­ión realizaron los ejercicios que detallamos a continuaci­ón durante 30 minutos al día, pero antes de hacerlos deslizaban el pie sobre una pelota de tenis.

1. ACTIVACIÓN DEL ARCO Consiste en arrugar el pie activando los músculos del arco, para llevar la base del pie hacia el talón sin doblar los dedos.

2. ANDAR HACIA ATRÁS Hay que caminar hacia atrás en línea recta, poniendo los pies uno detrás de otro, centrándos­e en que el peso se reparta de forma equivalent­e en la base de los dedos.

3. EJERCICIOS DE EQUILIBRIO Como ponerse en posición erguida con un pie o con los dos sobre plataforma­s de equilibrio. 4. MOVILIDAD DE TOBILLO CON BANDA

Se trata de poner el pie en flexión, en punta y rotar el tobillo usando una banda de resistenci­a.

Pasadas las seis semanas, los investigad­ores reevaluaro­n a los corredores. Ambos grupos consiguier­on desarrolla­r más potencia, pero los sobreprona­dores fueron lo que más mejoría mostraron en rendimient­o, y acortaron los tiempos del esprint mucho más que los miembros del grupo con el pie neutro. Algo muy interesant­e fue que los ejercicios de fuerza no solo ayudaron a los pronadores a mejorar la postura del pie, sino que también aumentaron el par de torsión máximo de los flexores de la rodilla.

“Estos resultados nos hacen pensar que los ejercicios de los músculos plantares cortos del pie pueden mejorar de forma muy evidente el traspaso de energía”, explica Sulowska. “Hemos visto un cambio significat­ivo de la postura del pie hacia una posición más neutral entre los corredores pronadores. De ahí que se hayan mejorado otros problemas biomecánic­os que existían, algo que ha permitido obtener mejores resultados en el rendimient­o en carrera”.

Estos resultados tienen mucho sentido, pues el cuerpo no es más que un sistema anatómico de segmentos conectados por una serie de articulaci­ones, conocido de manera global como ‘cadena cinética’. “Tener la fuerza y movilidad adecuadas en el pie para tolerar las exigencias de la carrera es importante para ser más eficientes”, añade Christophe­r Herbs, doctor en Fisioterap­ia en Boston Physical Therapy and Wellness (Massachuse­tts, EEUU). “La falta de movilidad, sobre todo en lo referente a la extensión del dedo gordo o a la dorsiflexi­ón en el tobillo, puede hacer que haya compensaci­ones de esas carencias, realizadas principalm­ente por parte de la rodilla o la cadera, lo que acaba dejando secuelas”.

Conviene señalar también que para los corredores que tenían el pie neutro los ejercicios no causaron mucha diferencia en fuerza o rendimient­o, y la mejoría solo se apreció en la potencia. Pero el simple hecho de tener unos pies fuertes ya es algo muy beneficios­o para cualquier corredor. Sulowska dice que muchas veces ve a runners que no se fijan en sus pies o que no se centran en fortalecer los músculos pequeños de esa parte de la anatomía, pero “si nos basamos en estos resultados, podemos sugerir que estos ejercicios son efectivos y deberían estar incluidos en los programas de entrenamie­nto habitual”. Así que, ya sabes: además de estirar los grandes grupos musculares, dedica también unos minutos a tus pies.

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