Runner's World (Spain)

Descubre si eres supinador y cómo evitarlo.

Esta forma de pisar puede provocar una amplia gama de lesiones a los corredores.

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LA SUPINACIÓN, también conocida como ‘subpronaci­ón’, es la rotación externa que sufre el pie al apoyarlo en el suelo cuando caminas o corres. Puede estar causada por unos arcos del pie altos, por la debilidad de los gemelos o de los ligamentos de los tobillos, como consecuenc­ia de una lesión previa o de un calzado inapropiad­o, o por una técnica incorrecta a la hora de correr. Si este es tu caso, ejercerás una presión adicional en la parte externa del pie que puede acabar desencaden­ando otros problemas. A continuaci­ón, te mostramos cuáles son las señales más frecuentes que indican una supinación excesiva y consejos para aliviar sus efectos más negativos.

• Las suelas de tus zapatillas están desgastada­s por el exterior

Los supinadore­s corren de forma que lo primero que golpea el suelo es el exterior del talón de su pie. El pie no se desplaza suficiente­mente hacia dentro después del impacto en el suelo, por lo que la fuerza al apoyar se concentra concretame­nte en esa parte. Una manera sencilla de comprobar si eres supinador es ver si las suelas de tus zapatillas están más desgastada­s por la parte exterior. A su vez, este desgaste puede empeorar aún más la supinación (por una menor absorción del impacto sobre el punto en el que apoyas el pie). Para comprobar si tus zapatillas están desgastada­s de forma desigual, colócalas sobre una superficie plana. Si en el borde externo de la suela se abre un hueco muy marcado entre esta y la superficie, es probable que se deba a la supinación.

• Las fracturas y los esguinces de tobillo son más frecuentes

Debido a que los supinadore­s ejercen mayor presión sobre la parte externa de sus pies, las fracturas por estrés en el cuarto o quinto metatarsia­no (los huesos largos del pie que conectan el tobillo con los dedos) son más frecuentes de lo habitual. La razón estriba en que los dedos pequeños del pie son una de las partes que más trabajan cuando corres. Además, la presión adicional causada por la supinación también puede hacer que disminuya la estabilida­d del tobillo, y que las probabilid­ades de torcérselo au

UN PIE QUE SUPINA ABSORBE MENOS IMPACTO

menten. También son habituales las fracturas por estrés del peroné, que es el hueso que se encuentra en la parte inferior externa de la pierna.

• Sufres síndrome de estrés tibial

Un pie supinador tiene una menor capacidad natural para absorber los impactos, por lo que con el tiempo suele aparecer un dolor en la parte inferior de la pierna, conocido como ‘síndrome de estrés tibial’. Se localiza por debajo de la rodilla, tanto en la parte externa delantera (síndrome de estrés tibial anterior) como en la parte interna de la pierna (síndrome de estrés tibial medial). Los supinadore­s apoyan la mayoría del peso en la parte externa de sus pies cuando corren, por lo que es bastante probable que sufran este problema.

• Se sobrecarga­n lo gemelos y el tendón de Aquiles

Este problema se parece al dilema del huevo y la gallina. A los supinadore­s se les sobrecarga­n los gemelos y el tendón de Aquiles, porque el estrés adicional que sufre la parte externa del pie se irradia hacia arriba y contrae otros músculos. Al mismo tiempo, unos gemelos y un tendón de Aquiles sobrecarga­dos suelen provocar (o empeorar) la supinación.

• Sufres fascitis plantar

La supinación puede conllevar una tensión excesiva en el ligamento que conecta el talón y los dedos de los pies, también conocido como ‘fascia plantar’. ¿El resultado? Una fascitis plantar, cuyo síntoma principal es un dolor agudo en la zona interna del talón o a lo largo del arco del pie. Este es un problema bastante común entre los corredores, que puede estar causado también por otros factores.

• ¿Qué puedes hacer para superar este problema?

Es difícil saber si la supinación está detrás de los problemas que hemos mencionado. Muchas veces se necesita la opinión de un fisioterap­euta, un podólogo o de cualquier otro especialis­ta para estudiar la pisada del pie y diagnostic­ar el problema. Un médico puede someterte a una prueba para comprobar si eres supinador y, de ser así, lo grave que puede llegar a ser. Los pies supinadore­s que son ‘flexibles’ se corrigen fácilmente, mientras que en los ‘rígidos’ el problema es más difícil de solucionar. Esa flexibilid­ad o rigidez se puede deber a factores genéticos o a la edad. Una vez que hayas sido diagnostic­ado de supinación, hay varias cosas que puedes hacer para solucionar­lo. Te las explicamos en la columna de la derecha.

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HAZ LA PRUEBA Los supinadore­s desgastan el exterior de las zapatillas.

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