POR FIN, LA VUELTA AL COLE…
Ha terminado una Olimpiada mucho más larga de lo habitual. Han sido cinco los años que han transcurrido desde Río hasta Tokio. La pandemia nos hizo dudar sobre si habría o no Juegos y ahora, una vez finalizados estos de Tokio 2020 y después de lo vivido en estos últimos tiempos, ya estamos pensando en lo que será París 2024, que ya está a la vuelta de la esquina.
Estamos ante el inicio de una nueva temporada que empieza con renovadas ilusiones y donde parece que por fin vamos a tener la posibilidad de volver a disputar carreras masivas. Las grandes competiciones han dado ya su disparo de salida: Madrid, Berlín, Londres, Nueva York… Después de la exhibición que nos regaló Eliud Kipchoge en la maratón de los Juegos, donde volvió a coronarse como el gran rey de la distancia, falta por ver que hará el que para mí es el otro grande del fondo mundial, Kenenisa Bekele, que vuelve nuevamente al asfalto y en su próxima cita con la maratón espera atacar el récord del mundo de la distancia del que le separan apenas dos segundos. Fue uno de los grandes ausentes en los Juegos por diferentes motivos, y creo que se ha preparado a conciencia para lucirse en Berlín.
Sí, vuelven las carreras y lo hacen a lo grande, casi tan a lo grande como la participación de nuestros atletas, no solo en Tokio, sino en los muchos campeonatos y en diferentes categorías que se celebraron antes de la cita en la capital japonesa. Se avecinan buenos tiempos. Por fin y después de muchos años en los que el atletismo español no acababa de encontrar su lugar, empieza a emerger y a brillar una nueva generación de atletas que tienen en común el atrevimiento, la osadía y el desparpajo necesarios en las grandes competiciones para no renunciar a nada y, sobre todo, paraa no tener miedo a ganar. Miedo que, en muchas ocasiones, condiciona el resultado final.
La delegación española ha cosechado una grandísima actuación, a pesar de haber conseguido tan solo una medalla en atletismo, que tiene el nombre de Ana Peleteiro, como ella misma anticipaba en el anterior número de Runner’s World. El balance final para mí ha sido mas que positivo: muchos finalistas, unas cuantas medallas de chocolate y la impresión de que tenemos un atletismo que va a más y que nos va a dar muchas alegrías en un futuro muy cercano. Además, más allá de los participantes en los recientes Juegos, vienen pisando fuerte nuevas generaciones de atletas que brillan en categorías inferiores y que están llamados a ser referencias a nivel internacional.
Se nos hará raro no ver en París 2024 a nuestro Chuso García Bragado. Ha sido, es y será ejemplo e inspiración para todos nosotros. El atletismo te echará de menos y nosotros también. ¡GRACIAS por tanto, capitán!