A MENUDO, LOS El método “Velocidad primero”
corredores se estancan no por lo que hacen, sino por lo que no hacen. Y una de las cosas que muchos corredores no hacen cuando empiezan a correr de adultos es trabajar su velocidad básica. Nunca llegan a ser corredores rápidos.
¿Qué ocurre si los corredores dan la vuelta al modelo tradicional de entrenamiento de distancia y se centran primero en la velocidad antes de trabajar la resistencia, si entrenan la velocidad adecuada antes que la distancia?
A primera vista, la idea de entrenar la velocidad para un maratón puede parecer ridícula. Parece tan contradictorio con el largo recorrido del maratón, que debería rechazarse por completo. Pero esta contradicción exige que se considere el concepto. Porque los avances se producen cuando se prueba algo diferente.
Una razón para entrenar primero la velocidad es que garantiza que el entrenamiento sea más específico a medida que se acerca la carrera. Las carreras largas, las carreras de umbral de acidosis (lactato), las carreras a ritmo de maratón y el kilometraje total son más específicos del maratón que los entrenamientos de intervalos de VO2 máximo y el trabajo de velocidad. Con un enfoque de “la velocidad primero”, se empieza con una intensidad más alta y se reduce a medida que se aumenta el volumen, realizando un trabajo más específico para el maratón.
En segundo lugar, el método de “la velocidad primero” te proporciona una mayor reserva de velocidad, lo que hace que el ritmo objetivo del maratón sea más fácil de mantener. Además, este enfoque reconoce que el VO2 máximo se puede aumentar con entrenamiento anaeróbico y que, por lo tanto, el VO2 máximo del corredor se debe maximizar antes de entrenar a la fracción de la intensidad que se puede mantener. Aunque el VO2 máximo se considera un factor aeróbico que representa el volumen máximo de oxígeno que los músculos pueden consumir por minuto, a menudo se olvida que la velocidad de carrera a la que se produce el VO2 máximo incluye una gran dependencia del metabolismo anaeróbico. En otras palabras: cuando aceleras tu motor aeróbico al máximo, tus músculos también dependen del metabolismo anaeróbico para correr a esa velocidad. Las investigaciones han demostrado que los atletas con una mayor capacidad anaeróbica pueden mantener el ejercicio al VO2 máximo durante más tiempo, y que el entrenamiento de intervalos de esprint lo mejora, lo que respalda el importante papel que desempeña la aptitud anaeróbica (es decir, el entrenamiento de velocidad) en el VO2 máximo y el rendimiento en carreras de distancia.
Por último, centrarse primero en la velocidad mejora la economía de carrera (la cantidad de oxígeno que se utiliza para correr a un ritmo determinado), lo que te permite aguantar e incluso progresar en el entrenamiento.