Runner's World (Spain)

“LA HISTORIA DA PARA UNA PELÍCULA DE HOLLYWOOD”

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un vendedor para nosotros”, explica Fischer. “En ese entonces no podías ganar dinero con el deporte, debías tener un trabajo decente”, así que fue empleado por Puma y, en esa posición, pudo publicitar­se a sí mismo y a esas zapatillas y su récord mundial, aunque dirigiéndo­se más a distribuid­ores y propietari­os de tiendas que a los consumidor­es.

Junto a las spikes (o zapatillas con clavos) que utilizó Fütterer, Puma también ofreció las Oslo. Con una suela de crepé de 9 mm, la amortiguac­ión de la zapatilla parece realmente lujosa en comparació­n, pero todavía era mucho para el entrenamie­nto: el jogging aún no se había ‘inventado’. “Hoy diríamos que es una zapatilla de ocio, pero entonces eran unas zapatillas de entrenamie­nto que se podían utilizar para múltiples deportes”, explica Fischer.

Las Oslo (fabricadas todavía hoy en día como un calzado de lifestyle) se convirtier­on en las Osaka, unas zapatillas de maratón, hechas de cuero blanco con una suela de goma marrón. Estas fueron las zapatillas que Abebe Bikila usó para ganar su segundo oro en una maratón olímpica. Dado que ganó su primer maratón descalzo (sus zapatos en ese momento le hicieron ampollas), podemos tomar su elección como una valoración de los niveles de comodidad de las Puma Osaka. Pero si Puma estaba innovando, también lo hacían todos los demás.

Hasta finales de la década de los 60, todas las competicio­nes, incluyendo todos los Juegos Olímpicos hasta 1964, se habían celebrado en pistas de ceniza o de gravilla. Pero una compañía llamada Mining and Manufactur­ing (o 3M) estaba trabajando en algo más rápido. Mientras el gigante agroquímic­o Monsanto estaba desarrolla­ndo un producto llamado ChemGrass, más tarde renombrado AstroTurf, 3M estaba ideando la primera superficie sintética para el atletismo. Los primeros atletas en utilizar una pista de tartán en competició­n fueron los saltadores de longitud, en el Norman Green Sports Centre de Solihull, en septiembre de 1967. Para los Juegos Olímpicos de 1968, ya era el nuevo estándar. Y las nuevas superficie­s requerían zapatillas nuevas. El enfoque de Puma resultaría fundamenta­l.

Durante esta etapa, los hermanos Adolf y Rudolf no habían intercambi­ado una palabra en años, aunque, como escribió John Underwood, de Sports Illustrate­d, en 1969, “se demandan mutuamente con frecuencia [...]. El alejamient­o de los hermanos es absoluto, la acritud incesante. Como resultado, su catálogo es insuperabl­e”.

Smith afirmó que simplement­e no querían que alguien las robara. Pero 50 años más tarde, le dijo a Sports Illustrate­d que “Puma era como una familia”.

Es fácil ser cínico con los atletas y las marcas cuando sabes que hay un contrato lucrativo detrás. Pero vale la pena reiterar que Smith y Carlos no ganaron nada como atletas aficionado­s, por lo que el apoyo de Puma significó mucho, incluso si financiera­mente tenía que hacerse a escondidas. Esto no era simplement­e una relación transaccio­nal: Art Simburg, su contacto con Puma y también su amigo, voló con ellos después de su protesta. Hoy en día, Helmut Fischer dice que, para él, Tommie Smith es el mejor atleta de todos los tiempos, no solo por lo que hizo, sino por lo que representó.

SALIENDO A LA CARRETERA

A FINALES DE LOS AÑOS 60 Y 70, estaba surgiendo una nueva tendencia. “Como muchas otras, venía de EEUU”, afirma Fischer. “Los europeos realmente no corrían en la calle, pero tuvimos que responder rápidament­e ante esta nueva moda del jogging. Las Puma Easy Rider fueron el primer desarrollo, impulsado por el equipo de EEUU; las Fast Rider fueron la respuesta alemana unos años más tarde”. Esta fue la primera zapatilla de Puma diseñada específica­mente para correr en la calle, con una parte superior de nailon y unos “tacos” en la suela de goma que se extienden al impacto para dar estabilida­d, amortiguac­ión y tracción. Las RS-I, que siguieron en 1984, incluso fueron diseñadas para corredores con “75 kg de peso corporal”. En otras palabras, para los aficionado­s joggers en lugar de las élites de peso pluma.

También hubo algunas innovacion­es pioneras en las RS-Computer de 1985. RS significa Running System, una suela que combina cuatro componente­s diferentes en un sistema acolchado. La RS-Computer, hecha para capitaliza­r esta nueva tecnología, fue la primera zapatilla-ordenador, pues ofrecía datos sobre el tiempo, las calorías y el kilometraj­e. Incluso brillaban en la oscuridad. En el lanzamient­o de las zapatillas en Nueva York, el gerente de producto de Puma lo declaró “el desarrollo más emocionant­e en tecnología de calzado de la historia”. El talón contenía 600 transistor­es diminutos, alimentado­s por un par de baterías de audífonos. Cada pisada se registraba. Después de la carrera, simplement­e enchufabas el zapato en el ordenador y ya tocaba ser un friki con los datos que te proporcion­aba este proto-Strava incorporad­o en tus zapatillas. ¿El problema? “Era demasiado pronto”, ríe Fischer. “Veinte años antes, nadie tenía un ordenador personal en casa en Alemania. En el mercado estadounid­ense y canadiense era un poco mejor, pero, realmente, si lo hubiéramos lanzado diez años

después, cuando salió Windows 95, tal vez entonces habría sido un gran éxito”. Fischer señala que, al mismo tiempo, Adidas lanzó un zapato que contenía un contador de pasos mecánico simple.

Con un auge del running cada vez mayor vino todavía más innovación. La tecnología Trinomic agregó un sistema de amortiguac­ión de nido de abeja, y a principios de la década de los 90 apareció el Disc System. En lugar del velcro, el disc sustituyó los cordones por un dial que se podía ajustar para fijar el pie de forma personaliz­ada. En los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992, esta tecnología de Puma se vio en los pies de medallista­s de oro, como la saltadora de longitud Heike Drechsler, y en el Campeonato Mundial de Atletismo de Stuttgart de 1993, en los de los Puma’s Fantastic Four (Drechsler, Merlene Ottey, Linford Christie y Colin Jackson). Todos ganaron el oro. Sin embargo, si el éxito atlético fue una constante, este no fue un periodo de oro para la marca. La aparición y explosión de Nike en la escena de carreras, y la competenci­a de Adidas, dieron lugar a que las ventas no subieran y, en realidad, tampoco hicieron grandes inversione­s en el mercado de carreras amateur.

MIRANDO AL FUTURO

LA APARICIÓN DE cierto velocista jamaicano, que llegó para romper todos los récords, hizo que el logotipo de Puma siguiera destacando en el atletismo de la década de 2000. Pero Puma no adornaba los pies de muchos corredores aficionado­s. A pesar de tener en sus libros el mayor nombre del atletismo, Puma distaba mucho de ser la mayor marca.

¿Estaba Puma en sus años más duros? Es una pregunta para Romain Girard, jefe de innovación de Puma Now. La respuesta es muy honesta: “Creo que voy a ser aún más radical y afirmar que tal vez nunca hemos sido una marca de running”, dice Girard. “Hemos sido una marca de pista, pero nunca de running. Puma fue un jugador clave en los años 60 y 70, con los grandes atletas y también con productos realmente innovadore­s como las Brush Spikes. Pero si nos fijamos en la historia, nunca nos abrimos paso en el mundo del running, nunca invertimos realmente en la construcci­ón de gamas y tecnología significat­iva”.

¿Y eso ha cambiado ahora? “Queremos ser un jugador clave ahora”, afirma Girard. “Y, para mí, es bueno empezar con un reset, con una comprobaci­ón de la realidad. Si queremos llegar a eso, necesitamo­s los atletas adecuados,

“TAL VEZ NO HEMOS SIDO UNA MARCA DE RUNNING”

la estructura adecuada, la mentalidad adecuada. Y la clave para abrir esa puerta es seguir innovando con la tecnología. En el caso de Puma, se trata de su gama Nitro, con un gran grupo de zapatillas que van desde las más estables hasta la superzapat­illa Deviate Nitro Elite, con placa de carbono.

Vale la pena echar un vistazo a un evento reciente de la Diamond League. Antes eran un auténtico océano de Nike, con alguna que otra Adidas o New Balance. Ahora, las equipacion­es azul claro de Puma están por todas partes. Fuera del running, las lleva el mejor saltador de pértiga de la historia, Mondo Duplantis. En el campeonato mundial de este año en Budapest, todo el podio de salto de altura masculino –Gianmarco Tamberi, JuVaughn Harrison y Mutaz Essa Barshim– fueron atletas de Puma. Si la credibilid­ad proviene del éxito, entonces Puma la ha obtenido de los atletas que patrocina. La longevidad de muchas de las relaciones con los atletas de Puma habla por sí sola. Por ejemplo, toda la carrera de Usain Bolt. “Es una cuestión de mantenerse constantes y coherentes. Coherentes con lo que creemos”, dice Girard. Ha sido un largo viaje desde esa lavandería, pero si miras a los pies de los corredores aficionado­s de hoy, empezarás a ver más zapatillas Puma. En términos de objetivos, Girard habla sobre 2030 y más allá. Son pasos pequeños, pero… ¿quién sabe cómo será correr dentro de 75 años? Puma quiere ser parte de ello.

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6/ Tommie Smith y John Carlos hacen el saludo del Black Power en los Juegos de México, en 1968.
7/ Las EasyRiders.
5/ A John Carlos le quitaron su récord de 19,7 segundos en los 200 m lisos por usar unas Puma no aprobadas. 6/ Tommie Smith y John Carlos hacen el saludo del Black Power en los Juegos de México, en 1968. 7/ Las EasyRiders.
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en la segunda ronda de la carrera femenina de 200 metros en los Juegos de 1992.
9/ La RSComputer Shoe.
10/ En 1996, Linford Christie fue a una conferenci­a de prensa
previa a los Juegos usando lentes de contacto Puma
11/ Shericka Jackson, en el Campeonato Mundial de Budapest, en 2023.
8/ Merlene Ottey, en la segunda ronda de la carrera femenina de 200 metros en los Juegos de 1992. 9/ La RSComputer Shoe. 10/ En 1996, Linford Christie fue a una conferenci­a de prensa previa a los Juegos usando lentes de contacto Puma 11/ Shericka Jackson, en el Campeonato Mundial de Budapest, en 2023.
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