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Médica especialista en oncología «Aunque procuro ser fuerte, a veces lloro con los pacientes»
Paula Jiménez Fonseca (Oviedo, 1978) ha sido distinguida con el Premio Salud de LA NUEVA ESPAÑA en la categoría de Proyección. Especializada en tumores digestivos, trabaja en el servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), dirige el registro nacional de cáncer esófago-gástrico y acaba de obtener una beca de investigación en tumores neuroendocrinos y otra en psicooncología. Asimismo, es la coordinadora del Curso MIR Asturias, en el que lidera al equipo de tutores y profesores de simulacros, y es profesora de oncología, genética y cuidados paliativos.
–¿Cuándo decidió estudiar medicina?
–Toda la vida me ha acompañado el deseo de ser médico. Mi padre es médico, y mi madre, trabajadora social. Siempre viví el ambiente de la medicina, y a mí me contagió. Y me agrada ayudar a los demás. En todas las facetas de mi vida, lo de poder apoyar a personas que sean frágiles o que estén en una situación vulnerable es algo que forma parte de mi día a día: en mi vecindario, con mis hermanos... Siempre tuve ese carácter cuidador.
–¿La elección de oncología viene condicionada por su padre?
–La neurología despertó mi interés mientras la estudiaba. Después, en las prácticas de la carrera me llamó la atención la oncología: lo que se podía investigar, lo que estaba por llegar... Hasta el mismo día en que elegí plaza no lo tuve claro. Es una especialidad complicada, pero me siento muy afortunada de desempeñarla.
–¿Cómo se lleva el saber que nunca vas a encontrarte con un caso leve?
–Solemos comentarlo entre los oncólogos: tenemos algo que nos hace saber convivir con situaciones de una gravedad extrema. Aprendes a llevarlo. Pero es difícil y requiere experiencia. Cuando empecé, no manejaba estas situaciones como ahora. También es verdad que hay gente que me dice: «¿Cómo has escogido oncología tú, que sufres con cada paciente...?».
–¿Llega a llorar con los pacientes?
–Delante de ellos trato de no hacerlo y de controlar las emociones, pero a veces me supera la situación y la pena de un mal pronóstico a corto plazo. A veces, dándoles una mala noticia, de un escáner, de una mala evolución, son ellos los que me dicen a mí que no me preocupe, que ya lo saben y que esto podía pasar... Soy una persona frágil con el sufrimiento humano, muy emocional, y cuando un paciente sale de la consulta y se va a unos cuidados paliativos finales suelo llorar. Pero sé que he hecho todo lo que he podido y eso me da fuerza para seguir cuidando al siguiente paciente.
–¿Puede decirse que los pacientes le enseñan cosas?
–Cada paciente me da una lección de vida. Es lo más bonito de mi especialidad: ver que personas que están sufriendo son capaces de sacar la mejor versión de sí mismas. Las personas se preocupan de sus familias, te dicen que les pongas tratamientos que no les hagan tener que venir mucho al hospital, siempre por cuidar de los suyos. Con cada paciente aprendo la generosidad, y también la sensatez que se tiene en momentos de tomar decisiones difíciles. No sé en el resto de España, pero en Asturias los pacientes confían mucho en los oncólogos.
–¿Eso cómo lo percibe?
–Por ejemplo, cuando intentas explicarles sobre su enfermedad y el tratamiento, muchos te dicen: «No me lo cuente. Deme lo que usted crea que es mejor». Eso nos sucede a menudo.
–¿Cómo maneja la transmisión de malas noticias?
–Es frecuente que los pacientes parezca que vienen engañados o que sus familiares les hayan modulado la realidad de su situación. Pero les preguntas y todos saben que tienen un cáncer, aunque a veces no lo han hablado con la familia. Hay una conspiración del silencio, y ellos lo saben. Y lo que te dicen casi siempre es que no les da miedo el cáncer, ni siquiera la muerte, sino el sufrimiento. Entonces, mi mayor temor es no lograr controlar los síntomas del paciente y que siga teniendo dolor, no pueda comer, siga adelgazando, se encuentre mal... Ése es el mayor reto para un oncólogo, y a mí es lo que más sufrimiento me causa. Controlar un tumor es difícil pero, sobre todo en cánceres incurables, hay que priorizar el control de los síntomas, y no siempre lo logramos.
–¿Hay avances?
–El mayor logro de los últimos tiempos es ver pacientes con metástasis que a priori pueden parecer estar cerca del final de su vida y que logran vivir con calidad un tiempo razonable. Eso cada vez lo logramos más, y supone un triunfo importante. Estamos llegando a hacer largos supervivientes a aproximadamente el 20 por ciento de los afectados por algunos tumores con metástasis.
–A veces le toca ejercer de psicóloga...
–Cuando los pacientes son capaces de saber qué medicina tienen que tomar y qué dieta tienen que seguir, y lo hacen, su calidad de vida crece mucho. Tanto el paciente como su familia tienen que aprender a convivir con esa nueva enfermedad, entender que las cosas son así y tratar de afrontarlo. Porque si el paciente vive con la frustración de me quiero curar y no puedo, eso es un drama. Mientras que si el paciente decide cambiar su estilo de vida para aprender a convivir con el cáncer, se logran mejorías y, lo más positivo, se aprende a llevar la enfermedad con paz. Yo soy una persona muy nerviosa y sé que me costaría mucho lograrlo.
–¿Usted sería mala paciente?
–Creo que la experiencia que me ha dado la oncología me haría aprender a enfrentarme mejor, pero mi carácter me haría llevar un cáncer con cierta ansiedad.
–¿Cuánta información ha de tener un enfermo?
–Uno de los grandes retos de la oncología es saber llegar hasta la verdad que el paciente puede tolerar, hasta la «verdad tolerable». Si le damos más información, o de forma más dura de lo que es capaz de asimilar el primer día, emocionalmente se derrumba. Pero si no damos una información lo suficientemente realista, siempre vivirá con la frustración de sentirse peor sin entender por qué. Tenemos que aprender a dosificar la información que les demos, la que en cada momento van a saber gestionar, y eso se aprende con los años, equivocándote a veces.
–¿Por qué decidió meterse tan de lleno en el mundo de la nutrición?
–Cuando empiezas de residente en oncología en la planta de hospitalización, no sabes na
da de cáncer, y te dedicas a cuidar a los pacientes. La mayoría o vomitan o tienen diarrea o están adelgazando o cosas parecidas... Me pasaba la vida oyendo a los familiares cosas así: «Y ahora, cuando vayamos para casa, ¿qué le doy de comer?». Yo no tenía ni idea. En la carrera no me habían preparado para esto. Fue lo que me motivó a aprender y veía que la gente lo agradecía. Por ejemplo: «Pues mire, como su marido ha tenido una diarrea, va a darle harina de algarroba, que es un alimento astringente».
–Actualmente existe una gran sensibilización sobre la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), por poner un ejemplo. ¿Considera que seguimos teniendo la impresión de que la palabra cáncer es el diagnóstico más temido?
–Es un tema que comento con los pacientes. Cuando tienes un infarto, puedes morirte más rápido que de un cáncer, pero a la gente no le suena tan fuerte. Cuando vienen con un diagnóstico de cáncer, en su cabeza tienen la sentencia de muerte, con independencia del estadio o de la gravedad de ese proceso tumoral. Ahora también llegan pacientes que creen erróneamente que tratamientos novedosos como la inmunoterapia pueden garantizar la curación.
–Usted lleva veinte años en el campo de la oncología. ¿Cómo han evolucionado las cosas?
–Han evolucionado muchísimo. Cuando empecé, teníamos unas pocas quimioterapias y, si no funcionaban, el paciente se moría. Ahora hemos integrado diversos tratamientos, más allá de los farmacológicos e incluso en presencia de metástasis, como cirugía, radioterapia, radionúclidos, radiofrecuencia, radioembolización... Vamos manejando el cáncer con muchas más herramientas. Y los oncólogos, además de tener infinidad de quimioterapias, tenemos agentes biológicos frente a alteraciones genéticas, lo que llamamos tratamientos personalizados; y la inmunoterapia, que de momento solo a unos pocos les prolonga mucho la supervivencia. Es una especialidad que se ha vuelto de una alta complejidad.
–Es imprescindible mirar al paciente a los ojos...
–Sin duda. El problema es que el tiempo del que disponemos para cada paciente es poco, y requerimos tiempo adicional al de las consultas para, por ejemplo, coordinarnos con colegas de otras especialidades, una colaboración que es clave. Lo cierto es que cada vez mejoran más los resultados, pero ese éxito es la suma de muchos, del trabajo en equipo. Hay comités multidisciplinares de tumores en los que se comentan los pacientes y se toman decisiones en equipo. Eso nos ha permitido optimizar los tratamientos y su secuencia.
–¿Volvería a elegir la profesión de médica?
–Definitivamente, sí. Mi profesión me apasiona y me proporciona una satisfacción incomparable. A diario me enfrento a desafíos complejos y situaciones difíciles, pero cada paciente me ofrece una valiosa oportunidad de aprender y crecer. Trabajar en el campo del cáncer me ha enseñado lo esencial en la vida y la importancia de poner en perspectiva los problemas cotidianos.
–¿Cuántas horas dedica al trabajo?
–En realidad, sería más preciso preguntar cuántas horas del día no dedico a la oncología y a mis responsabilidades en el Curso MIR de Asturias. Mi pasión por cada proyecto profesional es intensa, y me resulta difícil rechazar nuevos desafíos. Por ello, la asistencia clínica, la investigación y la enseñanza ocupan la mayor parte de mi jornada. Sin embargo, en los últimos años he aprendido la importancia de equilibrar el trabajo con el descanso y el ocio.
–¿Cómo se organiza?
–He establecido una rutina que incluye respetar mi sueño nocturno, dedicar una hora diaria al deporte, disfrutar del senderismo y el baile los fines de semana y participar en actividades culturales cada una o dos semanas. Este balance entre el trabajo y el tiempo personal me ha hecho más productiva y eficiente. He mejorado mi gestión del tiempo, al comenzar el día más temprano. Dedico el período de las 5.30 a las 7.00 de la mañana a responder correos electrónicos, un momento en el que me siento especialmente capaz. Las tardes las reservo para aquellas tareas que demandan mayor dedicación. He establecido un límite firme para finalizar mi jornada a las 22.00 horas. Este enfoque creo que me permite mantener un equilibrio saludable y sostenible en mi vida.
–Cuando analiza su trayectoria profesional, ¿cuáles piensa que han sido las claves?
–Considero que ser una persona responsable, trabajadora y entusiasta, con inteligencia emocional, ha sido fundamental en mi camino. Tampoco es que me vea como alguien con talentos excepcionales en comparación con otros. Sin embargo, reconozco que he tenido una gran fortuna en mi vida: estar rodeada de personas y profesionales extraordinarios. Desde mis padres, hermanos, abuelos, pareja y amigos, hasta mis profesores, compañeros de hospital, del Curso MIR Asturias, y colaboradores en diversos grupos científicos y proyectos. He aprendido algo valioso de cada uno de ellos, y considero que son ellos la verdadera clave de mis logros y avances profesionales.
–Su dedicación a la investigación es intensiva. ¿En que proyectos está centrada?
–Mi práctica clínica se centra en el tratamiento de pacientes con tumores digestivos y endocrinos. En el ámbito de la investigación, me he especializado principalmente en tres áreas: cáncer esófago-gástrico, tumores neuroendocrinos y, como parte de un enfoque integral del cáncer, en temas relacionados con la nutrición, la psicooncología y la trombosis. Dirijo la sección de cáncer esófago-gástrico del Grupo de Tratamiento de los Tumores Digestivos y coordino el registro de cáncer esófago-gástrico de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Adicionalmente, ocupo el cargo de secretaria científica del Grupo Español de Tumores Neuroendocrinos y Endocrinos, y coordino el registro español de carcinoma adrenocortical. También formo parte de la junta directiva del grupo de Bioética de la SEOM. Además, soy co-coordinadora de tres estudios de psicooncología, cada uno de los cuales ha recibido una beca nacional. Paralelamente, dirijo cinco tesis doctorales. Recientemente, he obtenido una beca nacional de investigación en tumores neuroendocrinos para 2024. Mi compromiso con la educación médica lo desarrollo, como antes mencioné, en el Curso MIR Asturias.
–¿A quiénes considera los grandes maestros de tu trayectoria?
–Ya digo que en mi camino he tenido el honor de estar acompañada por muchos profesionales que calificaría como maestros. Sin embargo, una figura destaca en particular: el doctor Jaime Baladrón. Aunque es ampliamente reconocido como director del Curso MIR Asturias, quienes hemos trabajado de cerca con él sabemos que lo que realmente le distingue son sus cualidades humanas. Su capacidad para anteponer a la persona sobre el profesional, el trabajo sobre el estatus y la honestidad sobre todo lo demás, es realmente inspiradora. Su lema, «si la suerte te visita, que te encuentre trabajando», refleja su filosofía de una vida entregada y dedicada. Jaime ha sido un apoyo constante, y ha estado ahí en momentos cruciales de mi vida donde se abrieron caminos igualmente prometedores, ayudándome a elegir la dirección correcta.
❛❛ Estamos llegando a hacer largos supervivientes al 20 por ciento de los afectados por tumores con metástasis
La carpeta MiAsturSalud del Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa) es la nueva app que facilita la comunicación de la ciudadanía con los servicios sanitarios de manera personalizada, sencilla, directa, eficiente y segura.
MiAsturSalud, que se puede descargar de manera gratuita en los sistemas operativos Android e IOS, asegura la gestión ágil y sencilla de los datos personales (administrativos y de contacto), la agenda sanitaria (citas, justificantes...) y otras funciones relacionadas con la salud, como el acceso a la receta electrónica, los informes clínicos o los resultados de pruebas y analíticas de los últimos cinco años. Además, se podrá consultar la historia clínica digital del Sistema Nacional de Salud.
Desde la aplicación también se puede retirar la medicación en las oficinas de farmacia sin necesidad de presentar la tarjeta sanitaria, al generar un código de barras que descodifican los lectores de las boticas. Además, la herramienta permite descargar la hoja de tratamiento en el mismo formato que el impreso en papel en el centro de salud. Asimismo, se ofrece la posibilidad de descargar las pautas del tratamiento con anticoagulante oral, conocido como «sintrom».
Menores y vacunas.
La app permite gestionar online los datos clínicos de terceros, como personas menores de edad o con discapacidad. En estos casos, los usuarios deberán acreditar la patria potestad, la representación legal, la condición de guardador de hecho o el consentimiento expreso para obtener el permiso de accesibilidad digital a la historia clínica de otros familiares.
También permite el acceso a los datos clínicos, para que los usuarios puedan consultar su calendario vacunal, los antecedentes de salud tanto personales como familiares; alergias y reacciones adversas. Entre las nuevas funcionalidades figura la opción de presentar quejas, sugerencias y agradecimientos.
La herramienta permite solicitar justificantes de consulta en el centro de salud y de ingreso en el hospital
De la misma manera, también se puede solicitar justificantes de asistencia a consulta en el centro de salud y de ingreso, cambio de médico de familia y de domicilio, anulación o cambio de cita con especialistas hospitalarios, renovación de receta electrónica, informe de fallecimiento y petición de acceso a datos de personas autorizadas.
Con la nueva app, también se cuenta con un nuevo módulo de citación para gestionar las consultas con los profesionales del equipo de atención primaria, que posibilita las citas previas de manera directa y ágil. Asimismo, permite asociar tarjetas sanitarias de familiares para gestionar sus citas de atención primaria.
Con esta aplicación, el Sespa avanza en el proceso de digitalización para mejorar la accesibilidad de la ciudadanía, mejora la experiencia de usuario y facilita su comunicación con el sistema público de salud.
Clave permanente de registro avanzado.
Al afectar a datos sumamente protegidos, MiAstursalud está diseñada con el máximo nivel de seguridad y permite el acceso seguro mediante una clave personal a la información, trámites y prestaciones de la ciudadanía.
Para acceder a estas prestaciones resulta preciso disponer de una clave permanente de registro avanzado, imprescindible para acceder de manera segura a todos los datos clínicos y, por lo tanto, confidenciales de los usuarios.
La clave se puede solicitar por internet, con el DNI electrónico, o de manera presencial en los registros de las distintas administraciones públicas, entre los que se encuentran los Servicios de Atención al Ciudadano (SAC) de las áreas sanitarias, ubicadas en los hospitales.
Los usuarios pueden localizar la oficina más cercana a su domicilio para realizar dicho trámite en persona en el siguiente buscador: https://administracion.gob.es/pag_Home/atencionCiudadana/encuentraTuOficina/OficinasRegistro_CLAVE.html
El amplio mundo de la cirugía vascular incluye tratamientos de varices y arañas vasculares, que los mejores especialistas realizan hoy sin quirófano y del modo menos invasivo posible. Obtener los mejores resultados para enseñar las piernas sin ningún tipo de complejo es lo que hace la clínica del doctor Pedro Villabella, un centro moderno, dotado de toda clase de adelantos, en un entorno acogedor, en el corazón de Montecerrao (Calle Mieres), a dos pasos del centro de Oviedo.
Lo que diferencia a la clínica es precisamente ese delicado tratamiento de los problemas vasculares con técnicas que permiten a los pacientes irse a casa después del procedimiento con una tirita, sin medias compresivas y con reincorporación inmediata a la actividad habitual. Además, prestan muchísima atención a los resultados estéticos. «Queremos que nuestros pacientes se vayan sin varices, por supuesto, pero con las piernas lo más bonitas posible además», señala el doctor Villabella.
Tal como cuenta, desde que tiene uso de razón le apasiona la medicina. «Mi madre dice que no recuerda que nunca haya querido ser otra cosa. Sin embargo, han tenido que pasar años para que comenzara a dedicarme a lo que es mi pasión. Actualmente soy médico especialista en Angiología y Cirugía Vascular». Al doctor Villabella le apasiona la innovación, «por ello en mi clínica trato problemas venosos, varices, arañas vasculares, con los últimos adelantos que ofrece la industria, sin cirugía convencional.
Mi reto es hacer todo esto sin dolor y con el mejor resultado estético posible». Entre las amplias posibilidades se encuentran las siguientes:
Varices: tratamiento sin quirófano.
Actualmente ya es posible tratar varices de gran tamaño sin tener que pasar obligatoriamente por un quirófano, sin suspender la actividad diaria y, sobre todo, de forma prácticamente indolora. Los dispositivos más empleados son: la radiofrecuencia, el láser intravascular, el Clarivein® y el Venaseal®. En ambos procedimientos se canaliza la vena a tratar con una aguja fina y se coloca un introductor que permitirá deslizar fácilmente los catéteres de los dispositivos dentro de vaso que va a tratarse. Venaseal® es el sistema más moderno para tratar varices. Utiliza un adhesivo quirúrgico para sellar la vena. Prácticamente indoloro y no precisa, en la inmensa mayoría de los casos, vendaje compresivo ni suspender la actividad deportiva o laboral.
La escleroterapia es una técnica que permite la eliminación de las venas varicosas mediante la inyección de una sustancia que irrita la pared interna (endotelio) lesionándola y haciéndola desaparecer progresivamente. Para ello se emplean agujas muy finas que permiten que el procedimiento sea prácticamente indoloro. Mediante esta técnica se pueden tratar desde pequeñas arañas hasta varices de mayor tamaño en diferentes localizaciones, incluyendo las que aparecen en la zona genital. Las úlceras vasculares son muy frecuentes. Producen dolor y un gran deterioro de la calidad de vida de las personas que las padecen. El diagnóstico de la causa que las produce es fundamental para tratar el problema.
En las consultas se ven a diario personas que llevan mucho tiempo realizando curas sin que nadie haya evaluado convenientemente la razón por la que esa úlcera no mejora. «En nuestra consulta se lleva a cabo una exploración física completa, además de una ecografíaDoppler y otras pruebas no invasivas para valorar correctamente el estado vascular del paciente e intentar filiar el origen de la úlcera y establecer el tratamiento de la causa, así como la mejor pauta de curas para su completa resolución», indica Pedro Villabella.
El láser también se utiliza para eliminar las típicas las «arañitas». La clínica dispone de un láser de NdYag con un sistema que emite una corriente de aire frío para disminuir la posible molestia.
Empecemos con un dato que a nadie dejará indiferente: tras identificar 4.614 aplicaciones de teléfono móvil diseñadas –en teoría– para ayudar a los jóvenes a evitar embarazos no deseados, el resultado de su análisis es que solamente 8 pueden ser recomendadas por el rigor de sus indicaciones.
Ésta es la conclusión a la que han llegado tres investigadores de la Universidad de Oviedo que han indagado sobre herramientas –eso que abreviadamente se denomina «apps»– gratuitas disponibles en cualquier «tienda» digital. «Sorpresivamente, nos encontramos que algo más del 60 por ciento de esas apps no abordaban específicamente el tema o incluso podían conllevar el efecto opuesto», indican los autores del estudio: los profesores de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud Rubén Martín Payo y Mar Fernández Álvarez, y la enfermera y profesora asociada Xana González Méndez.
Pese al citado bajo porcentaje de aplicaciones realmente eficaces, la investigación dio lugar a observaciones de todos los colores. Por una parte, la mayoría de las apps estudiadas «centraban su contenido en tipos de métodos anticonceptivos, su descripción, efectividad y modo de uso», indican los autores del trabajo. A la vez, abordaban «otros temas de elevado interés para la población adolescente, por ejemplo cambios físicos y biológicos de la adolescencia, violencia sexual, autoestima y conductas de riesgo de embarazos no deseados». Hasta un total de 10 epígrafes diferentes se abordaban en una misma app. Por otro lado, «algunas de ellas también ofrecían información vinculada a la prevención de infecciones de transmisión sexual, que, si bien no están relacionadas con los embarazos no deseados, constituyen un grave problema de salud para este grupo de población».
El grupo de investigación (PRECAM) de la Universidad de Oviedo y el Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA) partió de la base de que los embarazos no deseados durante la adolescencia «pueden ser considerados un problema de salud pública importante». A pesar de mostrar una tendencia a la baja, constituyen «una prioridad que debe abordarse, ya que se estima que en todo el mundo estos embarazos representan el 48 por ciento de las gestaciones globales». Aun tratándose de un fenómeno más frecuente en países en desarrollo, no es exclusivo de los territorios más desfavorecidos. En España, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), un 7,83 por ciento de los embarazos tienen como protagonistas a mujeres de esa franja de edad. En Asturias, la tasa de embarazos no deseados es superior al de la media española. Además, otro estudio desarrollado recientemente por el grupo PRECAM había puesto de relieve dos realidades: que, en opinión de los adolescentes, la educación sexual en entornos escolares «es mejorable» y que «no en todas las familias se habla del asunto abiertamente».
Esto supone que la población adolescente, en ocasiones con falta de conocimiento sobre los anticonceptivos, su uso, beneficios y riesgos, busca información en otras fuentes, muchas veces poco fiables, como pueden ser sus amistades, internet o herramientas digitales de diversa naturaleza. Y todo ello tiene lugar en un contexto abonado por la probabilidad de tener un mayor número de parejas sexuales; la práctica de conductas que predicen el riesgo, como son el consumo de alcohol y otras sustancias tóxicas; la dificultad de acceso a anticonceptivos; el empleo inadecuado de estos métodos... «El uso de anticonceptivos por parte de los adolescentes es a menudo incorrecto o inconsistente», señalan los investigadores.
A juicio de los expertos, son varios los argumentos a favor de la integración de las apps como herramientas que contribuyan a la prevención de los embarazos no deseados. Por un lado, «la literatura científica recoge la efectividad de su uso». Además, «en España, prácticamente el 100 por ciento de los adolescentes son usuarios habituales de teléfonos móviles». Como tercer elemento, «la actitud de la población adolescente hacia su integración es, por lo general, muy positiva y destacan el empoderamiento que les reportan considerándolas buenas herramientas para aumentar los conocimientos sobre salud sexual y reproductiva», indica Rubén Martín Payo.
La gran duda que se planteaba –ahora resuelta en sentido negativo– era si esas apps podían ser aconsejadas a la población adolescente. En ese rastreo que les llevó a 4.614 herramientas, los investigadores se encontraron con un grupo de ellas basadas «en el más que desacertado método de Ogino-Knaus». También se toparon con apps que no funcionaban, otras que no estaban disponibles en español... «Finalmente, nos quedamos con 8 apps que, en base a su contenido, centrado fundamentalmente en anticonceptivos, y otros análisis posteriores, como, por ejemplo, su calidad, podrían ser recomendadas o utilizadas por adolescentes», puntualiza Xana González Méndez.
Pese a todo lo dicho, las apps «podrían ser entendidas como una versión digital de otros recursos no digitales que se han empleado de forma habitual, por ejemplo, los trípticos u otros formatos en papel», asevera Mar Fernández Álvarez. Se trata –agrega– de «un recurso que, como complemento a la atención sanitaria habitual, y utilizado de forma adecuada, puede ser de gran utilidad». Entre sus ventajas destacan que «sus contenidos pueden renovarse de una forma ágil y adaptarse tanto a las necesidades de la población como a las novedades que surjan en relación con el tema que se aborde». De otro lado, esas herramientas con material más riguroso «facilitan que la población adolescente acceda a información fiable sin necesidad de tener que desplazarse a centros sanitarios, que, como bien es sabido no es un primera opción, o al menos desde un enfoque preventivo, para esta población», precisan los autores del trabajo.
Puestos a calificar la utilidad de estas apps, los autores de la investigación concluyen que la nota global es «un sí condicionado».
El doctor Luis Castellanos González es un prestigioso urólogo en Avilés con más de cuatro décadas de trayectoria profesional. Los resultados avalan al médico, experto en próstata, cáncer de próstata, disfunción eréctil, incontinencia urinaria, cistitis, infecciones urinarias, problemas de infertilidad masculina y vasectomía, entre otras materias.
Licenciado y doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Salamanca, se especializó en Urología vía MIR por el Hospital Nuestra Señora de Covadonga de Oviedo. A lo largo de su trayectoria, se ha especializado en Andrología, con formaciones en prestigiosas instituciones, como la Fundación Puigvert o en el Servicio de Andrología del doctor Pomerol Serra.
Luis Castellanos ha trabajado en el Hospital San Agustín de Avilés y en prestigiosas clínicas de Gijón y Oviedo, actualmente se dedica a su consulta privada de Urología y Andrología en Avilés: la Clínica de Urología y Andrología Doctor Castellanos. Para su actividad quirúrgica utiliza los quirófanos del Hospital Covadonga de Gijón. La actividad que desarrolla es la propia de su especialidad en diversas facetas.
Una de ellas es la próstata y todas sus afecciones: tumores, disfunción eréctil, enfermedad de La Peyronie, infecciones urinarias, cistitis e infecciones urinarias. Una de las técnicas que ofrece la clínica es el láser de Tulio, la tecnología más moderna para intervenciones de próstata, eficaz y mínimamente invasivo, que proporciona una mayor calidad de vida.
El láser de Tulio de última generación de 120 W se presenta como la solución ideal para los problemas de hiperplasia benigna de próstata. Tiene una elevada vaporización y permite la vaporresección, lo que se traduce en un menor tiempo quirúrgico. Su exclusiva longitud de onda permite actuar sobre el tejido prostático de la forma más óptima y eficaz posible.
- Provoca los mínimos efectos secundarios y es posible utilizarlo en próstatas grandes. También ofrece:
- Rápida recuperación con una estancia en hospital, en la mayoría de los casos inferior a 24 horas.
- Especialmente indicado para pacientes con alto riesgo (cardiacos, tratamientos con anticoagulantes y antiagregantes).
- No existe sangrado. Al utilizar el láser, parte del calor se dispersa sobre el tejido no vaporizado produciendo un efecto hemostático (cómo cauterizar una herida) evitando así el sangrado que provoca las prolongadas estancias hospitalarias de los procedimientos tradicionales, sin necesidad de transfusiones sanguíneas.
En materia de salud sexual en la clínica se atienden desde impotencia a eyaculación precoz o disfunción eréctil con la última tecnología para su tratamiento: el equipo de ondas de choque Renova de la casa Direx, un sistema pionero de ondas lineales que ofrece una mayor eficacia.
Sin duda, más de 30 años de experiencia y miles de pacientes tratados con éxito son el mejor aval del centro. A ello se une un continuo esfuerzo por incorporar los últimos tratamientos y la más moderna tecnología.
El doctor Castellanos considera que a partir de los 50 años todos los hombres deberían acudir al urólogo para una revisión anual. La disfunción eréctil es uno de los casos más frecuentes de consulta. En la clínica del doctor Castellanos cuentan con la tecnología más avanzada. Otros de los trastornos que se tratan son la incurvación congénita del pene o los trastornos de la eyaculación. Un 30% de los hombres tiene a lo largo de su vida problemas de eyaculación precoz. En la mayoría de los casos el origen radica en una afección psicológica o emocional, que puede tratarse con éxito.
La infertilidad masculina también figura dentro del espectro de afecciones que se abordan en la clínica, así como las enfermedades de transmisión sexual (ETS), en las que son especialistas en su totalidad. Entre los tratamientos que ofrecen figura la vasectomía, el método anticonceptivo masculino eficaz y seguro, que consiste en la sección y fulguración de los extremos de ambos conductos deferentes, para evitar la subida de los espermatozoides hacia la parte superior de las vías seminales. Es un método sencillo, que se realiza con anestesia local. La duración suele ser inferior a los 20-30 minutos. Se considera un método definitivo, por lo que solo deben hacerla aquellos hombres que no deseen tener más hijos. El paciente debe de tener cuidado para evitar dejar embarazada a su pareja, durante al menos 3 meses, o 15-20 eyaculaciones, después de la vasectomía, debiendo de mantener un método anticonceptivo hasta que se haga el control de la misma, que consiste en un análisis para comprobar la ausencia de espermatozoides.
La incontinencia urinaria en la mujer, la perdida involuntaria de orina, afecta a un 25% de las mujeres entre 30 y 60 años. En mujeres próximas a los 80 años aumenta hasta el 43%. La clínica cuenta con el láser ginecológico Gynelase, que corrige las pérdidas de orina de forma cómoda, segura y eficaz. Se aplica en consulta, sin cirugía y solo con anestesia tópica.
La infertilidad masculina y los problemas de próstata se tratan de forma eficaz
La composición del aire que respiramos influye enormemente en nuestra salud. Existe una gran preocupación por lograr que los contaminantes exteriores de la atmósfera no sobrepasen los niveles permitidos. Los óxidos derivados del nitrógeno y del azufre (especialmente NO2 y SO2), las partículas de pequeño tamaño en suspensión (menores de 2,5 micras de diámetro), el monóxido y el dióxido de carbono (CO y CO2), los metales pesados (plomo, cadmio, etc), algunos gases radioactivos (radón) y otros componentes de ambientes laborales diversos, son todos ellos motivo de vigilancia epidemiológica por parte de los sistemas sanitarios. Sin embargo, se dedica menor atención al control de la calidad del aire del interior de los edificios.
La contaminación de los denominados espacios interiores, lugares donde habitualmente permanecemos, ya sea en el propio hogar, escuelas, lugar de trabajo o de ocio, puede también representar un riesgo importante para la salud, de lo que la gran mayoría de personas no son suficientemente conscientes. La reciente pandemia por coronavirus ha supuesto un toque de atención sobre este particular y, en general, la sociedad es cada vez más exigente con el control de la calidad del aire que respiramos, cualquiera que sea el lugar. Si la calidad de este aire interior no es la adecuada y existe un problema de renovación del mismo (ventilación), puede acumularse un nivel elevado de contaminantes que resulte perjudicial. La presencia de humos, ácaros del polvo doméstico, compuestos orgánicos volátiles u otros materiales, inhalados de forma permanente, resulta también un riesgo para la salud. Las principales fuentes productoras y que merecen una vigilancia especial son: 1) tabaco, tanto directo como de segunda o tercera mano; 2) productos de combustión, tales como calefacciones, estufas, refrigeradores, hornos, etc; 3) emisión de gas radón desde el subsuelo; 4) los propios materiales de interior, tales como pinturas, muebles, alfombras, etc; 5) bacterias y hongos derivados de ciertas humedades; 6) alérgenos ambientales como ácaros, polen o animales domésticos, y 7) los propios gases derivados del metabolismo de los convivientes. Sin mencionar otro tipo de contaminación como puede ser el ruido o las radiaciones electromagnéticas.
Existe una población de mayor riesgo, en la que los contaminantes respiratorios pueden actuar de forma más intensa. Se trata de niños, ancianos y aquellas personas con enfermedades crónicas, que pueden agudizarse por respirar en ambientes sobrecargados. Si a la atmósfera exterior de las grandes ciudades le añadimos un aire ambiente interior pobremente ventilado, la suma de efectos perjudiciales es máxima. Debemos tener en cuenta que si esta ventilación se realiza exclusivamente con la apertura de puertas y ventanas, y ponemos en contacto dos ambientes contaminados, nunca lograremos un aire interior de calidad para la respiración. Por este motivo, la limpieza y la ventilación óptimas sólo se alcanzarán mediante el uso adecuado de equipos que reduzcan los alérgenos, las partículas y los gases ambientales (filtros, absorbentes, purificadores, etc). (Am J Respir Crit Care Med. 2022; 205:378-80. doi: 10.1164/rccm.202112-2822ED).
Al igual que los responsables políticos de la administración de las grandes ciudades han aumentado su interés por lograr que exista una menor contaminación del aire exterior (zonas peatonales, reducción de velocidad en los vehículos, aumento de vegetación, etc), existe una preocupación creciente por parte de todos los profesionales implicados en la construcción de edificios, para que éstos resulten con mayor eficiencia energética y mejor composición del aire interior. También los fabricantes de equipos que acondicionan el aire han realizado un gran esfuerzo para lograr el máximo de resultados, aún en ambientes extremos. Estos equipos deben alcanzar un mínimo de cuatro objetivos, centrados en la propia calidad, la temperatura, la humedad y la renovación del aire ambiente.
Un mensaje final para destacar tres posibles contaminantes del aire interior y que por su potencial gravedad merecen un último recordatorio. Se trata del tabaco (fumadores, no fumen en los ambientes comunes de la casa y especialmente se hay niños o enfermos respiratorios en el entorno), el monóxido de carbono (CO), fruto de los quemadores de gas en ambiente poco ventilado y si hay brasas o combustión en pobreza de oxígeno; y el gas radón, especialmente presente en el noroeste de España y segunda causa productora de cáncer de pulmón (la primera y muy destacada, el tabaco, en más del 85% de las ocasiones).
Reivindiquemos la pureza del aire exterior de nuestras ciudades y hagámoslas «Neumosaludables». A su vez, exijamos que el aire interior de nuestras viviendas y lugares de trabajo sea también de una calidad extrema. Nuestra salud lo agradecerá.
El dolor lumbar es la causa más frecuente de consulta en las unidades de dolor y un problema de salud pública en los países desarrollados. La columna vertebral esta formada por 26 vértebras, entre cada una de ellas hay una estructura que hace la función de colchón o cojín: son los discos intervertebrales. Cada uno consta de tres partes: el núcleo pulposo, estructura formada por agua añadida a una matriz y colágeno; el anillo fibroso, con 20 laminillas de fibras colágenas que rodean al núcleo pulposo. Es similar a una rosquilla de gelatina; y los platillos cartilaginosos, que recubren la superficie superior e inferior del disco y lo fijan firmemente el disco a las vértebras por encima y por debajo
Los discos intervertebrales permiten la flexibilidad de la columna y actúan como amortiguadores durante las actividades diarias tales como caminar, correr, girar o saltar. En un recién nacido el 80 por ciento del disco está compuesto de agua. Para que el disco funcione correctamente, debe estar bien hidratado. El núcleo pulposo es el principal portador de la carga axial del cuerpo y depende de su contenido acuoso para mantener su resistencia y flexibilidad. Con el tiempo, los discos intervertebrales se deshidratan y se vuelven más rígidos, lo que hace que el disco tenga menos capacidad para ajustarse a la compresión. Aunque se trata de un proceso natural de envejecimiento, a medida que el disco se degenera en algunas personas, puede llegar a ser doloroso.
Una hernia de disco es un fragmento del núcleo del disco empujado fuera del anillo hacia el canal espinal a través de un desgarro o ruptura en el anillo. Los discos que se hernian generalmente se encuentran en una etapa temprana de degeneración.
Entre el 60 y el 80 % de las personas tendrán dolor lumbar en algún momento de la vida. Algunas de ellas tendrán dolor lumbar y dolor en las piernas causado por una hernia de disco, que pueden darse en cualquier parte de la columna y son más comunes en la zona lumbar, pero también ocurren en el cuello. Según la ubicación puede provocar dolor, entumecimiento o debilidad en un brazo o una pierna. Puede ocurrir que se visualice en las pruebas de imagen una hernia de disco, pero no se tengan síntomas. La desaparición espontánea de hernias de disco intervertebral es un hecho conocido. En la mayoría de los casos, una hernia discal en sí no es dolorosa. Es el material que se escapa del disco el que comprime, inflama o irrita un nervio cercano-raíz, lo que causa dolor radicular o radiculopatía, comúnmente denominado dolor ciático.
Hasta no hace mucho se interpretaba que el dolor ciático en la hernia del disco intervertebral lumbar estaba originado por la compresión sobre la raíz nerviosa. Sin embargo, la hernia del disco intervertebral lumbar presenta cuadros muy heterogéneos inexplicables con el simple compromiso mecánico. Numerosos estudios sobre la inmuhistoquímica y de biología molecular han demostrado que el tejido herniado no es un material inerte sino que es biológicamente muy activo con capacidad de expresar una serie de mediadores de inflamación entre los que destacan citoquinas proinflamatorias (interleukinas) y el factor de necrosis tumoral. La inflamación no sólo la provoca la irritación química de las sustancias bioactivas liberadas por el núcleo pulposo, también mediante una respuesta autoinmune. Además del factor mecánico, la mediación bioquímica tiene un papel importante en la fisiopatología del dolor ciático y de la radiculopatía.
Los síntomas de la radiculopatía lumbar pueden variar mucho de un paciente a otro según dónde se compriman las raíces nerviosas. Las hernias discales en la zona lumbar provocan un dolor más intenso en la pantorrilla, los muslos y las nalgas; a veces el dolor puede extenderse también por toda la pierna y bajar hasta los dedos de los pies. Como síntomas mas frecuentes
–Hormigueo o entumecimiento en las piernas
–Dolor punzante o sensación de descarga eléctrica desde las nalgas hasta los pies.
–Debilidad muscular en las piernas –Pérdida de reflejos en las piernas –Mayor incidencia de espasmos musculares
–Dolores agudos en la pierna que empeoran con determinados tipos de ejercicio físico.
Existen varios factores que aumentan el riesgo de desarrollar una radiculopatía por hernia discal:
Edad. A medida que envejecemos, los discos intervertebrales de la columna vertebral pueden sufrir cambios y degeneración, lo que aumenta el riesgo de hernias de disco y compresión del nervio ciático.
Obesidad. El exceso de peso puede ejercer presión sobre la columna vertebral, aumentando el riesgo de hernias de disco y compresión del nervio ciático.
Estilo de vida sedentario. La falta de actividad física y el estar sentado durante largos períodos de tiempo puede debilitar los músculos de la espalda y aumentar el riesgo de lesiones.
Trabajos físicamente exigentes. Los trabajos que requieren movimientos repetitivos y esfuerzos físicos constantes pueden aumentar el riesgo de lesiones de espalda.
Embarazo y ciática. El peso del feto puede ejercer presión sobre la columna vertebral y el nervio ciático.
La genética. Algunas personas heredan predisposición a una hernia de disco.
Fumar. Fumar disminuye el suministro de oxígeno a los discos y hace que se deterioren más rápidamente.
El primer paso para que el tratamiento sea eficaz, es un buen diagnóstico. El proceso se lleva a cabo mediante una exhaustiva historia clínica y revisión de los síntomas exploración y examen físico. Pruebas de imagen como la radiología simple, la resonancia magnética- o la tomografía computarizada
La opción de realizar cirugía debe plantearse como última alternativa
y mielografía, ayudan a confirmar el diagnóstico y mostrar la ubicación y la extensión de la hernia discal.
Las evaluaciones neurológicas determinan la función del sistema nervioso y ayudan a ver si hay signos de compresión nerviosa. Cuando se plantea el tratamiento de la radiculopatía por hernia discal hay que considerar la gravedad de los síntomas, intensidad del dolor, la ubicación de la hernia discal, posibles déficits y signos de alarma neurológicos e incapacidad funcional.
Inicialmente el tratamiento puede incluir disminución de la actividad física y reposo ( uno o dos días máximo), fisioterapia, ejercicios de estiramiento y fortalecimiento, y tratamientos farmacológicos para aliviar el dolor y la inflamación.
Caminar o realizar actividad física durante la ciática debe realizarse con precaución y bajo la supervisión medica. La actividad excesiva puede empeorar los síntomas. Es importante evitar actividades que impliquen movimientos bruscos o posiciones incómodas. Cuando la evolución del paciente no es favorable puede ser conveniente la indicación de tratamientos intervencionistas mínimamente invasivos. El tratamiento de la patología discal lumbar y radicular ha avanzado en las últimas décadas, las innovaciones han permitido mejorar el acceso al disco y la raíz, así como la visualización del espacio epidural.
Las infiltraciones epidulares interlaminares con corticoides y anestésicos locales ha sido una de las técnicas más empleadas en las unidades del dolor para el tratamiento de pacientes con ciática. Actualmente existe gran controversia en lo que respecta a su eficacia y seguridad. Solo tienen indicaciones especificas.
La vía caudal y sobre todo la infiltración transforaminal es la que presenta un mejor nivel de evidencia en el tratamiento de la radiculalgia secundaria a hernia discal. Su gran eficacia reside en colocar la medicación antiinflamatoria- corticoides cerca de la raíz espinal, mejorando la eficacia y evitando los efectos secundarios de los fármacos por vía oral.
Existen otras técnicas intervencionistas más avanzadas para el control del dolor radicular por hernia discal, que se realizan en régimen ambulatorio para el paciente,
–Radiofrecuencia pulsada de la raíz dorsal: aplicar calor a 42 grados centígrados para lograr una modulación de la transmisión nerviosa de la raíz nerviosa afectada.
–Descompresión percutánea de hernias discales que utiliza la tecnología QMR (Quantum Molecular Resonance)
–Discogel. Es una inyección de etanol gelificado (alcohol) en el disco intervertebral herniado
–Ozonoterapia-discolisis: consiste en la inyección en el interior del núcleo pulposo de ozono, con el objeto de reducir el volumen del material discal para tratar una protrusión o hernia discal sintomática. –Endoscopia transforaminal. –Técnicas regenerativas intradiscales como PRP, plasma rico en plaqueta y Orthokine:; factores de crecimiento, citokinas antiinflamatorias, mediadores lípidos y exosomas.
La opción de cirugía debe de plantearse como última alternativa, cuando el paciente continua con dolor y limitación funcional, afectando negativamente a su calidad de vida y los tratamientos previos no han sido eficaces. Aproximadamente el 80 o 90% de los pacientes que tienen una hernia de disco aguda mejoran sin cirugía. Finalmente, se puede ayudar a prevenir y padecer una hernia de disco, para ello se recomienda
–Realizar ejercicio. El fortalecimiento de los músculos del tronco estabiliza y sostiene la espina dorsal.
–Tener buenas actitudes posturales. Esto reduce la presión sobre la espina dorsal y los discos. Mantener la espalda recta y alineada, en especial, cuando se está sentado durante periodos prolongados. Levanta objetos pesados apropiadamente, haciendo que las piernas (no la espalda) hagan la mayor parte del trabajo.
–Control del sobrepeso. El exceso de peso ejerce más presión sobre la espina dorsal y los discos, haciéndolos más susceptibles a poder generar una hernia discal.
–No fumar. Es necesario evitar el consumo de cualquier producto de tabaco.
Como decía Oscar Wilde: «No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo». Pues aquí estoy yo para contar mi atípica historia con el cáncer. Sí, atípica porque he pasado de un sarcoma de Ewing a un condrosarcoma mixoide extraesquelético sin pasar por la casilla de salida. Vaya por delante que esta es mi historia, sin más. Ojalá todos los enfermos de sarcomas pudieran tener mis giros de los acontecimientos. O mejor, todos los enfermos de cualquier tipo de cáncer. Pero así se me dieron las cosas a mí y, desde la prudencia y el absoluto respeto por los que lo están sufriendo o lo sufrirán, no siempre está todo dicho. A veces sí hay esa luz tan esperada al final del túnel. Y ese es mi caso a día de hoy, que todos sabemos cómo puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos tu vida.
Me llamo Alicia, soy de Avilés, tengo 41 años y lo que más me gusta hacer en el mundo es reír.
Todo comenzó un agosto de 2012, riendo. Así fue como me noté un bulto en la parte izquierda de la barriga. Me estaba riendo tanto que me dolía la tripa y, al poner la mano, noté un bulto.
La verdad que, a pesar de lo que escuchas y te dicen y sabes, no le di mayor importancia. A los días, pedí cita con mi médico de cabecera y, cuando fui, pensó que era un quiste sin más. Me pidió una ecografía y, tras ella, empezó todo.
Era ya 2013 cuando llegó esa cita para ver qué podía ser. En la misma ecografía me piden que me quede, porque veían algo raro y querían coger una muestra. Mi primera biopsia. En ese momento yo tenía 31 años y un miedo atroz a las agujas, del estilo de sacar sangre acostada porque me desmayaba...
Tras varias pruebas, llega el diagnóstico: sarcoma de Ewing de partes blandas, un tipo de tumor raro que lo normal es que se dé en edad infantil, en huesos y en varones. Pues ahí estaba yo, cambiando las reglas. En un primer momento te quedas bloqueada, no entiendes nada y piensas que esto no tiene sentido y no puede estar pasándote a ti. Lo segundo que pasa por mi mente es: «Bien, esto es lo que hay, pues habrá que ir a por todas...».
Mi primera operación es en agosto de 2013 en Oviedo, en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Sale todo bien y me despiden diciéndome que debo congelar óvulos para empezar el tratamiento. Creo que fue la primera vez en mi vida que pensé que no podría ser madre. Eso abrió un nuevo objetivo en mi mente. Cuando recibes esa información, algo en ti te transporta a una nueva realidad en la que no vivías.
El caso es que Pepito (nombre con el que me dirijo a mis tumores) desapareció de mi cuerpo y se dedicó a viajar para ver qué tipo de tumor era. Lo estudiaron en el Hospital Virgen del Rocío (Sevilla), viajó también a Boston. Era todo tan raro que tampoco sabían decirme exactamente qué tipo era. Al final, llegaron buenas noticias de Boston: se había convertido en un sarcoma de bajo grado. Todo eran buenas noticias, me libraba de la quimio, de congelar óvulos. De cómo se ponía la cosa a cómo sucedió fue asombroso.
Al ponerte la vida en esa situación, y a pesar de que todo se presenta muy bien, mi pareja y yo decidimos casarnos, porque de forma vanidosa pensé que me negaba a casarme sin pelo. Realmente, uno de los grandes inconvenientes que pensamos que vamos a tener antes de empezar estos tratamientos es ese, el de quedarte sin pelo. Así que pensé: «Déjame tiempo para verme yo misma en mis fotos de boda y disfrutarlo sin estar enferma». El 30 de agosto de 2014 nos casamos: fue el segundo día más feliz de mi vida.
Parecía que todo era normal –vida normal, un susto sin más– cuando, en 2016, de nuevo otro bulto. La experiencia es un grado, así que esta vez ya fue mucho más rápido todo. Segunda operación, de nuevo en el HUCA. Todo salió igual de bien que la primera. Llega un tercer bulto, en 2018, y ahí ya pido una segunda valoración en un hospital de referencia de sarcomas. Me derivan al Hospital Sant Pau (Barcelona). Me operan allí y sale todo estupendo. Pero llegan los resultados de anatomía patológica y vuelve a ser sarcoma de Ewing. En Barcelona me dan las pautas del tratamiento, algo potente, que probablemente me deje estéril, por lo que les pido congelar óvulos antes de empezarlo. Aunque no estaban muy a favor por los tiempos, comprendieron mi deseo y esperaron a que lo hiciera. Todo el proceso fue rápido y, aunque solo conseguí congelar tres óvulos, creí que hacer otro tratamiento tan seguido antes de la quimio igual era demasiado, ya que estos procesos son un gran chute hormonal que te agota. Así que aunque pensaba que no del todo, mi objetivo estaba cumplido. Al menos tres ovulillos eran mejor que nada. Y obviamente también pensaba que, con un sarcoma de Ewing de nuevo, quizás ni oportunidad de usarlos tendría. Soy una persona muy optimista, pero también soy realista: dos veces había librado, igual una tercera era demasiada suerte.
Empecé mi tratamiento de quimio. Iban a ser seis sesiones en principio, luego volvíamos a operar y luego radio. Me pongo a buscar información sobre sarcoma de Ewing, mi tipo de quimio, qué va a pasarme y me encuentro a Ainhoa, del blog «Menos miedos y más ganas», una chica unos años más joven que yo que estaba pasando por el tratamiento para sarcoma de Ewing-like (así se denomina el de partes blandas), que iba contando cada paso que daba en su tratamiento. Para mí fue liberador leer a alguien que estaba viviendo mi camino, pero unos meses antes. Ese es el principal motivo por el que yo me he decidido a contar mi historia, porque mil veces estuve a punto de escribirle y decirle que yo la leía, que era inspirador sentir que alguien pasaba por lo mismo o muy parecido, que esa compañía en esos momentos, y sin ella saberlo, estaba siendo una mano amiga en mi proceso. Y con todo lo que yo he vivido, con todo lo que yo sé ahora, si una sola persona puede sentirse acompañada con mi historia y conmigo, merecerá la pena.
Empiezo la quimio. Decidí que todo mi proceso iba a ir con los labios pintados de rojo. Pasase lo que pasase, todos los días que saliera de casa iba a acompañarme el rojo. Había pedido cita para raparme el pelo y ponerme una peluca como dos semanas después de la segunda sesión de quimio. Había elegido una peluca natural, rubia y de pelo corto. Yo, siempre con melena morena, pensé: «Bueno ya que nos ponemos, pues habrá que jugar un poco».
Con la primera sesión de quimio, a los pocos días mi pelea en la ducha con los mechones de pelo sueltos era toda una hazaña. Así que decidí adelantar la cita y no pasar más tiempo recogiendo pelo que lavándolo. Fui yo sola a raparme y poner la peluca, porque realmente no sabía cómo iba a llevar la situación. Todo fue mucho mejor de lo que me imaginaba: salí con mi peluca, me veía guapa con mis labios rojos y mi peluca rubia.
De repente, tras la segunda sesión de quimio, recibo una llamada de mi oncólogo de Barcelona, la llamada más trascendental de mi vida. Me dice que le han llegado los estudios de mi cadena genética completa del Hospital Virgen del Rocío, que tengo una mutación extraña que hace que lo que parecía ser un sarcoma de Ewing-like resulta que es un condrosarcoma mixoide extraesquelético... No doy crédito. El caso es que ese tipo de tumor rarísimo no funciona con la quimio que estaba recibiendo, ni con ninguna.
Así que paramos tratamiento y tienen que operarme de nuevo y poner radio. En esta operación es cuando deciden sacar todo el músculo abdominal izquierdo, limpiar bien la zona tumoral y reconstruir mi pared abdominal con el músculo gracilis del muslo derecho. Yo, tan tranquila, pensando que esto se hacía habitualmente. Resulta que en 2019
Con todo lo que he vivido, si una sola persona puede sentirse acompañada con mi historia, merecerá la pena