La Nueva España - Salud | La Nueva España
Una explicación fácil de los trastornos venosos y las varices
Las gestantes están muy sometidas al peligro de sufrir unas dilataciones que pueden evitarse con algunos trucos
Las varices son dilataciones anormales y permanentes de las venas superficiales, debido a la debilidad de las paredes y válvulas venosas. Los embarazos, la obesidad, o una cierta propensión congénita, pueden ayudar a que estas válvulas se ensanchen y debiliten. Como resultado, la sangre se estanca en las venas de las extremidades inferiores, dilatándolas. En casos extremos pueden llegar a abultarse considerablemente, llegando, incluso, al enrojecimiento de la piel. Por encima del deterioro estético que causan y del temor a padecerlas, las varices constituyen una patología muy peculiar.
Pueden afectar a cualquier sistema venoso (anal, vulvar….), pero, normalmente surgen en las extremidades inferiores. Los principales factores que pueden suponer su aparición son la obesidad, el sedentarismo, los antecedentes familiares, las menstruaciones irregulares, el estreñimiento y el permanecer
mucho tiempo de pie. Pero el embarazo es una de las circunstancias más decisivas en la aparición de su desarrollo. Las causas de estos problemas varicosos son dos, fundamentalmente: la compresión del útero grávido sobre las venas iliacas, lo que ocasiona un enlentecimiento de la circulación venosa de las extremidades inferiores, y el factor hormonal. La progesterona, que está aumentada durante la gestación, actúa sobre la pared de las venas, determinando una mayor elasticidad de la musculatura y, en consecuencia, de las paredes de los vasos.
Por lo tanto, todas las gestantes deberían poner en práctica unas sencillas normas para favorecer la circulación venosa de las extremidades inferiores. Como recomendaciones generales, tenemos las siguientes:
–Paseos al aire libre.
–Evitar la excesiva exposición de las
piernas al calor y al sol.
–Suprimir, o en su defecto, reducir las actividades que les obliguen a permanecer mucho tiempo de pie.
–No usar ascensor y subir las escaleras a pie.
–Evitar prendas ajustadas, ligas circulares y calzado estrecho con tacón alto, evitando el que no sujete el talón adecuadamente.
–Descalzarse siempre que sea posible; también es muy beneficioso acostarse en el suelo para realizar el ejercicio de la bicicleta varías veces al día.
–Cuidar la alimentación, ingiriendo un número equilibrado de calorías, sin olvidar las legumbres, fruta fresca, verduras, cereales integrales.
Y ya para terminar, señoras y señores, ¿saben por qué se cansan las piernas? Pues muy sencillo, al moverlas, los músculos de la pantorrilla producen el bombeo de la sangre necesario para una buena circulación. Cuando los hábitos de vida son sedentarios los músculos no impulsan suficientemente la sangre y esta se acumula en las piernas. Al estancarse, el anhídrido carbónico y los desechos que transporta se acumulan en los tejidos y producen picor, pesadez y cansancio. Por otra parte, en cuanto a las medias de compresión, ejercen una presión sobre las venas, evitando la dilatación de las paredes y favoreciendo su elasticidad. Con ello se intenta reducir el vaso sanguíneo y acercarlo todo lo posible a su dimensión original. Para que actúen como es debido, conviene mantener las piernas en alto unos minutos antes de ponerlas.