VÍSTEME DESPACIO…
Los tramos de 30 km/h, más seguros para la moto
Dentro de las muchas iniciativas introducidas durante los últimos años por las autoridades con responsabilidad en temas de tráfico, encontramos una con un desarrollo inesperado para los usuarios de los vehículos de dos ruedas a motor, ya sean motos, scooter o ciclomotores. Me refiero a las vías urbanas restringidas a una velocidad máxima de 30 km/h. Estoy convencido de no equivocarme si hago la siguiente apuesta: desde la primera vez que te encontraste con una, pensaste que era una limitación absurda por excesivamente lenta. Su implantación parecía defender únicamente la figura de los peatones en estas zonas urbanas, también de los cada vez más prolíficos usuarios de bicicletas en la urbe, con o sin pedaleo asistido por motor eléctrico. Se pensaba que para las motos implicaban una circulación artificialmente reducida, y no voy a ser yo quien diga lo contrario. Pero déjame mostrarte las primeras conclusiones prácticas que se están extrayendo tras la primera experiencia en nuestro país y que han sorprendido a sus propios impulsores: el resultado es la disminución de los accidentes de los vehículos a dos ruedas a motor. Quizá apuntes la obviedad de esta conclusión, porque si todo el mundo va más despacio por las calles, la posibilidad de accidentes será menor. Los motivos serán múltiples, desde el aumento del tiempo de reacción ante imprevistos (no es lo mismo reaccionar a 30 km/h que a 50 km/h) hasta la mayor posibilidad de anticiparse a los movimientos del resto del tráfico cuando el tiempo del que dispones para tomar decisiones es superior, solo por poner algunos ejemplos. Quedémonos con el resultado y dejemos de lado ideas preconcebidas. Lo esencial es que los que vamos en moto, scooter o ciclomotor tendremos menos probabilidades de sufrir un accidente en el área urbana, y ese es el objetivo primordial al que se enfrenta la moto en nuestros días. Una vez probado que la motocicleta es un medio más eficiente en términos de emisiones contaminantes y de optimización de los tiempos empleados en los desplazamientos en la urbe, ahora hay que favorecer cualquier medida que incida sobre la mejora de los índices de siniestralidad. Y si para ello hay que ir más despacio, se va.