La cocina del Quijote
Siguiendo la estela del pueblo árabe, los senderos de los pastores y la ruta de Don Quijote y Sancho Panza, llegamos a Ciudad Real: todo un paraíso de sabores, aromas, colores y tradiciones
AUNQUE la gastronomía de Ciudad Real es rica y versátil, no podemos olvidar que su base está en la cocina de sustento de agricultores, pastores y cazadores. Estos debían alimentarse con platos sencillos, pero contundentes para afrontar las duras jornadas de trabajo. Así, encontramos las famosas migas manchegas, que aparte de pan, van adererezadas con chorizo, torreznos, ajos, pimientos y, en muchos casos, uvas; el tojunto; las gachas; la caldereta de cordero; el mojete o pipirrana y el asadillo.
También el gazpacho manchego, que dista mucho del andaluz, ya que tradicionalmente se ha utilizado para su elaboración carne de caza, y el pisto, que es la antigua alboronía (guisado de calabaza, tomates y pimientos) que preparaban los árabes.
Cocina andalusí
Y es que es muy palpable la influencia de la cocina andalusí. Así fueron los árabes los que trajeron a Almagro el fruto de la berenjena, que se encurte con un aliño especial para que se conserven más tiempo y que cuenta con el estatus de Indiciación Geográfica Protegida. También fueron extendidos por los árabes por la península y cuentan con Indicación Geográfica Protegida el melón de piel de sapo y el azafrán de La Mancha, que es la única especia de esta naturaleza que dispone a nivel nacional de este reconocimiento de calidad.
Quijote y Sancho
Pero lo cierto es que en Ciudad Real cualquier sendero, camino, mesón y molino conducen a Don Quijote y a Sancho Panza. De hecho, Miguel de Cervantes es uno de los mejores embajadores que ha tenido la provincia. En este punto, no podemos dejar de hablar de los duelos y quebrantos, que tanto gustaban de comer Don Quijote y su escudero los sábados. Su
nombre, según una de las teorías, podría deberse al ‘quebranto’ del ayuno impuesto sobre las carnes de cerdo en las religiones judía e islámica y su ‘duelo’ tras haber violado los preceptos. Pero si lo que se quería era cumplir con las normas, siempre se podía recurrir al tiznao, conformado por verduras y bacalao conservados en salazón.
¿Y de postre?
En cuanto a los postres, muchos provienen de las recetas campesinas, como el mostillo y el arrope, realizados con mosto, o el pan de Calatrava, las tortas de Alcázar de San Juan y las flores fritas, que tradicionalmente se comían en Semana Santa.
Sus preciados vinos
Una maravillosa gastronomía que se puede regar con los vinos de las Denominaciones de Origen La Mancha y Valdepeñas, de reconocido prestigio.
El escritor Miguel de Cervantes Saavedra, autor de la novela
‘Don Quijote de la Mancha’, fue uno de los mejores embajadores que ha tenido la provincia