Carmen Navarro MANOS DE SEDA
Podemos esmerarnos en trabajar nuestro rostro, minimizando arrugas, combatiendo la flacidez, cuidando al milímetro cada detalle... Pero hay zonas que, si no tratamos con tanto mimo, acaban delatando nuestra edad, como las manos.
Están expuestas a todo tipo de inclemencias y de tareas, y les dedicamos apenas tiempo para recuperar los daños causados por su impacto. Utilizamos productos que contienen químicos que las hieren, provocando sequedad y una sensación de tirantez que llega a ser molesta. O las exponemos a tareas de limpieza, jardinería… que causan picor y que pueden, incluso, llevar a la hiperpigmentación.
Además de aplicar la lógica y protegerlas con guantes en las tareas que lo permitan, lavarlas con jabones que no alteren su pH, y mantenerlas hidratadas, no olvides dedicarles un tiempo en tu rutina cosmética. Al menos una vez a la semana es ideal exfoliar. Si no realizamos un peeling de manera rutinaria, estaremos acumulando células muertas en su superficie. Eso aporta ese toque de sequedad, su piel parece opaca y la s entimos áspera. Necesitamos estimular su renovación celular. Es algo tan sencillo como aplicar un gel exfoliante masajeando suavemente.
¿Y en cabina? Existen diferentes protocolos que te ayudan a mantenerlas jóvenes y liberadas de las manchas que delatan la edad. Peelings químicos, infiltraciones de ácido hialurónico, mesoterapia y láser. En nuestros centros trabajamos con éxito el láser Élite Q-Switch. Se trata de un peeling que realizamos a través de una mascarilla de carbono activo. Su resultado es un rejuvenecimiento de impacto. Se encarga de generar colágeno y elastina, difuminar manchas y arrugas, y recuperar la suavidad deseada.
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