BOB ESPONJA
¿Por qué entusiasma a nuestros hijos?
Y no solo eso. También saben que vive en una piña debajo del mar, que Patricio es su mejor amigo y que por más que Calamardo se lo ponga difícil, él se empeña en sacarle una sonrisa. Ana es solo una del millón de niños españoles que siguen sus aventuras. Tiene tres años, y cada vez que sus padres le dicen que puede ver la tele y preguntan qué quiere poner, ella sonríe como si hubiera llegado el regalo más esperado del mundo: «¡Bob Esponja!», grita mientras va corriendo a buscar a su hermano Javi, de seis años, para darle la gran noticia. «¡Bob Esponja, Bob Esponja, Bob Espooooonja ya llegó!», cantan los dos a coro. «Da igual las veces que lo hayan visto. No sé qué tienen esos dibujos, pero se quedan ensimismados mirándolos» , explica Ángeles, su madre. «Imagino que Ana no entiende todas las bromas. Sin embargo, se ríe a carcajadas, igual que Javi».
El atractivo de esta serie no está claro: algunos creen que son los colores vivos y las formas sencillas; otros, el hecho
Queremos conocer la clave de su éxito. Por eso hemos preguntado a los expertos
y a sus seguidores más fieles, los niños
de que las tramas transcurran en el mundo submarino; y también hay quien está convencido de que simplemente las aventuras de una esponja con el carácter de un niño les enganchan. Ni siquiera el creador de esta serie, el biólogo marino Stephen Hillenburg, puede dar la receta de la poción mágica. De hecho asegura que fue incapaz de pronosticar su éxito: «Pensaba que la iban a cancelar después de la primera temporada», declara.
Pero hay quien sí lo tiene claro, y mucho: Javi y Ana y los centenares de miles de niños españoles que se sientan frente a la tele felices cuando saben que la pequeña pantalla se convertirá por unos minutos en Fondo de Bikini.
Los niños
Javi, Carla, Rubén y Luis tienen edades que oscilan entre los dos y los ocho años. Cada uno vive en un punto distinto de la península y ninguno de ellos escuchó la respuesta de los demás. Sin embargo, cuando se les preguntó por qué les gusta Bob Esponja contestaron prácticamente lo mismo: «A mí me gusta porque es gracioso», dice Javi. «Porque es divertido», responde Carla. «Porque se ríe mucho», cuenta Rubén. «Porque es simpático», opina Luis.
Todos sonríen cuando hablan de la esponja de la tele, y algunos hasta llegan a soltar carcajadas. Como Luis, de cuatro años, que al insistirle en que destaque otra cualidad, añade: « ¡ Porque hace panes!» Lo dice como si fuera una obviedad: un tipo que hace cangreburguers no puede caer mal. Los demás contestan que, además, «es bueno», «es travieso», «tiene una casa muy chula que es una piña», «vive con muchos amigos»... ¿Conclusión? Que Bob Esponja les parece un tipo bondadoso, aventurero y muy divertido. Y, sobre todo, que les hace reír.
Los padres
Cuando esa misma pregunta se plantea a los padres, su respuesta parece algo más elaborada, pero no es muy distinta. «Bob Esponja no tiene maldad y tampoco prejuicios, igual que ellos. No importa que sea cocinero en un restaurante, él es feliz», dice Raquel, madre de dos niños. Para Carlos, padre de Roberto, de seis años, el atractivo también está en la diversión. «Bob Esponja se levanta encantado cada maña-
Bob Esponja les parece un tipo bondadoso, aventurero y muy divertido. Y, sobre todo, les hace reír
na, nunca está enfadado, parece vivir en un mundo seguro y feliz donde puede protagonizar toda clase de aventuras muy divertidas. Supongo que les gusta precisamente por eso: porque es como ellos, que todo lo ven como un juego, y en su mundo no hay sitio para la negatividad», opina.
Su creador
Su creador cree que el hecho de que sea una serie sobre amigos puede ser una de las claves. Pero también tiene muy presente que quizá triunfe porque se ensalzan los valores de los niños. «La película es sobre cómo Bob Esponja acepta el hecho de que es un niño», explica Hillenburg. «A pesar de las ganas que tiene de ser un hombre, es su mentalidad de niño la que resuelve los problemas», cuenta.
Los críticos
Lo tienen claro: gusta porque es una diversión sana y limpia, «y tiene sentido porque, después de todo, es sobre una esponja», decía Joyce Millman en The New York
Times. Para quienes están acostumbrados a analizar el mundo de los niños también hay una explicación del éxito de Bob Esponja. Para empezar, no lo ven como un ídolo, sino como un igual, cuenta José González, psicólogo de familia y director de Apertus Psicólogos. Él descubrió el personaje durante las sesiones, cuando pedía a los niños que dibujaran algo. Y en un porcentaje muy elevado de esos dibujos aparecía la famosa esponja amarilla junto a los padres, los hermanos o él mismo. «Por eso empecé a verlo, para saber qué les atraía tanto. Y creo que el éxito se debe a que se identifican con él: jamás se cansa de divertirse. Bob Esponja es el recreo, no el cole. Y eso puede resultar muy atractivo. No lo admiran como a un superhéroe, lo quieren como a un igual que representa la parte lúdica de la infancia», dice.
OETI
Desde el Observatorio Europeo de Televisión Infantil (OETI) explican que Bob Esponja narra el día a día de unos personajes que son amigos y a los que les pasan aventuras, pero con una peculiaridad: que al mismo tiempo tiene algo de transgresora. Y eso, bien entendido, juega a su favor. «Un punto de transgresión, de anécdotas que hagan reír a los pequeños siempre es bueno si se adecúa a la edad del niño. Educar y formar con las pantallas es más fácil si también entretiene», dice Mercè Collell, asesora del OETI y psicoanalista infantil.