¡Corriendo al pediatra!
Mi bebé de cuatro meses está malito, lo veo más apagado que otros días y come algo peor. Le he puesto el termómetro y tiene 38º. ¿Qué debo hacer, esperar a que aparezcan otros síntomas o llevarle ya al médico?
Cristina (correo electrónico)
Muchos lactantes tienen los síntomas generales que comentas cuando están al comienzo de una enfermedad infecciosa. Lo habitual es que en muy poco tiempo aparezcan los síntomas típicos de la infección que sufre: mocos, tos o dificultad para respirar, si esta es respiratoria; o vómitos y diarrea si es gastrointestinal.
Es cierto que a veces la enfermedad tarda en dar la cara, los síntomas que facilitan el diagnóstico no se muestran, el pediatra solo ve que el niño tiene fiebre, llora, está demasiado quieto, decaído e inapetente; en ese caso el médico dice que el pequeño tiene «una infección sin foco», y suele pedir pruebas, como análisis de orina y sangre, y radiografías, para dar con ella.
Siempre que un bebé menor de seis meses, sobre todo si es menor de tres, tiene síntomas de enfermedad, sean precisos o no, hay que llevarle al pediatra sin pérdida de tiempo, y si no es hora de
En el bebé pequeñito, las infecciones se complican con cierta facilidad, por eso es mejor que le vea el médico lo más pronto posible
consulta, llevarle a urgencias, porque en los niños pequeños la enfermedad se complica con rapidez.
Sin angustiarse, también hay que bajarle la temperatura corporal con medidas físicas: quitarle la ropa de abrigo o abrir la ventana de la habitación y ofrecerle el pecho o el biberón para que no se deshidrate. Si fuera necesario, también se le puede dar el antitérmico que haya recomendado el pediatra en la cantidad indicada.
Ahora que viene el buen tiempo, conviene recordar que si el bebé se expone al sol o si se deshidrata, también puede subirle la fiebre y mostrarse apático. Mejora enseguida al llevarle a un sitio fresco y con sombra y al darle el pecho o el biberón. Después también debe verle el médico.