El cole perfecto no existe pero...
tienen solo dos añitos y ya nos enfrentamos a una de las decisiones más difíciles de su «carrera»: elegir cole. «Nunca había sentido tanta ansiedad en mi vida como cuando tuve que buscar colegio para mi única hija, Lea. Sentía que su futuro estaba en mis manos y que nos lo íbamos a jugar todo a una carta al elegir un centro y descartar otros. Estaba tan angustiada que no podía ni pensar con claridad. Por tratarse de la personita que más quiero en el mundo, me resultó mucho más difícil que cuando tuve que elegir qué carrera estudiar cuando acabé bachillerato», confiesa Paula, madre de una niña de siete años.
Esta ansiedad se suma al estrés de buscar, comparar, sopesar... sobre todo cuando las opciones son muchas, como ocurre en una ciudad grande, nos sobrepasan y no sabemos por dónde empezar.
Lo que sí sabemos es que la educación es fundamental para los peques y que lo que aprendan hoy en las aulas les servirá de base para desenvolverse el día de mañana. Por si fuera poco, ¡se trata de elegir un lugar donde van a pasar más horas que en nuestra propia casa (sin contar las que están dormidos)!
«Lo que más me preocupa es elegir bien, no equivocarme. En su nueva etapa, mi hija va a convivir más tiempo con otros niños y otros adultos (los compañeros y los maestros) que con sus hermanos y sus padres. Por eso, ya que yo no voy a poder estar ahí para educarla como a mí me gustaría, al menos necesito la tranquilidad de saber que la dejo en buenas manos», nos confía Ángela, madre de dos niños terminando secundaria y una niña que se incorporará el curso que viene a infantil.
Es una gran responsabilidad, sí, que por lo general se ve influida, como punto de partida, por la experiencia que tuvimos de niños en nuestra escuela. Aunque sea de forma inconsciente, algunos buscaremos algo que se parezca a lo que vivimos, a veces incluso recurriremos a la misma escuela que nos vio crecer. Y otros buscarán todo lo contrario, como le pasó a Pepa: «Yo iba en ruta todos los días a un cole privado que está a las afueras de Madrid, tardaba un montón en llegar, cuando volvía a casa estaba agotada y me pasaba todo el día estresada con los deberes. El nivel era altísimo, los profesores muy exigentes y lo recuerdo un poco como una tortura. Para mi hija, tengo claro que quiero algo diferente: un cole más pequeño, más tranquilo y, sobre todo, que es-
té cerca, incluso que pueda llevarla andando». La proximidad, la logística de la que dispone la familia y el cole al que van los hijos de sus amigos o familiares suelen ser otros criterios muy tenidos en cuenta.
De todas maneras, por su experiencia, Ángela recomienda «no tener miedo a investigar y a preguntar. Si elegir dónde va a estudiar tu hijo o hija es algo importante para ti, defiende tu derecho a hacerlo con conocimiento de causa y no dejes que nadie te haga sentir una neurótica por preocuparte por el tema. Que los demás piensen lo que quieran. Tú, a lo tuyo: a buscar el mejor cole posible según vuestras necesidades». Aunque los hay de la opinión de que «al fin y al cabo, todos los colegios son iguales; depende del grupo y del maestro que te toque», apunta uno de los miembros de la comisión de escolarización de distrito centro de Madrid, quitándole hierro al asunto.
En definitiva, la tarea puede ser ardua o sencilla. Todo depende de ti. Solo es cuestión de enfoque, de pensar con calma y de tener claro lo que quieres.