Ser Padres

Bilingüe desde pequeño

-

dominar un segundo idioma es vital para el futuro profesiona­l. Y qué mejor forma de hacerlo que desde pequeños, cuando el cerebro está preparado para absorber y memorizar una nueva lengua y las cuerdas vocales, aún en formación, son capaces de aprender diferentes fonéticas y pronunciac­iones. Esta es la idea de los colegios bilingües, muchos de ellos desde los tres años. Pero ¿coincide la práctica con la teoría?

En el sistema público hemos visto crecer la oferta en los últimos años. Escuelas que antes no lo eran, se han reconverti­do en centros bilingües donde, según la normativa, se imparten en inglés entre el 30% y el 50% de las horas lectivas. Por lo general, es la asignatura de Conocimien­to del Medio la que se da íntegra en el idioma británico (con libros y tareas en inglés), junto con otras «secundaria­s», como Educación Plástica o Educación Física. Son los propios maestros del centro los que, tras un proceso más o menos eficaz de reciclaje idiomático, se ocupan de dar los contenidos en inglés. Los profesores nativos, jóvenes contratado­s por el centro, actúan como auxiliares de conversaci­ón, con el objetivo de que el niño se familiaric­e con la forma de pronunciar el idioma.

Algunos centros ofrecen el programa bilingüe desde infantil y otros lo han ido incorporan­do de forma paulatina a partir de algún curso de primaria. En este sentido, puede surgir un problema cuando llegan alumnos nuevos de un centro no bilingüe y se encuentran con que no tienen el mismo nivel que el resto del grupo. En muchas ocasiones, la adaptación se lleva a cabo sin problemas, dependiend­o del niño y del sistema de apoyo en el cole y en casa. Sin embargo, a veces, ocurre lo contrario. «Yo no sé si el nivel de inglés era bueno o malo», confiesa Paula, «pero cuando cambié a mi hijo Rubén con ocho años a un colegio bilingüe con la esperanza de que avanzara con el inglés, la asignatura de Conocimien­to del Medio, que se daba toda en ese idioma, se convirtió para él en una pesadilla, porque no entendía nada, no podía ni leer ni escribir nada y, para colmo, yo no podía ayudarle en casa. Se supone que tenía un maestro de apoyo, pero en su caso no le sirvió de mucho. Rubén estaba tan agobiado que, al curso siguiente, volví a llevarlo al cole no bilingüe al que había ido antes».

Por otra parte, los expertos advierten que empezar la vida académica con asignatura­s en dos lenguas diferentes puede ralentizar el desarrollo del niño, pero solo al principio y de forma momentánea. Conviene tenerlo en cuenta, para no asustarnos si vemos que nuestro hijo no habla o escribe tan pronto como otros niños que van a un cole no bilingüe. También es importante la labor de refuerzo que los padres deberían hacer desde casa, potenciand­o la práctica del segundo idioma con libros, juegos, películas, viajes a algún país donde se hable

esa lengua... ¿Y qué pasa si ellos no hablan inglés? «Sería recomendab­le que intentaran ponerse un poco las pilas, porque, cuando menos se lo esperen, sus hijos empezarán a traer deberes en inglés y puede ser un problema que en casa nadie entienda lo que ellos están aprendiend­o», aconseja la maestra Patricia McWey.

En muchos casos, el sistema funciona con éxito y, para muchos padres que han vivido la transforma­ción de su colegio en un centro bilingüe, ha sido una experienci­a más que positiva. «Noto que saben más inglés, cada vez dicen más cosas en inglés en casa y les gusta», asegura Ángeles. En su cole concertado, el AMPA decidió que todos los padres pondrían dinero para contratar a profesores nativos como auxiliares de conversaci­ón. «También está genial el tema de los intercambi­os, algo que respaldan algunos colegios, como el nuestro. Cuando ya llegan al final de la secundaria o al bachillera­to, los niños pueden ir a pasar un par de semanas con una familia de otro país europeo, donde practican el idioma en vivo y en directo, y luego viene el niño extranjero a casa unos días. Me parece una experienci­a muy enriqueced­ora para ellos», nos cuenta Ángeles.

 ??  ??
 ??  ?? Los niños integran mejor un segundo idioma.
Pero cuidado, no todos los sistemas son óptimos
Los niños integran mejor un segundo idioma. Pero cuidado, no todos los sistemas son óptimos

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain