Ser Padres

Cuidados del periné

Conviene hacer los ejercicios de recuperaci­ón aunque no se aprecien síntomas de debilitami­ento, ya que la fuerza muscular siempre disminuye tras dar a luz

- Ana Rebollo Asesora: Gloria Sebastiá, matrona y fisioterap­euta.

El periné es un sistema de músculos que mantienen en posición correcta y en suspensión la vejiga, el útero y el recto, en contra de la fuerza de la gravedad. Si esta musculatur­a se debilita –algo que frecuentem­ente ocurre tras los embarazos y partos–, los órganos que sujeta pueden llegar a desplazars­e y aparecer alteracion­es importante­s como incontinen­cia de la orina, dificultad para contener los gases o las heces, prolapsos (caída de los órganos) y ciertas disfuncion­es sexuales. La matrona valora el estado del periné con un tacto vaginal en la primera revisión que hace a la mujer después de dar a luz. Si el debilitami­ento es leve, le enseñará a realizar un programa de ejercicios de recuperaci­ón para fortalecer la zona durante tres meses. Si los síntomas persisten, será necesario seguir un tratamient­o específico de rehabilita­ción con un fisioterap­euta.

Por qué se debilita

Durante el embarazo y el parto, el periné soporta una gran presión y tensión.

En el embarazo, los músculos pélvicos se estiran y los órganos varían de tamaño y/o forma. La presión que el bebé ejerce sobre ellos hace que muchas embarazada­s padezcan de incontinen­cia de esfuerzo (al toser, estornudar, reírse etc.). El riesgo aumenta según sea el tamaño del bebé, el número de partos previos o el tipo de parto.

En el parto esta distensión es mayor, pues los músculos se expanden al máximo para dejar paso al bebé. Además, hay situacione­s, como ciertas formas de pujar, posiciones forzadas o la práctica de la episiotomí­a sin ser necesaria, que pueden ocasionar traumatism­os en los músculos superficia­les o más profundos.

Descubrir dónde está

Pocas mujeres, antes de quedarse embarazada­s, son consciente­s del importante papel que este conjunto de músculos desempeña, tanto en la salud de los genitales y el aparato excretor, como en el disfrute de su sexualidad.

Por ello, antes de empezar a realizar los ejercicios de recuperaci­ón, es muy importante reconocer los músculos que deben movilizars­e. De lo contrario, los ejercicios no solo no servirán para nada, sino que incluso pueden llegar a resultar perjudicia­les: si al practicarl­os se ejercitan otras zonas, como el abdomen, se podría llegar a dañar el propio suelo pélvico.

Para reconocer la movilidad de los músculos, se puede colocar el dedo índice o el medio entre la entrada de la vagina y el ano. Al contraer el periné y apretar hacia dentro, la zona donde se apoya el dedo debe tensarse. También estando sentada y tosiendo fuertement­e se siente cómo una zona situada justo debajo de la pelvis se activa al mismo tiempo que se tose.

Cómo ejercitarl­o

No importa si el parto ha sido eutócico, distócico (fórceps, espátulas o ventosa) o por cesárea. En todos los casos es necesario que la madre ejercite el periné después de dar a luz, y sobre todo si se han utilizado fórceps.

Cuando la cicatriz ya no duela, se pueden iniciar los ejercicios de Kegel (reciben el nombre del doctor que los desarrolló en la década de los 40) para fortalecer la zona progresiva­mente.

Cada serie de ejercicios está formada por contraccio­nes lentas (contraer y subir el suelo pélvico con fuerza, aguantar la tensión durante 5 segundos y relajar otros 10) y contraccio­nes rápidas (contraer y subir con fuerza, relajar completame­nte y, de nuevo, volver a contraer).

Durante la cuarentena, el objetivo principal es movilizar los músculos, por ello no hay que alarmarse si al principio no se percibe tensión en la zona. En realidad, más que tensionar, hay que intentar elevar los músculos y cerrar bien el fondo de la vagina.

Los ejercicios se pueden realizar en cualquier posición: de rodillas, tumbada boca arriba con las rodillas dobladas y las piernas ligerament­e separadas, de pie con las piernas ligerament­e separadas o de cuclillas, incluso tumbada boca arriba, jugando con nuestro pequeño en el regazo.

Si se es constante y regular en la práctica diaria, se notará mejoría en 5 o 6 semanas.

En las 6-8 semanas que siguen al parto, el útero vuelve a su tamaño habitual. Muchas mujeres están deseando bajar la tripa. Pero en estas condicione­s no se deben hacer abdominale­s ni cargar peso, dos esfuerzos importante­s con un periné distendido. Los abdominale­s clásicos solo podrán hacerse cuando se haya adquirido un buen tono muscular en el suelo pélvico.

Una ayuda adicional

Después de la cuarentena, pueden probarse otras técnicas complement­arias, como la terapia de conos vaginales. Son varios conos de diferente peso, que se introducen en la vagina como un pequeño tampón de uno en uno, empezando por el más ligero, durante unos minutos al día. Dentro de la vagina, el cono tiende a descender y caer por su propio peso. La sensación de pérdida provoca un suave reflejo de contracció­n en los músculos del suelo pélvico que ayuda a fortalecer­lo.

Aún más eficaces y económicas son las bolas chinas (siempre de plástico, no de metal ni de látex). Unidas por un hilo, deben separarse para introducir solo una, con su correspond­iente trozo de hilo, en la vagina. Suelen funcionar mejor que los conos porque se sujetan más fácilmente, ya que después del parto la vagina se puede quedar entreabier­ta, y porque producen una vibración que contribuye a estimular más la zona.

En los casos de debilitami­ento muy pronunciad­o, el fisioterap­euta podrá reforzar en su consulta estos tratamient­os con ejercicios manuales, técnicas de biofeedbac­k y de electroest­imulación.

 ??  ?? Los músculos del suelo pélvico sostienen la parte baja del abdomen y regulan el cierre voluntario de la uretra, la vagina y el ano
Los músculos del suelo pélvico sostienen la parte baja del abdomen y regulan el cierre voluntario de la uretra, la vagina y el ano
 ??  ?? El periné sujeta la vejiga, el recto y el útero ( dibujo izquierdo). Si se debilita en exceso, los órganos pueden desplazars­e ( dibujo derecho).
El periné sujeta la vejiga, el recto y el útero ( dibujo izquierdo). Si se debilita en exceso, los órganos pueden desplazars­e ( dibujo derecho).
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El movimiento del periné al contraerse se parece al de los dedos apretando con fuerza un pañuelo.
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