Cuidados del periné
Conviene hacer los ejercicios de recuperación aunque no se aprecien síntomas de debilitamiento, ya que la fuerza muscular siempre disminuye tras dar a luz
El periné es un sistema de músculos que mantienen en posición correcta y en suspensión la vejiga, el útero y el recto, en contra de la fuerza de la gravedad. Si esta musculatura se debilita –algo que frecuentemente ocurre tras los embarazos y partos–, los órganos que sujeta pueden llegar a desplazarse y aparecer alteraciones importantes como incontinencia de la orina, dificultad para contener los gases o las heces, prolapsos (caída de los órganos) y ciertas disfunciones sexuales. La matrona valora el estado del periné con un tacto vaginal en la primera revisión que hace a la mujer después de dar a luz. Si el debilitamiento es leve, le enseñará a realizar un programa de ejercicios de recuperación para fortalecer la zona durante tres meses. Si los síntomas persisten, será necesario seguir un tratamiento específico de rehabilitación con un fisioterapeuta.
Por qué se debilita
Durante el embarazo y el parto, el periné soporta una gran presión y tensión.
En el embarazo, los músculos pélvicos se estiran y los órganos varían de tamaño y/o forma. La presión que el bebé ejerce sobre ellos hace que muchas embarazadas padezcan de incontinencia de esfuerzo (al toser, estornudar, reírse etc.). El riesgo aumenta según sea el tamaño del bebé, el número de partos previos o el tipo de parto.
En el parto esta distensión es mayor, pues los músculos se expanden al máximo para dejar paso al bebé. Además, hay situaciones, como ciertas formas de pujar, posiciones forzadas o la práctica de la episiotomía sin ser necesaria, que pueden ocasionar traumatismos en los músculos superficiales o más profundos.
Descubrir dónde está
Pocas mujeres, antes de quedarse embarazadas, son conscientes del importante papel que este conjunto de músculos desempeña, tanto en la salud de los genitales y el aparato excretor, como en el disfrute de su sexualidad.
Por ello, antes de empezar a realizar los ejercicios de recuperación, es muy importante reconocer los músculos que deben movilizarse. De lo contrario, los ejercicios no solo no servirán para nada, sino que incluso pueden llegar a resultar perjudiciales: si al practicarlos se ejercitan otras zonas, como el abdomen, se podría llegar a dañar el propio suelo pélvico.
Para reconocer la movilidad de los músculos, se puede colocar el dedo índice o el medio entre la entrada de la vagina y el ano. Al contraer el periné y apretar hacia dentro, la zona donde se apoya el dedo debe tensarse. También estando sentada y tosiendo fuertemente se siente cómo una zona situada justo debajo de la pelvis se activa al mismo tiempo que se tose.
Cómo ejercitarlo
No importa si el parto ha sido eutócico, distócico (fórceps, espátulas o ventosa) o por cesárea. En todos los casos es necesario que la madre ejercite el periné después de dar a luz, y sobre todo si se han utilizado fórceps.
Cuando la cicatriz ya no duela, se pueden iniciar los ejercicios de Kegel (reciben el nombre del doctor que los desarrolló en la década de los 40) para fortalecer la zona progresivamente.
Cada serie de ejercicios está formada por contracciones lentas (contraer y subir el suelo pélvico con fuerza, aguantar la tensión durante 5 segundos y relajar otros 10) y contracciones rápidas (contraer y subir con fuerza, relajar completamente y, de nuevo, volver a contraer).
Durante la cuarentena, el objetivo principal es movilizar los músculos, por ello no hay que alarmarse si al principio no se percibe tensión en la zona. En realidad, más que tensionar, hay que intentar elevar los músculos y cerrar bien el fondo de la vagina.
Los ejercicios se pueden realizar en cualquier posición: de rodillas, tumbada boca arriba con las rodillas dobladas y las piernas ligeramente separadas, de pie con las piernas ligeramente separadas o de cuclillas, incluso tumbada boca arriba, jugando con nuestro pequeño en el regazo.
Si se es constante y regular en la práctica diaria, se notará mejoría en 5 o 6 semanas.
En las 6-8 semanas que siguen al parto, el útero vuelve a su tamaño habitual. Muchas mujeres están deseando bajar la tripa. Pero en estas condiciones no se deben hacer abdominales ni cargar peso, dos esfuerzos importantes con un periné distendido. Los abdominales clásicos solo podrán hacerse cuando se haya adquirido un buen tono muscular en el suelo pélvico.
Una ayuda adicional
Después de la cuarentena, pueden probarse otras técnicas complementarias, como la terapia de conos vaginales. Son varios conos de diferente peso, que se introducen en la vagina como un pequeño tampón de uno en uno, empezando por el más ligero, durante unos minutos al día. Dentro de la vagina, el cono tiende a descender y caer por su propio peso. La sensación de pérdida provoca un suave reflejo de contracción en los músculos del suelo pélvico que ayuda a fortalecerlo.
Aún más eficaces y económicas son las bolas chinas (siempre de plástico, no de metal ni de látex). Unidas por un hilo, deben separarse para introducir solo una, con su correspondiente trozo de hilo, en la vagina. Suelen funcionar mejor que los conos porque se sujetan más fácilmente, ya que después del parto la vagina se puede quedar entreabierta, y porque producen una vibración que contribuye a estimular más la zona.
En los casos de debilitamiento muy pronunciado, el fisioterapeuta podrá reforzar en su consulta estos tratamientos con ejercicios manuales, técnicas de biofeedback y de electroestimulación.