Desmaquilladores
Se necesitaría toda una hoja de ruta para no perderse entre los geles, mousses o espumas, aguas, leches... Pero también en estos tratamientos la comodidad y el tipo de piel son determinantes para dar con el producto idóneo.
Los desmaquillantes en gel o espuma son más apropiados para las pieles mixtas y grasas y además no requieren mucho tiempo: se echan directamente sobre el rostro y se aclaran con abundante agua. Las leches, más aceitosas, van mejor para las pieles normales y secas. Se aplican y retiran con un algodón y si después se aplica un tónico hidratante, requieren más tiempo. Las aguas resultan perfectas para pieles normales y mixtas porque, aunque
Al elegir el tipo de textura hay que tener en cuenta las características de nuestra piel y el tiempo que le podemos dedicar
también suelen aplicarse con un algodón, a menudo sirven al mismo tiempo como desmaquillador y tónico. El agua micelar, además de eliminar el maquillaje del rostro, tiene propiedades calmantes, por lo que es muy recomendable para las pieles más sensibles.
Todos los expertos en belleza nos repiten como un mantra «nunca te irás a la cama sin desmaquillar». Y tú te preguntas: «¿cómo lo hago si cuando logro que los niños se duerman lo único que me pide el cuerpo es dormir y dormir?». Apostando por uno de los mejores inventos, las toallitas: hay para todos los tipos de piel y, aunque no limpian tan profundamente como los otros productos, sirven para todo (ojos y labios incluidos) y, lo que es mejor, ¡pueden utilizarse incluso metida en la cama!