Dieta semáforo
El hijo de unos conocidos, de siete años, está gordito, y el pediatra le ha recomendado una dieta semáforo para que pierda peso. Me gustaría saber en qué consiste ese régimen y si podría hacerlo mi hijo de cinco, que está un poco relleno. Por
debajo de los seis o los siete años es excepcional que se prescriba una dieta para perder peso, en niños pequeños solo se toman medidas para corregir los malos hábitos de alimentación y se recomienda hacer más ejercicio.
En niños mayores el régimen de adelgazamiento más habitual es la dieta semáforo. Se llama así porque divide los alimentos en tres grupos y otorga a cada uno de ellos un color de las señales luminosas que regulan la circulación (verde, naranja y rojo) con el mismo significado: vía libre, pasar con cierta restricción y prohibido.
Así, de los alimentos incluidos en el grupo verde se puede tomar la cantidad que apetezca sin límite; de los del grupo ámbar se debe comer con moderación y de los productos incluidos en el rojo, si bien no están prohibidos, deben consumirse de forma muy ocasional.
Tienen color verde las frutas frescas, las verduras y el agua; color ámbar los lácteos, los aceites y las legumbres, entre otros, y rojo los fritos, los dulces, los refrescos y demás productos que aportan muchas calorías. Como ves, la filosofía de esta dieta es sencilla: se basa en limitar el consumo de alimentos muy calóricos.
Si crees que tu hijo de cinco años necesita perder peso, debes hablar con su pediatra, es muy arriesgado ponerle un régimen para adelgazar por tu cuenta por muy razonable que este parezca. El médico te dará las pautas que tienes que seguir, de acuerdo con el peso del pequeño y su alimentación. En niños de la edad de tu hijo, el Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría solo aconseja corregir errores: hacer cinco comidas al día y tomar alimentos de alto valor nutricional y baja densidad calórica.
Rojo
Cereales (arroz en paella de carne, cereales azucarados para el desayuno), fritos, frutos secos (pipas, almendras, nueces, etc.), lácteos (leche entera, yogur entero, nata, mantequilla, queso graso, etc.), carne de cerdo (excepto solomillo), cordero con grasa, embutidos, dulces, cacao, bollería, postres lácteos, helados y bebidas, salvo zumo natural no azucarado.
Ámbar
Cereales (pan, pasta y arroz), legumbres (alubias, garbanzos, lentejas y guisantes), patatas (cocidas y asadas), aceite (oliva, girasol y maíz), lácteos (leche y yogur bajos en grasa, queso fresco y requesón), huevo dos o tres veces en semana (en tortilla y pasado por agua), pescados, carnes (pollo, conejo, pavo, ternera, vaca), zumos naturales no azucarados y frutos secos (higos, pasas y castañas).
Verde
Verduras, frutas frescas no muy maduras y agua natural.