Sexualidad infantil
Ellos quieren saber Cómo hablarles
Bruno está jugando con Esther en su cuarto y, de pronto, entra corriendo en el salón con los pantalones bajados diciendo: «¡Mamá!, ¿qué quiere decir que se me ponga el pito de pie? ¡Y duro!». Entonces, le explica que estaba jugando con su amiga y le ha pasado de repente. «Ah. ¿Y se lo has enseñado a ella?», pregunta su madre. «Sí, pero dice que ella tampoco sabe», responde.
Escenas como esta son algo natural, sobre todo a partir de los cuatro años. «Es un momento en el que aflora la curiosidad por las diferencias sexuales y comienzan a jugar más intensamente con otros niños», apunta Marta Cabezas, responsable de Área de Psicoterapia Infantil de Intro Psicoterapia. Su espontaneidad y sinceridad, a veces, pueden tomarnos con la guardia baja y dejarnos un poco fuera de juego. ¿Qué hacer? Lo primero, valorar su inocencia y su confianza en nosotros como algo precioso y no pisotearlas con sermones, reprimendas o cualquier risita o comentario que les haga sentir ridículos o avergonzados. Y lo segundo, aprovechar esa oportunidad de oro que nos brindan para dar los primeros pasos en educación sexual.
En este caso, lo que el niño requiere es una respuesta directa, clara y escueta. Diana Sánchez, sexóloga, psicóloga infantil y presidenta de la Asociación de Psicología Perinatal, recomienda dársela siempre con naturalidad, con un lenguaje adecuado y con la verdad. «Hay que evitar los eufemismos y tampoco es bueno cambiar de tema. Una buena respuesta sería: “Se te pone la colita dura porque hay algo que te ha gustado”», dice. Por su parte, Cabezas añade que, «antes de responder, podemos preguntarles «¿por qué crees tú?». De este modo, entenderemos qué ha pensado y dónde están sus límites por su momento evolutivo. A veces, creemos que nos preguntan por temas de la sexualidad adulta, pero en reali-