Merendamos en un restaurante

Miriam Castro, Puerto de la Cruz ( Tenerife)

Había ganado un sorteo y el premio era un cóctel en un restaurante del Puerto de la Cruz, donde residimos. Así que lo aproveché para festejar el inminente nacimiento de nuestra hija Diana con una merienda. Como soy decoradora, me involucré mucho en la organización y, con la ayuda de La Gañania, el restaurante, conseguimos un encuentro elegante para las 20 personas que pudieron acudir.

Nunca había ido a una baby shower, me parecía una cosa americana, pero mis amigas me animaron y tengo que agradecérselo. El restaurante preparó una merienda mitad salada (croquetas, fuet, quesos, etc.), mitad dulce (cupcakes, mousse, galletas decoradas, etc.) con zumos naturales, y la madre de una amiga elaboró la tarta con mi supervisión.

Al informarme sobre el tema, me enteré que en estas fiestas se hacen juegos. Así que me inventé uno: cada invitado tenía que hacer una apuesta sobre el peso que tendría Diana al nacer, sabiendo los kilos con los que vinimos al mundo su papá y yo. Será un bonito recuerdo para ella cuando crezca.

Obsequié a mis invitados (mis padres, mis amigas, mi abuela, mi marido...) con golosinas y ellos me trajeron regalos para Diana. Todo salió muy bien, aunque estoy convencida de que la clave del éxito está, más que en el sitio, en la gente que te acompaña.