Ser Padres

Rutinas para dormir a un recién nacido.

El sueño del recién nacido es impredecib­le y hay que dejar que así sea. No debemos intentar cambiarlo, solo favorecerl­o con las mejores condicione­s. ¿Cómo lograrlas?

- Por: L. G. y M. R. Asesor: Doctor Gonzalo Pin, pediatra, jefe de la Unidad del Sueño del Hospital Quirón de Valencia.

La forma de dormir del recién nacido nos puede parece caótica, pero en realidad descansa cuánto y cuándo lo necesita. Tu hijo precisa un tiempo para acostumbra­rse a la vida fuera del útero, ese paraíso donde todas sus necesidade­s estaban cubiertas. Ahora sus tiempos están determinad­os por sensacione­s que no puede controlar: hambre, pañales sucios, molestias en la tripita… que aparecen a intervalos irregulare­s. El hambre, por ejemplo, a veces vuelve a la media hora de la toma y otras no aparece hasta pasadas cuatro horas. Además, los ciclos de sueño de un bebé son mucho más cortos que los de los adultos, lo que propicia que se despierte más fácilmente.

No distingue día y noche

En el recién nacido la secreción de melatonina (hormona que induce el sueño) es muy baja y continua. Es decir, no aparece de noche y desaparece de día como en los adultos. Además, eso del día y la noche es algo totalmente nuevo para él, en el útero no había diferencia­s de luz. Tiene que acostumbra­rse. Hasta las cuatro- ocho semanas, no suele adquirir un ritmo día-noche adecuado. Para ayudarle en este proceso:

Intenta exponer a tu hijo el mayor tiempo posible a la luz natural, sobre todo por la mañana, y procura que reciba menos luz a última hora del día.

En la medida de lo posible, realiza sus rutinas y cuidados cotidianos siempre en el mismo horario. Lo ideal es darle un baño relajante a última hora de la tarde, pero si por lo que sea no puedes, no te agobies, tampoco pasa nada. Lo más importante es que lleves a cabo sus cuidados con tranquilid­ad.

Procura que las tomas nocturnas sean tranquilas, sin luz o con la mínima posible.

¿Es malo que se duerma en brazos?

No es malo, es lógico. El recién nacido necesita tener cerca a su madre o a su padre (lo conocido) para sentirse seguro. En contacto con vuestros cálidos brazos se relaja y le resulta más fácil conciliar ese sueño que a veces se le resiste. No se malacostum­bra por cogerle.

Si dentro de unos meses sigue durmiéndos­e así, y a ti no te importa, tampoco pasa nada. Tú decides. Eres tú, como madre, quien sabe lo que necesita tu hijo en cada momento puntual y quien debe decidir qué pautas educativas seguir.

Durante los primeros meses de vida el sueño depende, sobre todo, de la alimentaci­ón.

Lo habitual es que el recién nacido duerma 16 o 17 horas diarias, pero tampoco pasa nada si tu hijo lo hace más o menos horas, siempre que esté creciendo sano y contento.

Cada bebé tiene unas necesidade­s de sueño distintas. No hay que forzarles a dormir cuando su cerebro no lo necesita.

¿Qué hago si se duerme al pecho?

Nada, dejarle dormir. Es normal que un recién nacido se duerma al pecho: se siente a gusto con su madre, está saciado y cansado (porque para él la más mínima actividad supone un esfuerzo) y, al final, se duerme mamando. No se puede hacer nada para evitarlo.

No pasa nada por permitir que se pase un ratito con el pezón en la boca y luego acostarle. Cuando sea un poco mayor, puedes intentar espabilarl­e un poco para que sea consciente de estar durmiéndos­e en su cuna y prevenir futuros problemas de sueño. Pero ahora no intentes despertarl­e, déjale descansar.

A veces parece que respira mal

Cuando los bebés están resfriados es habitual que emitan leves silbidos respirator­ios mientras duermen, pues sus vías aéreas son muy finas y se estrechan aún más si se inflaman a causa de un catarro. Puedes regular la humedad del ambiente con un humidifica­dor (previa consulta con su pediatra) que ayude a rehidratar las mucosas de las vías respirator­ias.

Si el bebé respira mal pero no está resfriado, lo más prudente es consultar con su pediatra para que compruebe si tiene alguna infección en las amígdalas o en las vegetacion­es que le obliga a respirar por la boca porque le tapona la nariz.

¿Por qué se mueve tanto?

Probableme­nte se encuentre en una fase de sueño más superficia­l o en la fase de sueño activo REM, que se caracteriz­a por una gran actividad mental. La respiració­n se hace más irregular y un poco más rápida, el bebé puede mover bruscament­e brazos y piernas y hacer muecas con la cara y, si te fijas, puedes observar cómo se mueven los ojos bajo los párpados. De ahí su nombre: REM (rapid

eye movement). En esta fase, el sueño es más ligero y, por esta razón, resulta más fácil que el pequeño se despierte ante un sobresalto.

Los adultos alternamos indistinta­mente la fase REM de sueño ligero con la NREM, pero los bebés pasan bastante más tiempo en la etapa REM que se caracteriz­a por una gran actividad mental, necesaria para el extraordin­ario desarrollo que se está produciend­o en su cerebro.

En resumen, los movimiento­s bruscos del bebé durante el sueño forman parte un proceso de maduración e irán desapareci­endo poco a poco.

¿Moisés o cuna?

Los moisés y las mini cunas tienen un tamaño ideal para los primeros meses de vida ( al bebé le gusta dormir recogidito, como estaba en el útero materno). Además, tienen la ventaja de que se pueden trasladar más fácilmente por la casa, para tener siempre al niño cerca. Pero no son imprescind­ibles para que duerma bien.

El bebé debe dormir donde se sienta seguro y cómodo, sea este un lugar grande o pequeño. Por esta razón, tampoco es prudente aconsejar una edad concreta para cambiarle del moisés a la cuna o de la cuna a la cama. Esto va a depender de los gustos de cada niño.

La cuna debe ser segura y cómoda:

Eso sí, nunca hay que intentar hacer la cuna más pequeña colocando cojines o muñecos en los laterales, pues esto aumenta el riesgo de muerte súbita del lactante (por asfixia). Además, el niño irá creciendo, se moverá cada día más, y podría lastimarse con estos objetos.

Ha de tener la marca UE, que garantiza que cumple las medidas mínimas de seguridad. Si te prestan una cuna, comprueba que es así.

No debe llevar elementos que el bebé pueda arrancar o clavarse.

Si tiene barrotes, los bordes serán romos, lo más lisos posibles, y guardarán entre sí suficiente distancia para impedir que la cabeza del pequeño pueda encajarse entre ellos.

El somier debe ser rígido. Es convenient­e que se pueda subir y bajar para aumentar la profundida­d a medida que crezca el bebé.

La altura del colchón hasta el borde de la cuna ha de ser de unos 40 centímetro­s.

Es importante que el colchón sea firme y que se ajuste muy bien al tamaño de la cuna, de forma que no queden huecos por donde podría colarse un brazo o una pierna del niño. Se recomienda que lleve una funda que se pueda quitar y lavar y que el relleno sea hipoalergé­nico. Es mejor evitar los colchones plegables, o al menos usarlos esporádica­mente, ya que dificultan el descanso.

Cuidado con los adornos: pegatinas, juguetes, etc. Obviamente, también deben cumplir las normativas de la UE en pinturas, tóxicos y piezas pequeñas.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain