¿Qué niños tienen más riesgo?
Hasta hace unos años solo se realizaba la prueba de audición a los recién nacidos con antecedentes familiares de sordera o que presentaban factores de riesgo, por problemas al nacer o por patologías infecciosas. Pero el 50 por ciento de las hipoacusias congénitas tienen origen desconocido, por lo que se universalizó el programa de detección precoz. Si se diagnostica antes de los seis meses y se pone el tratamiento adecuado, el niño oirá y hablará sin problemas. Estos son los bebés más vigilados: Los que tienen antecedentes de hipoacusia genética (pérdida de audición familiar desde jóvenes, no por la edad).
Los bebés con citomegalovirus, que es la infección congénita más frecuente y ha pasado a ser la primera causa de hipoacusia. La madre padece la infección durante el embarazo, pasa desapercibida y el niño nace con problemas neuronales (entre los que se incluye la pérdida de audición). Hipoxia de parto o pérdida de oxígeno del bebé durante su nacimiento. Nacidos prematuramente o con poco peso, el límite de riesgo está en 1.500 g. Los que han sufrido enfermedades infecciones graves a los pocos meses de nacer, como paperas, sarampión o meningitis. Los que han sufrido alteraciones metabólicas como la hiperbilirrubinemia. Con sepsis neonatal. Adquirieron la infección de la madre antes o durante el parto.