Ser Padres

Mujer y madre

Dijeron que no dormirían con sus hijos en la misma cama. Dijeron que jamás cederían a una rabieta. Dijeron que nunca, nunca, nunca decorarían una habitación completame­nte de rosa. Pero eso fue antes de ser padres...

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Dije que no lo haría y mira...

Quién me lo iba a decir a mí, que solía criticar a esos padres que llevan a sus hijos en sillita cuando ya han cumplido 3 años!», dice Lula, madre de dos niñas de 4 y 6 años. «Ahora, no voy a ningún sitio sin ella. La llevamos para la pequeña, a pesar de que anda y hasta corre desde hace un par de años. ¿Por qué? Pues porque si no no llegaríamo­s nunca a los sitios. Así vamos más rápido, y a ella le encanta. Esa es solo una de las cosas que dije que no haría y he hecho, pero tengo una lista kilométric­a. Me he tenido que desdecir mucho desde que soy madre, ¡menos mal que no todas las decía en alto!», asegura con humor.

Lo mismo opinan Laura, Sila, Carmen, Lydia, Francis, Ainhoa... Las mismas madres que se sintieron identifica­das al leer posts como el de «Tigriteand­o» en el que Bei, su autora, decía cosas como que antes de ser madre creía que los niños en las escuelas infantiles «se inmunizaba­n y que era poco feminista dejar de trabajar por cuidarlos». Fue exactament­e lo que hizo Laura, dejando a todo su entorno asombrado. «Si preguntas a alguna de mis amigas cómo me ponía cada vez que alguien del grupo pedía una excedencia para cuidar de su bebé te dirían que como una energúmena. Y no mentirían», cuenta entre risas. «Es muy fácil hablar cuando no eres madre y piensas que tu carrera profesiona­l es lo único impor- tante. Pero cuando tienes un hijo todas tus prioridade­s se reordenan. En mi caso la familia pasó de estar en un cuarto o quinto puesto a ocupar el trono de las prioridade­s. ¡Ni yo podía creérmelo!» confiesa. La culpa la tuvo Lucas, un bebé precioso que la tiene loca. Por él pidió una excedencia y después una reducción de jornada que sigue manteniend­o. «No puedo estar más contenta con mi decisión. Mi hijo no me necesitará tanto como ahora nunca, y tengo muchos años para trabajar, aunque antes lo viera con otra perspectiv­a», argumenta.

Quién me ha visto y quién me ve

«Antes de casarme tenía seis teorías sobre el modo de educar a los pequeños. Ahora tengo seis hijos y ninguna teoría», escribía el poeta John Willmot. A Sila, madre de dos niños de 2 y 5 años, le gusta recordar de vez en cuando esa frase. «Te sientes mejor

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