¿Cuál elegir?
Notas como tu hijo va creciendo en tu interior. Ha llegado el momento de preparar su habitación, al menos el lugar donde va a dormir en su nuevo hogar desde su primera noche. Tendrás que decidir si quieres que duerma contigo. Tenerle cerca os ayuda (a ti y a él) a descansar mejor y no se te escapará ni un detalle de su sueño. Además, el vínculo madre-hijo se fortalece y la idea te gusta. Pero te asalta el miedo a quedarte dormida y llegar a hacerle daño.
Las cunas de colecho, que funcionan como una prolongación de tu cama, son una buena solución que facilitan también la lactancia nocturna sin miedo a dañarle.
Minicunas. Otra opción perfecta para ayudarle en la transición del útero al mundo exterior. Más pequeñitas y útiles durante los primeros meses ya que permiten que el recién nacido pueda tocar las paredes y sentirse más seguro. Las tienes con opción de balancín, un plus que a muchos bebés ayuda a conciliar el sueño.
La cuna clásica, con diseños innovadores, es la alternativa más duradera pues puede utilizarse desde el nacimiento y hasta que el niño pueda levantarse solo. Todas vienen con al menos dos alturas y con barrera deslizante, para que te resulte más cómodo coger al bebé según su edad.
La oferta es cada día más amplia: con cajones inferiores, evolutivas (convertibles en cama cuando el niño crece), modular (incluso con cambiador y cómoda en el mismo mueble)…