Ser Padres

Beatriz Calderón.

Periodista y madre de dos hijos, con rutinas, horarios y disciplina monacal, Beatriz Calderón cuenta a SER PADRES cómo organiza su día a día cuando se vive “al revés”.

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En España hay dos millones de personas que trabajan en turnos de noche. Por lo general, duermen entre 1 y 4 horas menos que las que el resto de la población. Los expertos advierten que, en su caso, la calidad del sueño, la concentrac­ión y los riesgos laborales aumentan y que el secreto radica en reproducir artificial­mente la noche y el día, comidas y rutinas. Pero SER PADRES se pregunta ¿cómo se organiza una madre que vive “al revés”? Beatriz Calderón es periodista y trabaja desde el año 2008 en el turno de noche de la cadena Cope. Copresenta­dora de Poniendo las calles, que se emite de lunes a viernes de 4 a 6 de la mañana, tiene 36 años, está casada desde hace ocho, es madre de dos hijos y dice, tajante: “Soy una afortunada porque puedo conciliar. Por supuesto que se puede vivir bien y que puedes tener una vida relativame­nte normal. El secreto, para mí, radica en ser muy disciplina­do. Los horarios, cualquier alteración del día a día, los excesos… Todo ello se nota y hay que ser muy monacal en ese sentido. Lo más difícil es volver a los horarios normales durante el fin de semana pero, si no, no podría hacer vida con mi marido y mis hijos”. Daniel y Emma, de 5 y 2 años, “lo ven con total normalidad, no conocen otra cosa”. Beatriz es consciente de que, una vez que tienes hijos, para tener este tipo de trabajo has

de contar con “el apoyo total de tu pareja”, sino, añade, “sería inviable”. “Mi día empieza (o acaba) a las 7:00 de la mañana, cuando llego de la radio, desayuno, paso un rato a solas y levanto a mis hijos. A las 8:30 me acuesto y mi marido les viste y les lleva a la guardería y al colegio. Mientras ellos están allí yo duermo, me levanto a las 15:10, como y hago algún recado. No puedo comer cualquier cosa ni en grandes cantidades, mi cuerpo no lo tolera. A las 16:10 estoy yéndome a por mis hijos y paso toda la tarde con ellos. A partir de ahí ya hay ciertas rutinas inamovible­s como que a las 19:30 estamos en casa para baños y cenas y que a las 21:00 yo ceno y me acuesto un rato”. Trabaja de once de la noche a seis y media de la mañana y vuelta a empezar.

Comentario­s desafortun­ados

“Me he encontrado a lo largo de los años con bastantes comentario­s machistas a este respecto, en plan ‘qué suerte tienes con tener ese marido’ porque él es quien se ocupa de hacer y darles la cena, de acostarles y leerles el cuento y de levantarse de madrugada si se despiertan o dan una mala noche. Y a mí de verdad me asombra mucho. Mi marido, también periodista, respeta mi trabajo como yo respeto el suyo, y él y yo entendemos que nuestros hijos son de los dos y que por lo tanto todas las tareas se reparten por igual. Que la gente siga viendo esto como algo extraordin­ario, en pleno siglo XXI, me alarma. La periodista también destaca cómo muchos le cuestionan si este plan de vida es lo más adecuado cuando tienes familia. “Para mía sería mucho más locura si trabajara de nueve de la mañana a siete de la tarde y tener, primero, que preocuparm­e de que alguien se ocupara de mis hijos hasta que mi marido o yo llegáramos a casa y, segundo, de renunciar a la conciliaci­ón, una opción que yo he elegido ya que no me ha sido impuesta esta jornada”.

Lo más duro

No todo es idílico, y, pese al optimismo de Beatriz, hay ‘peros’ evidentes: “Lo más duro es el fin de semana. Me ayudo un poco tomando melatonina porque los viernes duermo cuatro horas y los domingos tres: Me levanto a las ocho de la mañana y, salvo una siesta de dos horas y media, estoy despierta hasta las ocho de la mañana del día siguiente. Esos días estoy muy cansada, lo reconozco, pero es un sacrificio que hay que hacer cuando se tienen hijos. Tengo muchos compañeros que tratan de mantenerlo más o menos también durante el fin de semana, pero lo veo incompatib­le con los niños y también injusto para mi pareja”. También reconoce Beatriz: “Si he sido capaz de embarcarme en esta locura de horarios siendo madre es porque ya sabía cómo era vivir así antes de tener familia, si no dudo que nunca se me hubiera pasado por la cabeza, por intentar conciliar, solicitar este horario de trabajo”.

“Oigo muchos comentario­s machistas que no harían si mi pareja fuera la que trabajara de noche”

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