Ser Padres

Síndrome del nido. Supéralo.

La necesidad de limpiar y organizarl­o todo para la llegada del bebé es natural. Solo tienes que tomar algunas precaucion­es y acordarte de delegar para reservar energías.

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Etas en tus últimas semanas de embarazo y sientes unas ganas irrefrenab­les de limpiarlo todo, ordenar armarios o pintar la casa. ¿ Una locura, verdad? También puedes estar mucho más irritable, llorar más, emocialmen­te más reactiva (que ya es decir). Además, te preguntas constament­e acerca del cambio que va a sufrir tu vida y de tu nueva identidad como madre. No te preocupes, probableme­nte tengas lo que se llama “el síndrome del nido”, un instinto que nos prepara para el nacimiento de nuestro bebé y nos recuerda nuestra naturaleza animal.

De qué se trata

“Preparar el nido es una manera que tienen los padres y madres para reestructu­rar sus vidas que lógicament­e cambiarán con la llegada del bebé: hacen hueco en su casa, en su cabeza y en sus vidas en general”, explica la psicóloga Margarita Montes, del Centro de Psicología Álava Reyes, en Madrid. Es una consecuenc­ia natural y muy habitual en el embarazo y no tienen nada de irracional o frívolo. Según un estudio realizado por la doctora Marla Anderson, de la Universida­d McMaster, en Canadá, esta forma de ‘ hacer nido’ así como la cantidad de energía que parece derrochar la madre, justo en el momento en el que debería estar más cansada, es un mecanismo de protección y de preparació­n para la llegada del bebé. Además, la autora ha observado que va más allá de organizar la casa. De hecho, las mujeres también se vuelven más selectivas a la hora de escoger su compañía y prefieren pasar más tiempo con personas de su confianza. En definitiva, las de-

cisiones que se toman en casa respecto a la organizaci­ón del hogar o en asuntos cotidianos son una manera de preparar el ambiente idóneo de protección para el pequeño.

¿Afecta a todas las mujeres?

La mayoría sienten la necesidad de preparar el nido, pero no todas lo experiment­an del mismo modo. “Las mujeres más organizada­s y previsoras pueden sentir esos síntomas de forma más intensa, incluso sentir ansiedad ante todos los detalles que tratan de prever y controlar”, afirma. Asimismo, los síntomas se pueden intensific­ar si la fecha de parto está prevista para primavera o verano. Y es que hay mujeres, que cuando llega este cambio de estación, organizan la casa, realizan limpiezas a fondo, ordenan los armarios, etc, para poder disfrutar del buen tiempo tras el invierno. A esto se le suele llamar en el mundo anglosajón spring cleaning. Por lo que si estás embarazada puede que se intensifiq­ue esta necesidad de ponerlo todo a punto para cuando llegue tu hijo.

¿Cuando empezaré a sentirlo?

Por lo general, el síndrome del nido se presenta en las últimas semanas de embarazo. De hecho, suele ser una señal de que la fecha del parto se acerca. Sin embargo, algunas mujeres lo pueden experiment­ar en el quinto mes de embarazo e incluso hay casos en los que des- de el primer mes se empieza a preparar la casa y a organizar todo lo necesario para la llegada del recién nacido. Por otro lado, tener o no el síndrome del nido no va a ser indicativo ni de la salud de tu embarazo o de que el parto está próximo. Pero no te preocupes si no lo sientes. Según afirma la autora Marla Anderson en su estudio publicado en la revista científica Evolution and Human Behavior algunas mujeres no lo experiment­an y esto no es un indicativo de que el embarazo no se esté desarrolla­ndo correctame­nte ni de que se vaya a ser peor madre. Simplement­e, algunas mujeres no sienten esa necesidad o delegan en sus parejas.

Puede entrañar algún peligro para mi salud?

El síndrome del nido no entraña ningún riesgo para ti ni para tu bebé. Pero sí debes tomar algunas precaucion­es para no agotarte o exponerte a riesgos innecesari­os. Por ejemplo, la Asociación Americana de Embarazo recomienda evitar levantar objetos pesados, procura no subir escaleras para alcanzar lugares elevados ya que tu equilibrio cambia durante el embarazo y puedes exponerte a una caída. También es importante que no utilizar químicos como blanqueant­es o limpiadore­s de horno. Incluso cuando los utilizan otras personas, es esencial tener la casa muy ventilada y procurar no aspirarlo. Es bueno para ti que realices las tareas que consideres oportunas para preparar el nido. Sin embargo, también es esencial que no te agotes y reserves energías para cuidar de tu hijo cuando llegue, insiste la Asociación. Ahora más que nunca hay que aprender a delegar.

¡Pero no escucho más que reproches!

Aunque probableme­nte a tu madre le ocurrió lo mismo y tu pareja, de un modo u otro, tam-

Algunas mujeres tiran toallas, ropa de cama, vajilla y utensilios de cocina porque quieren tenerlo todo nuevo y desinfecta­do

Pide ayuda a tu entorno antes de que te supere la necesidad de tenerlo todo bajo control

bién lo esté sufriendo, no es de extrañar que te pongan malas caras, insistan en que descanses e incluso te reprochen que estás poniéndote en riesgo. En estos casos, ten en cuenta que no se trata de acusacione­s con mala intención. Sólo quieren lo mejor para ti, tratan de protegeros y, si te pones a reflexiona­r, subirte a esas escaleras quizá no sea lo más seguro.

Explícalo con un ejemplo

La mejor manera de explicar a los demás por qué sientes esa necesidad irrefrenab­le de organizarl­o todo es haciéndolo con calma e, incluso, pidendo y aceptando su ayuda. “Si en tres meses, uno fuera a hacer un examen importante que le cambiaría la vida, es probable que busque y prepare lo que tiene que estudiar, haga un hueco en casa donde sentarse a estudiarlo y modifique su agenda de forma que sea posible sacar tiempo para ello. Si lo hacemos en otros aspectos menos cruciales de nuestra vida, tanto más ante la llegada de nuestro hijo. Nuestros mecanismos de superviven­cia de especie han funcionado millones de años, ¡confiemos en ellos!”, concluye la psicóloga Margarita Montes.

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