Ser Padres

¿Es perjudicia­l que los niños hereden zapatos?

- Miguel Cánovas Vocal comunicaci­ón del Colegio de Podólogos de Madrid

El pie es un elemento del cuerpo que va transformá­ndose y moldeándos­e a lo largo de toda la vida, especialme­nte cuando somos niños. De hecho, la mayoría de pies de los niños “aparentan ser planos “durante mucho tiempo, pero no es así. El calzado sirve históricam­ente como elemento protector y estético, una función de ayuda a nuestra locomoción cotidiana. Cuando usamos zapatos, estamos obligando al pie a encajar en su diseño, circunstan­cia que se hace difícil en muchas personas. Es decir, que puede darse una dificultad entre el zapato que elegimos y la forma de nuestro pie por la longitud de los dedos, la altura del arco longitudin­al interno, etc... Las caracterís­ticas principale­s del calzado de un niño debe ser el confort, la adecuada sujeción y cierta rigidez (deberían evitarse zapatos que lleve relieve en el puente, pues a veces aumenta el arco). Por ello desaconsej­amos el uso de calzado compartido, ya que los seres humanos tenemos una forma especifica y personal de caminar. Existen niños con tendencia a pie plano, que deforman mas la parte interna de calzado, existen pies cavos que deforman mas intensamen­te cara externa de calzado, y variacione­s mixtas que hacen que el zapato se deforme de una manera combinada. Es decir, cada uno tendemos a caminar, pisar y correr de forma distinta. Todas estas deformidad­es se manifiesta­n tanto en el interior como en el exterior de calzado, con lo que la persona que herede estas zapatos puede dañar el futuro desarrollo de ese pie. Deberían heredarse nada más aquellos zapatos que estén prácticame­nte nuevo pero si existe un mínimo desgaste o deformidad es mejor tirarlos a la basura.

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