0-12 meses
La música les relaja, estrecha el vínculo entre vosotros y estimula su inteligencia. Pon un instrumento en sus manos para que desarrolle todo su potencial.
Mucho ritmo.
Ala mayoría de nosotros nos gusta la música. Reaccionamos ante su ritmo, los compases y las melodías, nos transporta a momentos importantes de nuestra vida, nos hace soñar o nos sirve de terapia. Y los bebés no son menos. Aún más, es muy positivo que escuchen música desde que nacen. Y es que el sentido del oído es el primero que se desarrolla. Se ha visto que los bebés, cuando están en el útero materno, ya escuchan todos los sonidos del exterior y reaccionan a ellos. Un estudio científico ha observado que al poner un dispositivo musical en la vagina de la madre, los fetos, incluso de 16 semanas, reaccionaron abriendo y cerrando la boca y sacando la lengua. Fue realizado por Marisa López-Teijón, Alberto Prats y Alex García-Faura, del Instituto Marquès (Barcelona), y se publicó en la revista Ultrasound, y contribuye a confirmar que durante la gestación, es positivo que los pa-
dres comiencen a favorecer la relación del pequeño con la música, ya que esta tiene muchos beneficios y les estimula de forma positiva.
Efecto Mozart
La música los relaja, los tranquiliza y les ayuda a dormir mejor. Cantar y escuchar música con ellos refuerza el vínculo afectivo entre los padres y su hijo y estimula su inteligencia emocional. Es una de las mejores herramientas para canalizar y expresar las emociones. Escuchar música desarrolla su potencial auditivo, rítmico y musical, activando el área del cerebro emocional y motor. Incluso puede estimular su inteligencia, según algunos estudios. Los expertos hablan del ‘efecto Mozart’, que consiste en que los niños, al escuchar una pieza de este compositor, estimulan el área del cerebro relacionado con las matemáticas. Resulta que este tipo de música al ser más armónica y pura activa el hemisferio derecho donde radica las funciones espacio-temporales. No es que haga a nuestros hijos más listos o más inteligentes, sino que activan las neuronas inherentes que hay en ellos.
La música también estimula a los bebés a aprender a hablar. Y es que los mecanismos para aprender canciones son muy similares a los del desarrollo del lenguaje.
¿Qué tipo de música se recomienda?
Los expertos recomiendan música armónica más que sonidos fuertes o discordantes. La música clásica es armónica y su melodía se parece más a la voz humana que otros tipos, por lo que parece que los bebés la prefieren. Sin embargo, si a ti te gusta la música cubana, el rock o jazz, y disfrutas con ella, a tu hijo también le gustará y le enriquecerá porque la asociará a momentos de bienestar. Por otro lado, es conveniente que no se le limite a escuchar un solo género (como pueden ser nanas o canciones para bebés) sino introducirlo en diferentes ritmos y melodías, ya que tienen capacidad para aprenderla y disfrutarla. Puedes utilizar la música lenta como ritual para ir a dormir y la música con más ritmo, para jugar y recoger. Eso sí, evita ponérsela muy alta. Un estudio realizado en Buenos Aires (Argentina) alertó de que exponer a los bebés a sonidos muy fuertes podía afectar a su oído, causarles estrés, irritabilidad e incluso dificultar su aprendizaje.