Familia
Hijos únicos.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) el 30% de las familias españolas son parejas con un hijo único. ¿Las explicaciones? El retraso de la edad de la maternidad (31 años), las dificultades económicas, el aumento de los problemas para concebir o el de separaciones y divorcios. El número de familias con tres o más hijos, no supera el 4%.
Maduran antes, dialogan más
Ana Aso, psicóloga especialista en intervención familiar, explica que “la literatura recoge cientos de estudios acerca de las características del hijo único y no es casualidad que ninguna llegue a una conclusión determinante sobre las mismas”. Y parece que “el hecho de no tener hermanos abre un mundo de etiquetas en el que egoísta o caprichoso suelen aparecer entre las destacadas”. Diferentes estudios sobre unigénitos reconocen que si bien son adultos de carácter más solitario e individualista, durante su infancia maduran antes, son más imaginativos y responsables que los niños de su edad y que tienen mayor nivel intelectual y lingüístico debido a su interacción con los adultos.
Pero aprender a resolver conflictos, a relacionarse con los demás, a ser generosos, no depende de la condición de hijo único –que no deja de ser una circunstancia de la vida, no una definición de la misma– sino de cómo eduquen los padres. Y Aso pone un ejemplo: “Pensemos en un hijo único que tiene una tablet, pero resulta que su uso está restringido a los fines de semana al acabar sus tareas. Ahora pensemos en un par de hermanas que no paran de pelearse por emplear la tablet, de manera que los padres han terminado por comprar una a cada una. Si nos olvidamos de la etiqueta, ¿en qué caso la conducta de estos pequeños responde a la popularmente asociada a un hijo único?”.
Ni mejor ni más fácil
Ser unigénito no tiene que ser mejor ni peor que tener hermanos, ni educar a un solo hijo más fácil o difícil. No hay ninguna evidencia científica que justifique un tipo de personalidad con el mero hecho de no tener hermanos.
Por ello, el tipo de infancia de un niño y su modelaje como adulto dependerá del estilo de crianza y enfoque desde el contexto familiar, haya o no hermanos. Las carencias afectivas no dependen de la existencia de un compañero de vida temprano “sino de la importancia que se dé a los vinculos desde casa”, concluye las psicóloga Ana Aso.
La infancia de un niño depende del estilo de crianza, no de un compañero temprano