Hablamos con María José Más sobre cuentos para bebés.
Los cuentos son transmisores de valores, estimulan la imaginación y refuerzan el vínculo. No es necesario esperar a que entiendan las historias. Desde muy pequeños pueden empezar a disfrutar de la lectura.
“Hablan sobre todo de las emociones y ayudan a identificarlas”
Los cuentos forman parte de nuestra cultura y nos acompañan desde niños. Nos ayudan a comprender el mundo que nos rodea, estimulan la creatividad y nos transportan a otros mundos, activando la imaginación. Son indispensables para desconectar, pasar un buen rato y aprender. Por tanto, es fundamental que los niños se familiaricen con los libros desde muy pequeños, y compartamos con ellos esos ratos de lectura. Y es que, lo que más le gusta a los pequeños, es que se los cuente o lea un adulto, y preferiblemente, antes de acostarse, cuando está todo en calma. En ese momento, los cuentos actúan como un excelente sedante, reducen la ansiedad ante la separación de la noche, porque el niño pasa un rato agradable con los padres antes de quedarse solo y se siente lleno de confianza y alegría. Además, los padres pueden aprovechar esa oportunidad para contar alguna anécdota de la familia, alguna situación divertida o la propia experiencia relacionada con el motivo de la lectura. De este modo, se establecerá una interacción muy saludable entre padres e hijos.
Transmisores de valores
Los cuentos tienen también un valor como transmisores de valores, fundamental para que los pequeños aprendan de una forma divertida. De hecho, se sienten atraídos por ellos, porque son historias breves donde se expone una situación en la que encuentran unos personajes con los que se pueden identificar. En un momento dado, surge un problema o un cambio en la trayectoria esperada (normalmente fácil de entender) y los personajes buscan una solución, que generalmente encuentran, y suele ser satisfactoria, a pesar de las dificultades. En eso radica la importancia de los cuentos: enfrentarse a adversidades y obstáculos que se superan y eso ayuda a los más pequeños a no rendirse.
Ilustraciones: un estímulo para su creatividad y desarrollo
Los dibujos de los cuentos infantiles también son muy importantes en la primera infancia, una etapa en la que se acumulan imágenes en el cerebro antes de hablar. Además, la ilustración desarrolla la imaginación y ayuda a que un cuento pueda ser entendido. La ilustración comunica, desarrolla, vincula al niño consigo mismo, con otros niños y con el adulto que acompaña su proceso de crecer y desarrollarse.
Cuentos para bebés
No hace falta esperar hasta que entiendan qué significan las historias. Según los expertos, podemos empezar a leerles cuentos desde que están en la cuna. Y es que, quizás ellos aún no comprendan el significado de las palabras pero, sin duda, los libros para bebés les ayudarán a desarrollar la motricidad, el tacto, jugar y distraerse. Hablamos con la doctora María José Mas, neuropediatra y autora del blog Neuronas en Crecimiento, sobre cómo influyen los cuentos en su desarrollo, qué ocurre en su cerebro cuando escuchan las historias y cuándo podemos empezar a disfrutar de la lectura con nuestros hijos.
¿Es bueno leer cuentos desde la cuna?
Claro que sí. No hay una edad mínima para leer a un niño. Incluso se pueden leer a un recién nacido. El mundo del bebé es sobre todo sensorial. Percibe lo que le rodea a través de los sentidos y son esas sensaciones las que evoca en su mente para representárselo. El lenguaje aparecerá después. Las palabras surgirán para sustituir lo sensorial y, por eso, los cuentos, narrados o leídos, son perfectos para el aprendizaje del vocabulario.
¿Cómo deben ser de 0 a 1 año?
Las ilustraciones son fundamentales: las de dibujos de trazos sencillos y coloreados llaman más su atención. La agudeza visual del bebé
está aún en desarrollo y por eso percibe mejor este tipo de dibujos que los que tienen muchos detalles. Si además las ilustraciones tienen texturas, olores e incluso se pueden chupar, facilitan que se forme en su mente una idea más rica y completa de lo que está viendo y escuchando.
¿Y de 2 en adelante?
Lo importante es que además de ilustraciones contengan textos breves acompañando a las ilustraciones, para que puedan ir practicando el vocabulario.
¿El papel de las ilustraciones?
Las ilustraciones son muy importantes en los cuentos para bebés y niños. Su papel principal es facilitar la comprensión de las palabras y de las ideas narradas.
¿Podemos empezar a leerles incluso en el embarazo?
El feto aprende a distinguir la voz de su madre en el claustro materno. Mientras la escucha, se acostumbra a los sonidos de su idioma y luego le será más fácil identificar la voz humana y la cadencia del lenguaje entre el caos de ruidos y de otras sensaciones en que se ve sumido al nacer. Las voces de otras personas no le llegan con la nitidez suficiente para servir a este propósito.
¿En qué les influye?
Cuando leemos un cuento cuidamos la pronunciación y la entonación de las palabras mucho más de lo que lo hacemos en una conversación cotidiana. Probablemente, esto ayudará al bebé a identificar mejor los sonidos cuando nazca.
¿Por qué es necesario establecer una rutina de lectura?
En el desarrollo del lenguaje, primero se adquiere la capacidad de comprender y mucho después aparece la de hablar. La mejor manera de aprender a entender el lenguaje es escucharlo y el cuento es perfecto para eso. Señalar y nombrar objetos, animar al niño a completar historias, involucrarlo en la narración facilita, por ejemplo, que adquiera habilidades básicas como esperar su turno en la conversación. Además, leer un cuento propicia un contexto único que favorece la intimidad y los vínculos afectivos entre el niño y su lector. Los padres escogen las lecturas para sus hijos y a través de esa elección les transmiten también sus propias creencias, valores y el bagaje cultural familiar.
¿Qué ocurre en el cerebro cuando escucha un cuento?
La narración obliga a imaginar lo narrado, a crear imágenes sobre objetos, personas y situaciones que no están realmente presentes. Estos retratos mentales favorecen el desarrollo de los circuitos verbales que más adelante necesitará para poder leer por sí mismo.
¿Cómo les ayuda la lectura a gestionar sus emociones?
Los cuentos infantiles se ocupan especialmente de las emociones: la alegría, la tristeza, el miedo… Todas las emociones se caricaturizan en los cuentos y en cierto modo se intensifican, facilitando que el niño aprenda a distinguir unas de otras y a reconocerlas cuando se presentan. Se trata de un paso previo para ejercitarse en cómo reaccio-
nar ante ellas. Los padres, con su propia respuesta, pueden ayudar al niño a saber como comportarse ante las distintas situaciones emocionales.
¿Y en su vida adulta?
Dominar el lenguaje es fundamental para estructurar el pensamiento y reflexionar con claridad. La lectura es un vehículo fundamental del aprendizaje, tanto del lenguaje como de cualquier otra materia. Pero además, no solo es la herramienta de la instrucción meramente académica, sino también de todo lo que concierne a la persona. Un buen hábito de lectura, no solo en frecuencia sino también en las elecciones de los textos, pone al alcance del niño las múltiples situaciones que puede ofrecerle el mundo, lo que sin duda le ayudará para desarrollarse plenamente como individuo.