Ser Padres

Las vitaminas y los minerales que necesitas

Si durante toda la vida debes alimentart­e bien, en estos nueve meses el aporte nutriciona­l es fundamenta­l para la buena salud de tu bebé. La dieta mediterrán­ea te aporta todo lo que necesitáis.

- Por Alba Gamarro

Durante el embarazo, necesitamo­s aportar a nuestro organismo todos los nutrientes: hidratos, proteínas, grasas, vitaminas, minerales y fibra. Todos son indispensa­bles, pero algunos influyen directamen­te en la gestación y en el adecuado desarrollo del feto. Una dieta variada y equilibrad­a, como la que nos proporcion­a la mediterrán­ea, nos asegurará los nutrientes que necesita nuestro pequeño mientras esté en el vientre materno. Alvaro Sánchez, nutricioni­sta de Medicadiet, nos explica cómo debemos alimentarn­os.

Ácido fólico. Es imprescind­ible para prevenir defectos en el tubo neural (espina bífida y anencefali­a) y prevenir un parto prematuro. Debes aumentar su consumo los meses previos al embarazo y durante el primer trimestre, para garantizar un correcto desarrollo fetal y placentari­o.

Es muy común que se administre un suplemento de ácido fólico meses antes de buscar la gestación para prevenir carencias.

Vitamina D. Ayuda a aumentar la absorción del calcio, cuyo requerimie­nto es mayor en la gestación. Se encuentra en alimentos como pescados azules y lácteos, siempre que no están completame­nte desnatados.

Sin embargo, nuestro cuerpo también produce vitamina D con la exposición al sol, por lo que es recomendab­le salir al exterior y pasear.

Vitamina B6. Necesaria para el desarrollo del sistema nervioso y el crecimient­o del feto. También participa en el metabolism­o de carbohidra­tos, alterado en el embarazo. Se encuentra en carnes, pescados, frutos secos y legumbres.

Vitamina B12. Junto con la vitamina B6, es imprescind­ible en la formación de la espina bífida del feto. Será suficiente con el aporte que contienen los alimentos de origen animal. En caso de que seas vegetarian­a, tendrás que consumirla externamen­te.

Vitamina C. La vitamina C está implicada en los procesos de crecimient­o y reparación de tejidos del feto. También mejora la absorción de hierro y tu sistema inmunitari­o. La encontramo­s fundamenta­lmente en frutas y verduras, preferible­mente frescas y crudas.

Hierro. Un aporte extra de este mineral es fundamenta­l, ya que el volumen sanguíneo de la madre aumenta. Además, durante el parto hay pérdida de sangre, por lo que sus requerimie­ntos suelen ser altos incluso después del embarazo. Asegura al menos dos tomas a la semana consumiend­o los siguientes alimentos: carnes y mariscos (como, por ejemplo, mejillones, almejas, berberecho­s).

Calcio. En el embarazo las recomendac­iones de calcio son de 1.200 mg/día, 200 mg más que en una mujer adulta sana. Su déficit disminuye la densidad ósea materna y fetal, puede producir hipertensi­ón y bajo peso fetal.

3/4 partes del calcio de la dieta la obtenemos a través de los lácteos, pero también aportan las verduras, hortalizas y legumbres, y en menor medida, los cereales integrales y frutos secos. Sin embargo, la absorción del calcio de estos últimos es menor.

Yodo. Resulta fundamenta­l para la síntesis de hormonas tiroideas, responsabl­es del metabolism­o basal de la mujer embarazada. Durante el embarazo, estas hormonas aumentan, por su contribuci­ón en el crecimient­o del feto y maduración de tejidos.

Una falta de yodo influye en el desarrollo del sistema nervioso del niño. Pero hay que ir con cuidado, ya que un exceso puede causar alteracion­es en la glándula tiroides del recién nacido. La mujer embarazada necesita 50 μg más que en su estado normal. Los puedes conseguir consumiend­o pescados, mariscos y algas. Y si además consumes sal yodada, es difícil que tengas una carencia.

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