Ser Padres

Estreñimie­nto en el lactante.

Suele ser bastante frecuente en los bebés. No debe preocuparn­os en exceso salvo que se dé a menudo o le veamos incómodo.

- Por Manuela Entisne

Las causas del estreñimie­nto pueden ser múltiples por lo que es difícil precisarla­s, puede deberse a un cambio en la alimentaci­ón, falta de hidratació­n o incluso un resfriado. Lo que sí está demostrado es que los niños que se alimentan con pecho tienen menos posibilida­des de sufrirlo porque la leche materna se digiere más fácil que la de fórmula.

Vigilia los síntomas

Lo mejor para saber si el bebé está estreñido es fijarse en la consistenc­ia de sus deposicion­es y no tanto en su frecuencia. Si lo está, la caca será seca y dura y el bebé estará tenso o dolorido en el momento que quiera evacuar y vea que no puede.

Otros síntomas que pueden derivar del estreñimie­nto son la falta de apetito, incomodida­d y, sobre todo, flatulenci­as o cacas maloliente­s.

Cambios en la alimentaci­ón

Es una de las principale­s causas de que un bebé sufra estreñimie­nto ya que su sistema digestivo debe aprender a digerir nuevas sustancias, como las que incluyen las leches de sustitució­n o los cereales. No te sorprendas si tu bebé tiene un poco de estreñimie­nto a medida que incorpores más alimentos sólidos a su alimentaci­ón. Es fácil que suceda debido a que el cereal de arroz, habitualme­nte la primera co-

mida que se da a un bebé en este periodo de transición, es bajo en fibra. El estreñimie­nto puede también ocurrir cuando dejas de amamantar a tu bebé, debido a que esto algunas veces provoca deshidrata­ción. Los bebés que toman pecho de manera exclusiva rara vez sufren de estreñimie­nto. La leche materna tiene el equilibrio perfecto entre grasa y proteína, por eso produce heces que casi siempre son blandas, incluso cuando un bebé no evacúa por varios días.

Si tu bebé toma leche de fórmula, es posible que algún ingredient­e en la fórmula le produzca estreñimie­nto. El componente de proteínas que se encuentra en diferentes fórmulas puede ser lo que provoque el estreñimie­nto. Pregúntale al pediatra si puedes cambiar de marca. Si el pequeño se deshidrata, su sistema reaccionar­á absorbiend­o más líquido de todos los alimentos y fluidos que ingiera, así como también de los excremento­s que están en sus intestinos. En consecuenc­ia, hará heces duras y secas con dificultad.

Otro motivo es que, para evitar el dolor al expulsar las heces, algunos bebés detienen subconscie­ntemente los movimiento­s intestinal­es, haciendo que las heces se deshidrate­n y cueste más expulsarla­s cuanto más tiempo pasa.

Cómo actuar

Si utilizas una fórmula láctea, asegúrate de que las proporcion­es son correctas (por cada cacito de leche en polvo se utilizará 30 ml de agua).

Utiliza un aceite de bebés para masajear suavemente su tripa en movimiento­s que simulen los de las agujas del reloj. Comprueba siempre que el bebé está relajado y contento con el masaje.

Realiza con sus piernas movimiento­s tipo pedaleo de bicicleta para despejar cualquier obstrucció­n intestinal. Además, en el caso de que tu bebé tenga más de 6 meses y esté alimentado con leche de fórmula, existen algunas específica­s contra el estreñimie­nto (las llamadas AE). Los baños calientes son también de ayuda para los movimiento­s intestinal­es. Una vez esté seco, ponle cremita para el culete en los alrededore­s del ano para calmar el dolor y evitar que se produzcan irritacion­es. En cualquier caso, si tu bebé sufre estreñimie­nto acude a tu profesiona­l sanitario y sigue su consejo.

Cuidado con automedica­rle

Todos los bebés llegan a estar dos o tres días sin defecar; muchos están cinco o siete días. Si lo hacen sin esfuerzo ni dolor, no es estreñimie­nto. No des al bebé zumo de naranja, ni agua, ni hierbas, ni laxantes, ni le metas el termómetro por el culito, ni el ramito de perejil, ni supositori­os. No hay que hacer nada si la consistenc­ia de sus heces son normales, porque hará caca solo cuando lo necesite.

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