¿Cuál es el pronóstico de la epilepsia infantil?
Alrededor de un 20-30 % de los pacientes epilépticos tienen un pronóstico que se considera muy bueno, como es el caso de las crisis neonatales benignas, las epilepsias parciales benignas de la infancia o las ausencias infantiles, desapareciendo las crisis epilépticas tras recibir tratamiento durante unos años. En un 30-40 % de los casos el pronóstico es bueno, con control adecuado pero necesitando un tratamiento continuado, este sería el caso de la epilepsia mioclónica juvenil. Otro 30 % tienen un pronóstico malo, al persistir las crisis a pesar del tratamiento, como es el caso de las epilepsias mioclónicas progresivas, el síndrome de West o el de LennoxGastaut. En cualquier caso, lo más importante es que se siga correctamente el tratamiento que ha recomendado el especialista y sus indicaciones sobre qué se debe hacer en casa, así como en la escuela. Todo ello es muy importante puesto que el diagnóstico y manejo de la epilepsia en los primeros años de vida puede ser muy complejo, debido a los graves efectos cognitivos, de comportamiento y psicológicos que se pueden asociar con las crisis repetidas. No hay que olvidar que el fracaso escolar, los trastornos de aprendizaje y las alteraciones de conducta son más frecuentes en el niño epiléptico que en la población general. Asimismo, en más mayores se observa una elevada incidencia de trastornos como depresión, déficit de atención, problemas de aprendizaje, alteraciones de conducta, etc., que hace que en un 70 % de los casos, la enfermedad afecte a su calidad de vida.