Lo que sí es bueno que escuchen
Si queremos que sea solidario, generoso, positivo, optimista y todo ese largo listado de cualidades que admiramos, podemos fomentarlo en las conversaciones. Se trata de que vea que agradecemos los gestos de apoyo, ayuda o comprensión; que menospreciamos los comentarios racistas, sexistas u homófobos; que entienda que es mejor ser feliz y hacer feliz a los demás que enfadarnos con ellos.
¿Cómo lo pongo en práctica? En el supermercado, cuando vas a recogerlo a la guardería, en casa... mediante un lenguaje positivo hacia su actitud y sus capacidades. Así, por ejemplo, puedes comentarle lo bien que sube al tobogán, lo que le gusta a la abuela que le lance esas sonrisas, lo cariñoso que es con su primo pequeño... Construirse una imagen positiva de uno mismo es el primer paso para que cuando el niño crezca se convierta en un adulto feliz.