Educación
Con los suspensos llega el momento que niños -y padres- odian. Estudiar en verano. Si quieren aprobar en septiembre han de enfrentarse a estudiar motivados. Contamos cómo.
¡A hincar codos!
Sus amigos están jugando en la playa o saliendo por ahí. Y ellos... a estudiar. Es lógico que afronten ese momento con desgana o desánimo. Pero ayudar a los niños y adolescentes a programar su estudio y a organizarse es fundamental y establecer un ritmo de trabajo bien marcado con unos horarios que cumplir les dará seguridad y generará rutina. “Es fundamental que cojan “cariño” a la asignatura y eso solo se consigue entendiéndola, es muy importante ayudarles a entender y a razonar, en primer lugar con los conceptos básicos de la asignatura” dice Mar Salamanca, coordinaroda-directora de la Academia Valázquez de Madrid.
Algunos “trucos”
El entorno de trabajo “tiene que ser limpio, no podemos dejar que estudien con la habitación desorganizada, miles de papeles en la mesa o utilizando el móvil”, explica la experta. El uso de los teléfonos y tablets “está haciendo muchísimo daño a los estudiantes, tenemos que aislarles en esos momentos de las redes sociales, de la mensajería instantánea y demás distracciones como que estudien con música”. Pero, de igual modo que deben “entender que la concentración tiene que ser total”es igual de necesario que puedan disfrutar de su ocio cuando no están estudiando: el móvil, salir con los amigos, etcétera. “No soy partidaria de castigarlos y prohibirles por completo salir, quitarles la tele, el móvil...hay que hacer que entiendan el por qué de la situación. Los castigos suelen traer más consecuencias negativas que positivas, pero tienen que saber que ellos han de poner de su parte”, añade.
Encarna Ruiz, jefa de estudios y directora de la Academia Velázquez, añade: “El verano siempre se ha relacionado con el ocio y la salida de cualquier espacio físico y mental en el que hemos habitado durante el invierno, es normal que el alumnado, que ve el estudio y la lectura como una actividad impuesta, se enfrente a la actividad intelectual en época estival como un castigo” pero será mucho más fácil para ellos volver a la rutina del estudio si se razona con ellos la
necesidad de las rutinas, el día a día y la recompensa que hallarán al final.
La actitud de los padres
En estos momentos, los padres deben convertirse en aliados de sus hijos. “No debemos acometer la tarea solo como una consecuencia de un trabajo incompleto durante el año, si no que también es necesario asumir que el proceso de aprendizaje no debe parar en junio”, añade Encarna Ruiz. “Estamos continuamente aprendiendo y en este punto madres y padres deben de dar ejemplo con rutinas de tareas que tengan un objetivo intelectual”.
Los padres deben animar a sus hijos en base al refuerzo positivo y sin desacreditar a los profesionales: “la educación es cosa de todas”, concluye Ruiz.
No es solo culpa de ellos
Las expertas consultadas coinciden en que “no tenemos un buen sistema educativo, hay un ex- ceso de contenidos, demasiados deberes y muy poca práctica, por lo que parte del fracaso del alumno lo propicia el propio sistema”.