No olvidar
Saber parar a tiempo: a veces, la vehemencia o irritabilidad nos impide dejar el tema aparcado. Pero a veces, también de cara a la pareja, es mejor esperar que los niños no estén delante y tratarlo a solas.
No hacerles sentir culpables: Es fundamental que el niño entienda que él no es el causante de la discusión, sino que sus padres somos los que vemos la situación de diferente manera.