Lactancia
En verano la hidratación y alimentación de la madre cobran especial importancia. Los nutrientes de la leche materna pueden perderse a través del sudor.
¡Que no te afecte el calor!
En los meses de calor el bebé pierde una mayor cantidad de sales minerales a través del sudor y el contacto piel con piel con la madre hace que la temperatura corporal de ambos también aumente. El alimento proporcionado por la madre de manera natural ofrece, además del líquido que evita la deshidratación del bebé, una serie de micronutrientes que necesita para su correcto desarrollo y crecimiento.
Sobrellevar el calor
Desde Medela, compañía especializada en leche materna y productos para el cuidado de madres y bebés (www.medela.es), dan una serie de consejos para que el calor no suponga ningún obstáculo para la lactancia materna:
- Hay que eliminar los horarios estrictos y las tomas controladas, y hacerlas a demanda. El bebé suda más y puede de sufrir deshidratación. - Hay algunas señales que indican que el bebé tiene sed: cabeceo, se lleva la mano a la boca, saca la lengua. Si se producen, hay que dar una nueva toma evitando que el bebé llegue a llorar.
- Las tomas deben realizarse en lugares frescos. Conviene mantener las ventanas cerradas y las persianas bajadas. No hay que exponer al bebé al flujo del aire acondicionado. - Cuando el bebé y la madre se encuentran cómodos y relajados la toma suele ser más eficaz porque ese estado favorece el flujo de leche. Un baño previo en la piscina o en casa para refrescarse, además del contacto piel con piel, es de gran ayuda, pero no es recomendable dar de mamar en la piscina.
- Hay que comprobar que el bebé se encuentra fresco y protegido del sol, mantenerlo a la sombra y ponerle una crema solar y una gorra para protegerle.