Ser Padres

Entrevista

Acabamos de dejar atrás las vacaciones, esa época en la que hemos convivido más. ¿Cómo han ido? Porque a veces el tiempo libre que tanto ansiábamos puede estar lleno de pequeños conflictos diarios. Aprende a solventarl­os para que no se repitan.

- Por Vicky Baniokou

Vacaciones con niños. Entrevista a Silvia Álava.

Las vacaciones han llegado a su fin (aunque siempre se puede sacar tiempo para alguna escapada que amenizará la vuelta a la rutina). ¿Han estado bien? Porque este momento tan esperado no suele ser tan fácil de planificar como lo era para la pareja antes de ser padres. Ahora hay una serie de cosas a tener en cuenta para ofrecer la máxima comodidad a los niños y para que todos los miembros de la familia disfruten por igual.

No te preocupes tanto por el lugar, sino por la buena organizaci­ón del viaje

Deja de darle vueltas al destino que más os conviene. A los niños pequeños les encanta estar junto a sus padres, así que una escapada a la playa o a una ciudad cosmopolit­a puede ser tan divertida para ellos como una excursión a un parque de atraccione­s. Lo que sí puedes hacer para garantizar que vuestras vacaciones sean un éxito es comprobar que los sitios que vais a visitar puedan recibir familias. Llama a los lugares de tu interés con anticipaci­ón y pregunta si cuentan con cunas, sillas altas o cualquier espacio de ocio para los peques que os ayuden a tener también tiempo para vosotros dos solos.

Después de haber cerrado la agenda cultural, es hora de dar la noticia a tus hijos. Los padres deben mantener expectativ­as razonables con los niños cuando comienzan a fomentar hábitos en sus pequeños. Silvia Álava, especialis­ta en Psicología Clínica y de la Salud y en Psicología Educativa y Familiar, aconseja “explicarle­s qué es lo que se va a hacer y qué va a pasar durante esos días”. Se supone que los viajes sirven para escapar de la realidad y un cierto desorden es hasta necesario, pero también hay que respetar las reglas para no olvidar lo aprendido. El niño tiene que saber qué costumbres hay que mantener. De esta manera lo ayudarás a ser más ordenado y autónomo en el futuro.

Establece las “reglas del juego” antes de iros de casa

Un truco muy útil es el de realizar pactos entre padres e hijos. Es la única manera para que el niño sepa que debe seguir respetando las reglas que tenía en casa y que sus padres esperan un adecuado comportami­ento de él. Tampoco se trata de castigar o premiar con las reglas, planteadas con mesura le pueden incluso parecer como las normas de un juego en el que se gana la felicidad y la convivenci­a armónica en su

Es muy útil que hayan pactos entre padres e hijos que regulen la actividad de los pequeños

entorno. Es más bien una manera de regulariza­rla actividad, que si se establece pronto la va a seguir de forma natural y sin muchas oposicione­s. Pídeselo con una sonrisa y con cariño y él la cumplirá encantado.

Procura que el trayecto se le haga corto

El día ha llegado y ya estáis montados en el medio de transporte elegido. Los niños están muy intranquil­os porque tienen ganas de llegar ya al sitio o porque el trayecto los cansa. Probableme­nte lo primero que te van a preguntar es “¿cuándo vamos a llegar?”. Les contestas y la misma pregunta vuelve a repetirse con la frecuencia de unos cinco minutos. Ante esta situación, en vez de enfadarte, prueba a tirar del humor. Muchas veces los peques no perciben el paso del tiempo como nosotros y decirles que llegáis en 1 hora no lo entienden. Contéstale­s que llegáis a la hora de comer o a la hora de la siesta y de esta manera evitas que vuelva a repetir la pregunta porque es un momento del día que controlan perfectame­nte. Si a pesar de esto siguen inquietos, no dudes en entretener­les. “Un error que solemos cometer los padres es poner películas o videojuego­s durante el viaje”, afirma Silvia. Prueba jugar con ellos palabras encadenada­s o cualquier cosa que implique comunicaci­ón constante con los niños. De aquí a 10 años no van a recordar qué película estaban viendo en el viaje en coche a Cádiz, pero sí las anécdotas y los chistes que han surgido entre su familia. Además, es una oportunida­d para estimular su memoria y aprovechar para que aprenda nuevas cosas.

La comunicaci­ón es importante

“La cantidad de tiempo que tenemos para dedicar a nuestra familia no depende siempre de nosotros, pero la calidad de ese rato con ellos sí depende de los padres”, explica Silvia. Hay pequeñas cosas que les repetimos todos los días para que obedezcan sin tener mucho éxito y no nos damos cuenta de que el problema reside en que se las comunicamo­s mal. Y aunque es verdad que cada niño es diferente, hay estrategia­s universale­s para llegar a lo que cada vez se quiere conseguir. Crea la cercanía necesaria para bajarte a la altura de tu hijo y llámalo por su nombre para que captes su atención. Abrázale, sujeta su mano o busca cualquier excusa para mantener un poco de contacto físico con él. Es

Continúa ofreciéndo­le una dieta saludable aunque estéis fuera de casa

una de las maneras más directas para que evites las distraccio­nes y que se concentre en lo que le quieres decir. Asimismo, intenta que la posición de tu cuerpo se muestre relajada y abierta hacia él en todo momento.

Háblale de emociones

Si un niño crece durante su infancia con el apoyo de sus padres para sentir y conoce las herramient­as para identifica­r y expresar lo que siente, se convertirá en un adolescent­e que sabe canalizar sus emociones correctame­nte. Para ello, los padres son los que deberían dar el primer paso y “hablar también con los ojos”, explica Silvia. Hay maneras infinitas de comunicart­e con emociones. Desde expresarle tu miedo si ha sufrido alguna caída hasta jugar con él. Enséñale una pequeña obra de teatro con marionetas y anímale a meterse en el papel de cada personaje. Experiment­ará diferentes puntos de vista y vivirá nuevas emociones.

Si tus hijos son más mayores, intenta evitar dirigirte hacia ellos con un “¿qué tal?” tras volver de jugar con sus amigos. Esta pregunta invita a contestar con un “bien”, que no aporta mucha informació­n y no ayuda para que fluya la conversaci­ón. Tanto los papás como los hijos tiene que contar las cosas el uno al otro, sino se da la impresión que los primeros interrogan a los peques. Cuando ambos comparten informació­n e ideas,s fortalece el vínculo entre ellos y las confrontac­iones se hacen cada vez menos frecuentes. Solo recuerda ajustar el mensaje que quieres lanzar a la edad del niño, incluso en la cantidad de palabras que utilizas.

No te obsesiones con la alimentaci­ón

El tipo de alimentaci­ón y los horarios de consumo afectan al bienestar, crecimient­o y el adecuado desarrollo del menor. Y aunque las vacaciones son un tiempo de descanso y relajación, eso no tiene por qué significar el desorden en las comidas. Al contrario, la temporada de las vacaciones es una oportunida­d para introducir alimentos en la dieta de los pequeños, ya que los padres cuentan con más tiempo para realizar recetas más creativas y planificar meriendas saludables. ¡Pero no superes los límites! En ocasiones nos obsesionam­os con la cantidad de comida y acabamos haciendo más daño que bien en su dieta, además de ponerlos a la defensiva al presentarl­es un plato muy lleno..

Respeta sus horarios según su edad

Silvia alerta de un error que todos cometemos en algún momento de nuestra vida como padres: “intentar que el niño se adapte al horario de los padres”. Cuando realizáis un viaje con hijos, es probable que realices más paradas de las que te gustaría. Todo porque tus hijos tienen sus propios ritmos y lo mejor sería respetarlo­s. Si os vais a la playa o a la piscina, sé previsor y lleva contigo sándwiches caseros por si tienen hambre antes de la hora habitual. Así evitas la comida procesada y aseguras una dieta sana.

Acuérdate de la higiene

Lo primero de la lista de cosas a cuidar en las vacaciones es la higiene. Las necesidade­s de limpieza en los niños es la misma en verano, pese a que estemos de vacaciones y pasemos más horas fuera de casa. De tu maleta no deben faltar toallitas, pañales y detergente­s para ropa de bebé. Pero quizás lo más importante es educar al niño a cuidarse a sí mismo. “Tú cuidas tu cuerpo y yo te enseño cómo hacerlo”, es la manera más eficaz de educar con ejemplo según nuestra experta.

Acostúmbra­le a que duerma mucho

Es cierto que los tiempos se relajan y que podemos ser más flexibles, pero no conviene alterar los ritmos de sueño. Realizar las mismas actividade­s de siempre, en el mismo orden y a la misma hora cada día, ayuda a los niños a autorregul­ar su sueño y a adaptar su ritmo sueñovigil­ia. Si el nuevo ambiente vacacional le desconcent­ra del todo, intenta ayudarle a retomar su rutina. Antes de dormir hazle un masaje con aceites esenciales que le relajen. Procura que sus actividade­s reduzcan su intensidad según se va acercando la hora de dormir. Asimismo, tienes que cuidar la música alta, las luces fuertes y el uso de dispositiv­os electrónic­os.

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