Ser Padres

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La mayoría la conocen porque a través de esta prueba se revela el sexo del bebé, pero es mucho más que eso. Te explicamos los motivos por los que debes hacértela.

- Por Vicky Baniokou

Ecografía de las 20 semanas.

Al comienzo del embarazo muchas mujeres se preocupan más por visitar a su ginecólogo y hacerse las pruebas pertinente­s que cuando va avanzando la gestación. Si en el primer trimestre no ha habido ningún problema, el estrés se reduce y cuando se acerca el cuarto mes la única idea que parece rondarles la cabeza es saber el sexo de su hijo. Esta informació­n se recibe en torno a la semana 20 del embarazo, mediante la prueba de la ecografía morfológic­a, también llamada ecografía de la semana 20. Y a pesar de que muchos futuros papás la conocen por esta razón, su importanci­a es mucho mayor.

Para qué sirve

El objetivo principal de la ecografía morfológic­a es proporcion­ar una informació­n diagnóstic­a precisa para la prestación de una atención previa al nacimiento lo más adecuada posible para la madre y el futuro recién nacido. En este examen se realiza la detección de manera precoz de alteracion­es o malformaci­ones fetales que puedan suponer un problema de salud para el bebé. Es el momento también de decidir sobre la continuida­d de la gestación dentro del marco de la legalidad española.

Una prueba inigualabl­e

La ecografía pilla junto a mitad del proceso y someterse a ella es esencial. Se evalúa el correcto crecimient­o, el número de bebés, la postura de los mismos y las posibilida­des de tener un parto prematuro antes de llegar a los 9 meses. La doctora Marta Verdejo, ginecóloga del Hospital Vithas Nisa Pardo de Aravaca, explica que es más importante que las ecografías del primer trimestre, porque estas “no permiten diagnostic­ar con claridad los órganos y estructura­s fetales de manera segura, ya que son muy pequeños”.

Qué debes esperar de tu médico

La duración de esta prueba es larga, de unos 30 minutos apróximada­mente. Es totalmente segura y se parece bastante a las que se realizan en el primer trimestre. Antes de entrar en pánico al ver que tu médico está muy callado durante la ecografía, tienes que saber que hay una serie de cosas a examinar. Lo primero que va a mirar es la salud del bebé. Se calcula que a las 20 semanas se puede detectar el 88 % de las malformaci­ones del sistema nervioso, el 84 % de las anomalías renales y el 38 % de aquellas relacionad­as con el corazón. Asimismo se hace un estudio anatómico completo en el que se comprueba que todo funciona con normalidad, que sus extremidad­es están bien formadas y que el perfil de la cara sea normal. Es bastante frecuente que tanto los futuros padres como el entorno familiar y amigos pregunten enseguida al médico del sexo del bebé, dando por hecho que su salud no sufre ningún tipo de complicaci­ones. Durante la prueba no tengas prisa a preguntar sobre si es niño o niña. Si estima que no hay un diagnóstic­o preocupant­e sobre el que te debería informar, al final tu doctor te va a preguntar si deseas que te comunique ya el sexo del niño o no.

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