¿Miedo a los bichos?
No pasa nada, es normal. A veces tú eres el mejor ejemplo para que supere sus miedos y angustias. Te explicamos cómo.
La percepción del peligro se presenta alrededor de los tres o cuatro años aunque, muchas veces, son los miedos de los propios padres los que se trasladan a los hijos sin ellos se den cuenta. Aun así, es bastante corrientes que los insectos, los insectos voladores que zumban o pican, o los animales voladores como murciélagos o gallinas, puedan asustar a los más pequeños de la casa.
“No salgas corriendo”
Si el niño huye cuando ve un insecto o un bicho el hecho es negativo de por sí, ya que tiene la percepción de que se avecina una situación peligrosa. Plantéate si la razón por la que huye es por cómo te ve a ti. Sin embargo, si llora, se pone histérico, se niega a salir o se pone a gritar es el momento de explicarle con dulzura que, en muchas ocasiones, las apariencias engañan y que, dependiendo del animal, lo mejor es quedarse “como una estatua” o alejarse de él con mucha tranquilidad.
Explícales su función
La mayor parte de los animales juegan su papel en el ciclo de la vida. Recuérdale cómo lo cuenta Mufasa en “El rey león” . Y usa ejemplos. Los nada agradables murciélagos son necesarios porque se comen a los odiosos mosquitos y si vuelan desordenadamente es porque son ciegos. Las arañas también comen otros insectos y gracias a las abejas tenemos miel...
Invítales a saber más
Los libros de animales e insectos en los que hay ilustraciones donde se ven todos sus detalles son una herramienta didáctica y divertida para que aprendan que lejos de ser animales asquerosos están llenos de aspectos maravillosos, como toda la naturaleza. Las alas de la mariposa, una tela de araña, la forma de un mosquito... Cuanto más les expliquemos y mejor entiendan por qué cada animal es cómo es, mejor.
Explicarles el mundo animal es bueno para que superen sus miedos