Las etiquetas limitan
Etiquetamos a nuestros hijos porque el cerebro, un gran ahorrador de energía, simplifica y categoriza todo para dar significado a lo que nos rodea. Esto, que es muy útil, es peligroso cuando lo que etiquetamos es a un niño, ya que una vez etiquetado se comportará de acuerdo a esa etiqueta porque si nosotros, su principal referente educativo, lo decimos pensarán que es verdad.
Las etiquetas limitan el adecuado desarrollo de la autoestima.
A los niños que etiquetamos positivamente les damos mayores oportunidades, les prestamos más atención y les estimulamos más que a los niños que etiquetamos negativamente. Los etiquetados positivamente aumentan sus respuestas positivas y los negativamente etiquetados las negativas.