Si ha comido algo peligroso
“Mi hijo ha bebido detergente”,
“Se ha comido una cucharada de tierra”, “Le he pillado con un bote de medicinas”... Cuántas veces puede pasar algo similar y que entremos en pánico. Si el niño presenta lo que los médicos llaman “bajo nivel de conciencia”, es decir, está demasiado somnoliento o no responde a los estímulos puede ser que haya ingerido algo que pueda ser peligroso. En ese caso no intentes provocarle el vómito. Llévalo inmediatamente a urgencias y, en el trayecto, haz lo que sea para que no se quede dormido.
“Está tosiendo angustiado”, “Está amoratado”, “Babea en exceso y le lloran los ojos”...
Es posible que tenga algún objeto retenido en la garganta. En ese caso, ponle boca bajo sobre tus piernas o antebrazo, ábrele un poco la boca con el dedo índice de una mano y con la otra dale cinco golpes secos entre las escápulas. Si no saliera, ponle baca arriba con la cabeza ligeramente para atrás y dale en el esternón, con dos dedos, cinco compresiones. Altérnalo con la maniobra anterior. Si no saliera y el niño deja de respirar y de moverse, habría que hacerle la respiración cardipulmonar.