Bien hidratado
t &M OJ×P UJFOF RVF CFCFS MP TVmDJFOUF durante todo el proceso febril. Con la fiebre la necesidad de de líquido es mayor que en condiciones normales. Muchas veces la enfermedad conlleva una falta de apetito significativa (incluso pérdidas producidas a través del vómito o la diarrea) y apenas conseguiremos que el niño coma, pero hay que intentar que al menos beba. “Forma parte del tratamiento sintomático asegurar una hidratación suficiente. Lo mejor es el agua o las soluciones de rehidratación que aportan glucosa y electrolitos, administradas en pequeñas cantidades pero de forma frecuente”, según la Dra. Isabel Romero, coordinadora de pediatría de HM Hospitales.