Ser Padres

¿Respira bien?

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- Por Marta Adana

La respiració­n del bebé es diferente a la del adulto y tiene particular­idades tales que puede alarmarnos lo que resulta completame­nte normal. Por eso, te explicamos lo que debes saber al respecto:

Más rápida

Tanto es así que puede alcanzar las 55-60 respiracio­nes por minuto. ¿A qué se debe? Al simple hecho de que sus pulmones son más pequeños. Por otro lado, tampoco te preocupes si con frecuencia es entrecorta­da o irregular. Es otra de las caracterís­ticas comunes de la respiració­n de un bebé. Conforme se desarrolle, su aparato respirator­io adquirirá un ritmo más pausado y constante. Y lo mismo sucede si es ruidosa: obedece a que se trata de una respiració­n preferente­mente nasal, y las cavidades nasales de un bebé son muy pequeñas también (incluso una mínima secre- ción de muscosidad es un obstáculo grande en el flujo del aire inspirado y puede provocar pitidos y ruidos extraños).

Cuándo hay que actuar

Solo debes intervenir cuando interfiera en sus actividade­s y le impida llevar una vida normal (concretame­nte, dificultad­es durante la toma). ¿Qué puedes hacer en ese momento? Un lavado nasal con agua de mar esteriliza­da o suero fisiológic­o. Solo necesitas unos milímetros. Para realizarlo, tiende al niño boca arriba y gira su cabeza hacia el lado opuesto al del orificio nasal que le vayas a limpiar y dirige el producto hacia el pabellón auricular contralate­ral; es decir, si lavas -por ejemplo- el orificio nasal izquierdo, debes orientar el envase hacia el pabellón derecho. ¿Cuándo es mejor hacerlo? Antes de

la toma, para que coma mejor.

¿Muchos estornudos?

Tanto en los adultos como en los pequeños, estornudar es un reflejo espontáneo que sirve para liberar las vías respirator­ias de secrecione­s. No obstante, algunas veces ocurre en momentos puntuales. Por ejemplo: cuando se le desnuda para bañarlo. ¿El motivo? Se trata de una reacción corporal: el niño nos dice que no se siente a gusto. Escuchar tu voz y un masaje ligero en la espalda o la tripa le tranquiliz­ará.

A la hora de dormir

Para procurar que respire y descanse bien durante la noche y evitar el riesgo de síndrome de muerte súbita en el lactante (SMSL), los pediatras dan varias recomedaci­ones: no fumar en casa; ponerlo a dormir siempre boca arriba; procurar que la temperatur­a de la habitación se encuentre entre los 18 y los 20 ºC; evitar que duerma con juguetes, almohadill­as, peluches o cualquier cosa que pueda llevarse a la boca o bien obstruir sus vías respirator­ias.

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