Males de invierno
Bronquiolitis.
La bronquiolitis es una enfermedad respiratoria causada principalmente por el virus respiratorio sincitial (VRS). Comienza como un catarro común, con su tos y sus mocos, pero tras estos síntomas afecta a los bronquiolos. Entonces, el pequeño comienza a presentar dificultades para respirar: aumenta el ritmo de la respiración, se le marcan las costillas al tomar aire, se le mueve mucho el abdomen al respirar o se le escuchan ‘silbidos’... En la bronquiolitis, la vía aérea se obstruye debido a la inflamación de las paredes de los bronquiolos. Debido a esto el niño comienza a estar desanimado, se pone pálido y aumenta su temperatura corporal. La mitad de los bebés que padecen una bronquiolitis acabarán con los bronquios más sensibles a nuevos virus respiratorios y van a tener más bronquitis de repetición los primeros años de vida. En España ingresan cada año entre 12.000 y 14.000 niños menores de un año debido a esta enfermedad.
Síntomas de la bronquiolitis
Son el combo ya mencionado: tos, fiebre e inapetencia que provoca que el pequeño se debilite. Además,el niño presenta fatiga, respiración rápida o sibilante, problemas al respirar, cuando inhala se le hunden los músculos de las costillas y, en los casos más graves, se le pone la piel, los labios y las uñas azulados. Normalmente, este virus origina solo resfriados, pero en lactantes puede progresar y afectar a los pulmones.
Quiénes son más vulnerables
La bronquiolitis es muy común, no siempre es grave, pero entre el 11 % y el 19 % de los niños menores de dos años la sufren. La mayor parte de los niños infectados por el VRS solamente padecen un ligero resfriado. Sin embargo, en los bebés lactantes infectados por este virus concreto es más probable que desemboque en bronquiolitis. Esto se debe a que sus vías aéreas son estrechas y se bloquean con facilidad cuando se inflaman. Por eso, la bronquiolitis es más grave en los menores de seis meses y en especial en los recién nacidos (menores de un mes), así como en los prematuros con problemas respiratorios al nacer.
Además de estos peques algunos otros son más vulnerables a sufrirla, por ejemplo los bebés con cardiopatías congénitas hemodinámicamente significativas, ya que estos tienen mayor riesgo de sufrir infecciones respiratorias graves. Por otro lado, es bastante común que a un episodio de bronquiolitis le sigan repetidos catarros de origen vírico, acompañado de muchos mocos. Es posible, también que alguno acabe padeciendo asma, por lo que el pediatra deberá controlar su evolución.
Prevención de la bronquiolitis
La bronquiolitis se contagia principalmente tocando objetos contaminados con el virus y luego tocándose los ojos, la nariz o la boca. Por eso es importante que las personas con infecciones respiratorias, aunque sea un simple catarro, se laven las manos a menudo y, sobre todo, antes y después de tocar al niño o los objetos que el peque utiliza.
Es importante también evitar sitios concurridos o donde haya muchos niños y hay que evitar por completo la exposición al humo del tabaco. Se recomienda, siempre que sea posible, continuar con la lactancia materna, ya que los niños lactantes están más protegidos contra la bronquiolitis.