¡Un cachorro en casa!
Hace muy feliz a la familia, especialmente a los niños. Toma medidas para que sea una buena experiencia.
El cambio será importante para vuestra vida en familia, pero sobre todo para él. Cuando llega a casa todo es nuevo para el cachorro: es bueno que le dejes deambular por la casa, descubrir y oler. Eso sí, evita que se asuste y ármate de paciencia: educarle no es cosa de un día. Enséñale a esperar antes de comer o salir a pasear, a pararse y pronuncia muchas veces su nombre: él no sabe aún cómo se llama y debe aprenderlo.
Todo es nuevo
Los cachorros son curiosos y como lo muerden todo hay que evitar dejar a su alcance cables, productos de limpieza, plantas tóxicas y otros objetos que puedan llamar su atención. El periodo de dentición es una fase dolorosa para el perro, y en ella se pasa el día mordiendo todo lo que encuentra a su alcance. No le regañes continuamente y utiliza un producto antimordeduras para corregir este comportamiento.
Generar rutinas
Desde el principio es importante que el cachorro tenga claro dónde puede hacer sus necesidades. Reserva un pequeño espacio con papeles de periódico y siempre mantén muy limpia esa zona reservada para él, evitando productos que puedan dañarle. Habitúale lo antes posible a que orine y defeque en el exterior, aunque en las primeras semanas no será posible debido al protocolo de vacunación.