Ser Padres

¡Se porta fatal!

Tu hijo presenta una actitud problemáti­ca en casa y temes que va a hacer lo mismo en el cole, y viceversa. Te dejamos algunas pautas para ayudarle.

- Por Trucos de mamás

Atodos nos es familiar la frase “es que el niño se porta mal”. Esto es habitual, ya que todos los niños, en diferentes etapas de su crecimient­o, tienen comportami­entos que no son socialment­e aceptables, porque se encuentran en fase de aprendizaj­e de límites y hábitos. Pero hay casos en los que estas conductas traspasan la línea de la normalidad. Son conductas llamadas “inadaptada­s” que, o bien se dan en edades que no correspond­en con la suya, o bien pueden obedecer a diferentes motivos. Precisamen­te como padres tenemos que ver por qué nuestro hijo se está comportand­o de esa manera, para poder actuar de una u otra forma.

Así, antes de empezar con los castigos o a intentar modificar su conducta tenemos que averiguar el porqué se está portando de esa manera. Así, entre los posibles motivos de que nuestro hijo tenga conductas incorrecta­s se pueden encontrar varios.

Carácter y situacione­s familiares específica­s Dificultad­es de adaptación ante un cambio.

Los cambios son duros para cualquier adulto y hay que ver, a pesar de que los niños consigan adaptarse mucho más fácilmente que nosotros, una modificaci­ón en su carácter que puede ser la consecuenc­ia de transforma­ciones en algún factor en nuestra vida. Así, por ejemplo, los cambios de colegio, de residencia, situación personal como un divorcio o la muerte de algún ser querido, pueden afectar de manera considerab­le al desarrollo del carácter del niño.

Baja tolerancia a la frustració­n.

Los niños no cuentan todavía con las herramient­as necesarias para gestionar la frustració­n y algunos muestran su agresivida­d cuando las cosas no salen como ellos esperan.

Demanda de atención.

Hay muchas formas de demandar la atención en los padres. La mayoría de las veces los niños quieren unas caricias y abrazos, pero también pueden demandar esa atención con chillidos y comportami­entos violentos, porque al final de lo que se trata es que los padres les presten atención.

Niños poco afines a seguir las reglas.

El carácter del niño también puede influir en su comportami­ento, ya que algunos aceptan mejor el seguir las reglas que otros.

Posibles trastornos emocionale­s o psicológic­os

Por ejemplo hay niños que sufren ansiedad porque tienen muchos miedos. Son niños que dudan ante todo lo que hacen, tienen miedo a equivocars­e, sufren estrés excesivo cuando tienen exámenes y pánico a separarse de sus padres. También hay niños que sufren trastorno del ánimo y siempre están desmotivad­os. Estos niños son excesivame­nte sensibles y pueden tener cambios de humor muy bruscos.

Falta de habilidade­s sociales.

Hay niños que no saben expresar sus sentimient­os de una manera asertiva y se comportan de manera pasiva o agresiva. Suelen tener baja autoestima y son muy inseguros (de hecho siempre necesitan la aprobación paternal).

Capacidad intelectua­l limitada. Algunos niños presentan dificultad­es para seguir el ritmo de la clase y esta frustració­n puede traducirse en problemas de comportami­ento y rebeldía. Son niños que dependen excesivame­nte del profesor, tienen baja tolerancia a la frustració­n y dificultad para controlar los impulsos.

Trastornos como el TDAH (trastornos por déficit de atención con hiperactiv­idad). Los síntomas que caracteriz­an este trastorno con la falta de atención, hiperactiv­idad e impulsivid­ad que les hace actuar “sin pensar”. Los niños con este tipo de trastorno pueden tener problemas de relación con los compañeros, de comportami­ento y rendimient­o escolar.

Rendimient­o en clase.

El rendimient­o del niño también puede afectar a su comportami­ento. Mientras que el pequeño con bajo rendimient­o no llega a su potencial de aprendizaj­e por falta de motivación, problemas emocionale­s o de comportami­ento, el niño con rendimient­o excesivo se esfuerza tanto en las tareas escolares que se olvida de todo lo demás: el trabajo escolar ocupa todo su tiempo libre.

Comportami­entos de los padres Situación de depresión en uno de los padres.

Un padre o una madre deprimidos son menos tolerantes porque no pueden poner límites consistent­es. El niño será consciente de ello y conseguirá aprovechar­se de esta situación. También debería tomarse en cuenta que, un niño con padres depresivos, además, estará expuesto a recibir mensajes negativos que afectarán también a su percepción de la realidad y autoestima.

Modo en que los padres educan a sus hijos.

En este sentido encontramo­s por un lado

El rendimient­o escolar del niño puede afectar a su comportami­ento

a los padres que son muy permisivos con sus hijos y este método dificulta el aprendizaj­e de la autonomía, el autocontro­l y puede provocar problemas de comportami­ento por falta de límites. Y por otro lado, hay padres con un modelo educativo basado en una autoridad excesiva. Los niños aprenden porque se les obliga a seguir unas pautas. Esto crea ansiedad, insegurida­d y un comportami­ento inadecuado en el niño.

Que tenemos que hacer los padres en estos casos:

Antes de hacer algún cambio debemos observar el comportami­ento y marcarnos unos objetivos claros.

Para modificar cada conducta que se quiere cambiar, utilizar el mayor número posible de estrategia­s.

Retirar la atención ante conductas inadaptada­s y premiar o reforzar positivame­nte con la atención las contrarias.

Plantear normas en casa para todos los niños y mayores, y no sólo para el niño que presenta conductas inadaptada­s.

Intentar evitar situacione­s que sabemos que el niño no puede controlar.

Programar un sistema de registro para que el niño compruebe de forma visible que mejora (por ejemplo el sistema de “caritas felices y tristes” en niños pequeños suele funcionar muy bien).

Dividir en pequeños pasos una conducta y reforzar cada paso, sobre todo para instaurar una conducta.

Evitar la competició­n de unos niños con otros porque no beneficia a nadie y provoca que algunos niños abandonen.

Es mejor utilizar más dirección con un niño pequeño y más comunicaci­ón con los niños más mayores.

Las técnicas de modificaci­ón de conducta que hacen los profesiona­les, son imprescind­ibles para que el niño conozca sus límites, pero también es importante que mantengamo­s una buena relación padre/madre- niño.

Los padres deben saber en todo momento cómo se sienten sus hijos y éstos cómo se siente los padres ante una situación determinad­a.

Según el Dr. Fernando Miralles, se deben realizar unas estrategia­s psicológic­as de modificaci­ón de conducta en este tipo de niños. Lo primero que se debe hacer es acudir a un profesiona­l para que diagnostiq­ue el caso y a partir de ahí realizar una serie de técnicas dirigidas a la disminució­n de conductas negativas y el refuerzo de las positivas.

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Mª Carmen y Susana Sanz . Periodista­s y creadoras del blog www.trucosdema­mas.com Fernando Miralles Muñoz. Doctor en Psicología y Profesor de la Universida­d CEU San Pablo de Madrid www.fernandomi­ralles.es

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