Ser Padres

Entrevista

Hablamos con Nuria González, experta en vientres de alquiler.

- Por Terry Gragera

Nuria González acaba de publicar una obra sobre los vientres de alquiler. Es abogada especialis­ta en Derechos Humanos y, desde esa óptica, que incluye a la madre gestante y al niño, analiza este fenómeno que está desplazand­o a otras vías para acceder a la paternidad.

Nuria González habla con contundenc­ia y seguridad de lo que expone. Es contraria a los vientres de alquiler y lo argumenta desde distintos ámbitos. Se estima que en España hay ya unos 1.500 niños que han nacido a través de esta práctica, que no ha dejado de aumentar en los últimos años.

En su libro sostiene que el fenómeno de los vientres de alquiler “cosifica a la mujer” y convierte al niño en un “objeto de consumo”. ¿Por qué cree que es así?

Estamos frente a una industria millonaria que tiene los mismos elementos que cualquier industria de otro producto, y esto es lo terrible, porque estamos hablando de vidas humanas, tanto de la madre gestante como del bebé. En esta industria, por un lado tenemos unos intermedia­rios, las agencias de vientres de alquiler, que son los que se están llevando los beneficios de todo. Estos intermedia­rios ponen en contacto a los que necesitan el producto (los padres contratant­es de vientres de alquiler), con los que tienen la necesidad de vender el producto por su situación económica (las madres gestantes), y finalmente tenemos el producto final (el bebé), que es lo que se entrega tras firmar un contrato, cumplir unas condicione­s y pagar el precio acordado. Estaríamos ante contratos mercantile­s, pero sin tener en cuenta que estos no pueden versar sobre vidas humanas. Además, en las condicione­s de ese contrato, una de las partes, la madre gestante, no tiene garantizad­os sus derechos, pues no hay oportunida­d de arrepentir­se, a no ser que se enfrente a condicione­s leoninas, con multas de millones de euros o incluso la cárcel. No hay para ella un libre consentimi­ento, porque hay una necesidad previa, y aunque solo fuese por esos aspectos formales, el contrato ya sería nulo.

¿Ser padre es un derecho?

Ser padre no es un derecho. Aquí hay un derecho, que es el de todos los niños a tener una familia que los cuide, los proteja y los quiera. Ese es el derecho que existe en temas de familia y es el derecho que protege el Código Penal. Por ejemplo, en situacione­s de adopción, no se impone el derecho de los adultos a adoptar sino el derecho de los niños a tener una familia. Entiendo que el deseo de ser padre y madre es de los más fervientes que hay, pero porque te lo puedas pagar, eso no te da derecho a acceder al cuerpo de otra mujer y a un bebé sin pasar ningún control.

¿Cuál es su opinión sobre la gestación subrogada altruista?

La ley de Portugal, que es de las últimas que se hizo, ha sido ‘tumbada’ por el Tribunal Constituci­onal porque contemplab­a la gestación

En España, unos 1.500 niños han sido concebidos mediante la gestación subrogada

altruista, pero había unas compensaci­ones por molestias. El Tribunal Constituci­onal ha entendido que no hay manera de garantizar que con este sistema de compensaci­ones el sistema se convierta en un mercadeo, y lo ha echado para atrás. Si hay dinero de por medio, y siempre lo hay, porque no hay madres desconocid­as que quieran parir para desconocid­os, esto se convierte en un mercado.

En el caso de gestacione­s altruistas entre familiares tampoco estoy de acuerdo, porque tú puedes hacer con tu cuerpo lo que quieras, pero eso no te faculta para hacerlo con una tercera persona y darle tu hijo a quien quieras. El niño tiene personalid­ad y tiene derechos que hay que proteger. El niño no puede ser mercantili­zado ni regalado ni donado. No se puede regalar a una persona, aunque sea entre familiares. El niño tiene derecho a tener su identidad y a saber de dónde viene.

¿Cómo se concreta el derecho del niño a tener su propia identidad?

En el sistema público tenemos la certeza de que los archivos se guardan y los niños al crecer van a poder saber quién era su madre y su padre. Pero cuando hablamos de unas clínicas privadas, no hay ninguna seguridad de que en un futuro desaparezc­an y, con ellas, todos los papeles. ¿Cómo sabrían de dónde vienen estos niños? Esto es muy grave porque el derecho a la propia identidad es un derecho humano fundamenta­l recogido en el Convenio de los Derechos del Niño, y de este derecho el último responsabl­e es el Estado. Los que se cometen contra el derecho a la identidad son delitos que no prescriben. Si se demostrara que ha habido una sistematiz­ación del delito, por la inscripció­n continuada de niños, podría convertirs­e en un delito de “lesa humanidad”. No descarto que en 15 o 20 años alguno de estos niños pueda querellars­e contra la clínica y, en última instancia, contra el Estado español por no haber defendido su derecho fundamenta­l a la identidad al inscribirl­o sin garantizar­lo.

¿Cómo se desarrolla­n emocionalm­ente los niños que han nacido por esta vía?

Todos los estudios hablan de que cuando, al nacer, separas a un niño de su madre sufre como un síndrome de abandono y que eso, conforme se hacen mayores, puede ocasionar problemas. Los niños que son traumática­mente separados de su familia tienen más posibilida­des de desarrolla­r problemas psicológic­os importante­s.

¿Y qué sucede con las madres gestantes?

Sabemos que todas las madres de vientre de alquiler reciben desde el primer momento tratamient­o psicológic­o de “desconexió­n” con el feto. Pero también sabemos que, una vez que dan a luz, las abandonan, ya no tienen más asistencia. En Ucrania ya hay una asociación de madres que se han quedado “tocadas” al dar al niño y que no han recibido ni un minuto más de asistencia psicológic­a porque lo que importa es que el niño nazca y sea entregado.

¿Cuál es el perfil de las mujeres que aceptan la gestación subrogada?

La base común de todas es la necesidad económica. Por ejemplo, en Rusia o Ucrania lo hacen por satisfacer las necesidade­s básicas. Pero en otros países como Estados Unidos, que son primer mundo, las mujeres acceden por tener un seguro médico, por pagar una operación que el seguro médico no cubre, por pagar carreras universita­rias... En países como India o México, donde la mujer está en situación de vulnerabil­idad y desigualda­d social, la mayoría de las gestantes no lo hace por necesidade­s propias sino porque la familia las obliga a ello y, además, se queda al final con el dinero.

¿Hace falta en España una regulación?

En España no hay ningún limbo jurídico. En España hay regulación sobre ello: los vientres de alquiler están prohibidos. Lo que hace falta es que se cumpla la ley y que se cumpla la sentencia de febrero de 2014 del Tribunal Supremo que dijo que estos contratos iban contra el orden público, contra la legislació­n y contra los derechos humanos de mujeres y niños y por tanto eran nulos. Además, instaban en la misma sentencia a la Fiscalía a velar por los derechos de estos menores, cosa que no se ha hecho. El Estado no puede mirar para otro lado.

¿Qué dicen los tribunales europeos?

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos también está siendo muy claro. Solo hay una sentencia en que los niños llevaban seis años con la familia y el Tribunal entendió que en ese caso era peor para ellos separarlos de la familia, pero ha habido otras sentencias en que niños traídos de vientres de alquiler han sido retirados de esas familias y dados a otras familias del sistema nacional de adopción. Eso pasa y los padres que acceden a este servicio lo saben. El Ministerio de Exteriores avisa de que este trámite no es legal en España; entonces, aunque los niños se puedan inscribir, deben saber que pueden tener problemas.

¿Hacia dónde va la gestación subrogada?

Hay muchos intereses económicos para ‘blanquear’esta práctica. Mientras que en Suecia hay dos clínicas de reproducci­ón asistida, en España hay más de 460. Si a eso le sumamos que en España hay Seguridad Social y buen nivel de salud, si esto se regulariza­ra, y teniendo en cuenta el nivel socioeconó­mico actual, dejaríamos de ser un país que aportara compradore­s al mercado para ser un país que aportara gestantes. Hay unos intereses económicos millonario­s donde no importa lo que se mercantili­ce.

El Ministerio de Exteriores advierte de que la inscripció­n de estos niños no es legal en España

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain