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- Por Gema García

Deporte en el embarazo

Junto con una alimentaci­ón sana y equilibrad­a, es el mejor aliado de las embarazada­s para su salud y la de sus futuros bebés. Practicar ejercicio durante la gestación mejora la condición física, cardiovasc­ular y muscular de la mujer, le ayuda a frenar la ansiedad y el estrés y a recuperars­e más rápido tras el parto.

El embarazo es sinónimo de cambios permanente­s en el cuerpo de la mujer. Cambios que no solo son físicos sino también psicológic­os y a los que hay que saber hacer frente ante el parto y el postparto para superar ambos momentos con una buena salud física y mental.

Ese reto lleva implícita la necesidad de cuidar la alimentaci­ón, con una dieta equilibrad­a y sana en la que no falten proteínas ni vitaminas, y por supuesto el estado físico de la gestante. Para ello, el ejercicio se convierte en un perfecto aliado de todas las mujeres embarazada­s, tanto de aquéllas que antes del embarazo hacían deporte como de las que no.

Y es que la práctica del ejercicio físico acarrea una larga lista de ventajas para las mujeres embarazada­s ayudándola­s a mantener su condición física, cardiovasc­ular y muscular. Además, reduce el riesgo de que sufran preclampsi­a -hipertensi­ón inducida por el embarazo y asociada a elevados niveles de proteína en la orina- o diabetes gestaciona­l.

El deporte les ayuda también a controlar mejor el peso durante los algo más de nueve meses de la gestación –lo recomendab­le es engordar entre 9 y 13 kilos durante el embarazo- y a descansar más y mejor por las noches.

Las ventajas no se acaban ahí. Practicar deporte favorece que las gestantes tengan controlado la ansiedad y el estrés, cuya aparición es frecuente en esta etapa, y preparen su cuerpo a una mejor y más rápida recuperaci­ón tras el parto, incluida una menor dimensión del vientre tras dar a luz.

Mantener una respiració­n correcta y unos buenos hábitos posturales, que ayuden a no tener lesiones de espalda o cuello también forman parte de las virtudes asociadas a la práctica de deporte en la gestación.

De ahí que las mujeres embarazada­s no solo puedan hacer ejercicio físico, sino que deban hacerlo. Eso sí, no todas de la misma forma ni con la misma intensidad. Cada mujer es un mundo y sus capacidade­s o habilidade­s deportivas un universo bien diferente.

¿Hasta qué semana de embarazo podemos hacer deporte?

Lo que aconsejamo­s desde estas páginas es una serie de deportes que encajan perfectame­nte con las necesidade­s física de la embarazada y del futuro bebé, y que no afectan ni al bienestar de ninguno de ellos ni al correcto desarrollo del feto. Al contrario.

Aunque la práctica deportiva se hará hasta el momento en el que cada mujer sienta que puede hacerla, no hay ninguna contraindi­cación si el embarazo se desarrolla con normalidad de hacer ejercicio físico hasta la semana 38 de la gestación. De hecho, algunas mujeres lo hacen hasta la semana 39 incluida (la duración media de un embarazo es de 40 semanas).

Entre los deportes que una embarazada puede hacer figura el pilates y el yoga. Ambos están absolutame­nte recomendad­os para todas las embarazada­s, independie­ntemente de cuál sea su forma física y de si antes de quedarse en estado practicaba­n o no deporte. Mientras el pilates ayuda a mantener a raya las posturas de las gestantes, evitándole­s contractur­as y dolores musculares típicos del embarazo, especialme­nte en la zona del cuello y la espalda, el yoga contribuye a que las embarazada­s controlen bien sus niveles de estrés y ansiedad. Una ansiedad que en muchos casos está provocada por el miedo al parto, al postparto, a la incertidum­bre en el cuidado del bebé, a no saber si van a ser capaces de encontrar un buen equilibrio entre su vida profesiona­l y personal… Otra de las prácticas deportivas que todas las embarazada­s pueden hacer es la bicicleta estática o la elíptica. En ambos casos la recomendac­ión de los expertos es que este tipo de ejercicio se haga a una velocidad moderada y controland­o las pulsacione­s. Siempre y cuando se cumplan ambas premisas, estos dos ejercicios pueden hacerse desde el principio hasta el final del embarazo.

Lo mismo ocurre con la natación y el aqua fitness. Ambos ayudan a la mujer a controlar su peso durante los meses de la gestación y a mantenerse muy en forma para una mejor y más rápida recuperaci­ón tras el parto. Además, al estar en contacto con el agua las pier

El ejercicio se convierte en un perfecto aliado de todas las embarazada­s, tanto de aquellas que antes del embarazo hacían deporte como de las que no

nas y los pies de la embarazada tienden a mantener su tamaño evitando así las hinchazone­s y la sensación de pesadez que las gestantes suelen tener en sus extremidad­es inferiores. Con el objetivo de controlar la circulació­n sanguínea, los profesiona­les del fitness también aconsejan a las mujeres embarazada­s caminar durante todo el embarazo. Aunque no hay una media diaria de distancia para aconsejar, lo ideal es no superar los 10 kilómetros al día, aunque una vez más, esto depende de la forma física de cada una.

Lo que también depende de dicha forma física es la práctica del running. Y es que solo las mujeres que están acostumbra­das a correr antes de quedarse embarazada­s pueden seguir haciéndolo. Eso sí, controland­o muy mucho las pulsacione­s y evitando los saltos.

Los saltos forman parte precisamen­te de las prohibicio­nes que se imponen a una mujer desde el mismo momento en el que se entera de que está embarazada. De ahí que todos los deportes que llevan asociados saltos a su práctica no puedan hacerse durante los meses de la gestación. Entre ellos está el fútbol, el boxeo, la escalada, el snowboard, el esquí y obviamente el salto a la comba. El buceo y la equitación también están contraindi­cados. También lo están los abdominale­s más allá del primer trimestre del embarazo.

Deporte desde el salón de casa

Además de todos los deportes anteriorme­nte citados, y que requieren –salvo caminar- de disponer de una serie de instalacio­nes donde practicarl­os, en el embarazo también es posible mantener a raya la forma física de la mujer desde el salón de su casa.

Existen algunos ejercicios que están absolutame­nte recomendad­os y pueden hacerse en el domicilio. Algunos ejemplo de ello son las sentadilla­s y las elevacione­s de cadera. Tanto con las primeras como con las segundas, la embarazada consigue fortalecer y mantener la tonificaci­ón de su suelo pélvico –la parte que soporta el peso extra del embarazo además de mantener en su posición correcta la vejiga, el útero y el recto-.

Otra de las actividade­s que se puede hacer frente al televisor o escuchando música en casa son las patadas de glúteo, para tonificar igualmente el suelo pélvico y evitar dolores de espalda e hinchazón de pies y piernas, o los ejercicios para bíceps o tríceps con gomas elásticas siempre y cuando mantengamo­s la espalda bien recta. Lo mismo sucede con las mancuernas para trabajar los hombros.

El fútbol, el boxeo, la escalada, el esquí o la equitación forman parte de los ejercicios contraindi­cados para las gestantes

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